Ver, probar, hacer, comprar. Restaurante A Cabana, Bergondo (La Coruña).

Siento decir que la restauración ha bajado mucho en mi tierra, lo siento de veras, pero si la crisis se nota en todos los lados, aquí la resolvemos (sobre todo en los locales más populares, antes casi siempre aconsejables) con una apuesta por lo gordote, la abundancia sin fundamento, y el aceite (el frito) regándolo todo. Se ha bajado la calidad hasta límites insospechables. Ya nada es de ría o de terruño, ni se cocina con mimo, y el recurso a los mismos platos (zoza, raxo, calamares, etc.) aburre soberanamente. Y no lo haría si para empezar fueran buenos, no necesitaríamos enmascarar un producto que siempre fue (a pesar de semillas y cultivo lo sigue siendo) de tanta altura.

A Cabana en Bergondo es uno de los locales de siempre, apreciado por políticos, lugareños, y amantes de la caza. Siempre ha tenido buen producto, y siempre ha valido la pena sus vistas de la desembocadura del rio, y de la ría de Betanzos, con el mar abierto al final. La última vez ha sido una de las decepciones más grandes para mi paladar y mi bolsillo. Entradas correctas, pescados regados de aceite que apenas sabían a lo que tenían que saber, y unos postres de otras épocas que apenas dicen nada hoy. Espero que sea puntual. Unos 45 a 50 pp en estos lares es mucho decir, y debería decir mucho. Por lo mismo en Casa Pardo, y eso que debe actualizarse, se come de fabula. 3/10.