CONSEJOS PARA HACER CABLES
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Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
hola, despues de haber leido bastante del post, y desde lo que he podido probar aunque no estoy tan puesto como vosotros, hace ya tiempo estube realizando unas pruebas con diferentes cables para audio, y la verdad, solo creo lo que veo y oigo, y despues de leer en diferentes foros sobre , que si todo eso de los cables eran falacias e historias, me decidi liarme y ver siera capaz de distingir la diferencia entre distintos tipos de cables, por lo que compre diferentes tipos ya fabricados, todos para para señal, no altavoz, y la verdad no note diferencia al menos que yo pudiera distinguir, pero todo cambio cuando decidi hacermelos yo pero comprando el mejor material posible (para mi economia) .
compre buenos conectores de diferentes marcas , con diferentes recubrimientos , plata, oro, distintos tipos de cobre y nada todo seguia igual, hasta que pase a probar los conductores, probe tambien de diferentes marcas como Mogami y otros de calidad OFC, hubo algun pequeño cambio, pero no era tan drastico para merecer muchos precios y molestias, hasta que tope con los cables OCC, ahi si note cambio en el de cobre menos, todos con camisa de teflon, note mas detalle y algo mas de nitidez y muy equilibrado, algo es algo, pero el cambio mas drastico fue con plata OCC, es como si me hubiesen cambiado el ampli, habia mucha mas informacion, pero me resultaba mas metalico y realzados los agudos, pero por fin habia un cambio palpable, a lo mejor habria que modificar los filtros de los bafles para adecuarlos, pero la sorpresa mas grande vino con los de plata y oro de Mundorf, increible la diferencia lo tenia todo, detalle , graves, escena sonora y una calidez de sonido que nunca habia escuchado, te puedes pasar horas escuchando musica sin que me canse.
para corroborar todo hice pruebas ciegas con diferentes amigos, sin decir que era lo que estaba haciendo ni cuales eran unos cables y otros, y que casualidad que nadie fallaba al elegir los Mundorf, tanto los que escuchan musica habitualmente, como los que tiene equipos baratos (compactos) todos distinguian claramente estos cables.
estas pruebas las realize durante varios dias en diferentes condiciones y con diferentes personas siempre con los mismos resultados, luego probre en los altavoces y ahi las diferencias no eran casi perceptibles, por lo que mi opinion es que en la fase de amplificacion si hay una mejora notoria, no se si se podra mesurar con instrumental pero el oido la pilla siempre, en fin esta es mi experiencia con los cables, un saludo.
compre buenos conectores de diferentes marcas , con diferentes recubrimientos , plata, oro, distintos tipos de cobre y nada todo seguia igual, hasta que pase a probar los conductores, probe tambien de diferentes marcas como Mogami y otros de calidad OFC, hubo algun pequeño cambio, pero no era tan drastico para merecer muchos precios y molestias, hasta que tope con los cables OCC, ahi si note cambio en el de cobre menos, todos con camisa de teflon, note mas detalle y algo mas de nitidez y muy equilibrado, algo es algo, pero el cambio mas drastico fue con plata OCC, es como si me hubiesen cambiado el ampli, habia mucha mas informacion, pero me resultaba mas metalico y realzados los agudos, pero por fin habia un cambio palpable, a lo mejor habria que modificar los filtros de los bafles para adecuarlos, pero la sorpresa mas grande vino con los de plata y oro de Mundorf, increible la diferencia lo tenia todo, detalle , graves, escena sonora y una calidez de sonido que nunca habia escuchado, te puedes pasar horas escuchando musica sin que me canse.
para corroborar todo hice pruebas ciegas con diferentes amigos, sin decir que era lo que estaba haciendo ni cuales eran unos cables y otros, y que casualidad que nadie fallaba al elegir los Mundorf, tanto los que escuchan musica habitualmente, como los que tiene equipos baratos (compactos) todos distinguian claramente estos cables.
estas pruebas las realize durante varios dias en diferentes condiciones y con diferentes personas siempre con los mismos resultados, luego probre en los altavoces y ahi las diferencias no eran casi perceptibles, por lo que mi opinion es que en la fase de amplificacion si hay una mejora notoria, no se si se podra mesurar con instrumental pero el oido la pilla siempre, en fin esta es mi experiencia con los cables, un saludo.
alfp- Cantidad de envíos : 191
Localización : salamanca
Fecha de inscripción : 24/04/2013
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Muy interesante, sobre todo por los sorprendentes resultados de la prueba ciega. ¿Dónde has comprado la plata OCC (hay varias calidades)? La plata bañada en oro es muy agradable, estoy de acuerdo.
Saludos
Saludos
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
hola, la compre a un fabricante en china en rollos de 0.5mmX100mtrs. con camisa de teflon, luego mirare los correos , por que como puse en el post hace ya bastante tiempo, y como hay cosas que uno no se las explica (precios) , la lleve a la sociedad española de metales preciosos para analizar, por que tambien te puedo decir de joyeros que conozco que les han dado gato por liebre, pero en este caso la respuesta de SEMP, fue que ellos no podian suministrar esa calidad, lo maximo era 99,999 que llaman plata fina, y tambien mire en peru , que tiene buen precio, pero al pureza maxima tambien era de 99,999, aunque el proceso OCC la ventaja aparte de la pureza tanto en el cobre, plata o aluminio, es la longitud de los cristales de la extructura, pero tambien te digo esto, en la plata se nota menos si es que se nota, que en le cobre, este tipo de cobre es mucho mejor que cualquier otro, sera posiblemente por que el oxido del mismo no tiene la conductividad que el puro, y en la plata sin embargo hay menos diferencia.
aunque para mi el mejor es el Mundorf (97% plata y 3% oro), pero esta empresa no lo fabrica , salvo pedidos grandes, pero si tienes algo de consumo te lo pueden hacer aqui en españa, de la seccion que quieras y tambien dureza, pedido minimo 1kg., te cobran un poco mas que la cotizacion y luego me parece que eran 150 eu. de mano de obra, por pasarlo por las hileras.
aunque para mi el mejor es el Mundorf (97% plata y 3% oro), pero esta empresa no lo fabrica , salvo pedidos grandes, pero si tienes algo de consumo te lo pueden hacer aqui en españa, de la seccion que quieras y tambien dureza, pedido minimo 1kg., te cobran un poco mas que la cotizacion y luego me parece que eran 150 eu. de mano de obra, por pasarlo por las hileras.
alfp- Cantidad de envíos : 191
Localización : salamanca
Fecha de inscripción : 24/04/2013
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
la plata Mundorf no esta bañada, es aleada, la ves y visualmente es igual, en cuanto a las calidades de los materiales OCC, que yo sepa solo hay una, otra cosa es que luego le den diferentes tipos de tratamientos (criogenizarlos durante un periodo controlado de tiempo, Furutech) , pero no tengo ni idea si realmente sirve de algo aparte de publicidad, estamos hablando que en su momento cuando lo estube mirando era de cara a la confeccion y comercializacion, pero llego la crisis y tube que cambiar de tercio e intentar otras cosas, de hecho tambien compre algunas muestras de lamina de cobre de 0,02mm y 0,008mm de espesor (el mas fino que encontre en el mercado) para hacer condensadores para filtros de altavoces , con dielectrico de teflon de 0,02mm de espesor, tenia ya diseñada una maquina para hacer el bobinado y baños para platear el cobre, pero como te he dicho , la crisis y lo tuve que aparcar todo, en cuanto encuentre la direccion de los OCC de lo doy, un saludo.
alfp- Cantidad de envíos : 191
Localización : salamanca
Fecha de inscripción : 24/04/2013
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Sí, eso tengo entendido, que el límite actual está en 99.999 para la plata y 99.9999 para el cobre, y que lo demás es publicidad. Te lo preguntaba porque hay mucha estafa con la plata OCC, sobre todo en China y Taiwán. Mejor comprarle a Neotech, por ejemplo.
Cuando puedas, prueba la plata bañada en oro (no aleación). Tiene dos ventajas: el oro cubre externamente la plata, lo que impide que con el tiempo se sulfure (aunque sigue siendo igual de conductiva). Además, dicen que atenúa el brillo por el efecto skin (las altas frecuencias se transmitirán sobre todo por la capa de oro, no por el núcleo de plata).
Saludos
Cuando puedas, prueba la plata bañada en oro (no aleación). Tiene dos ventajas: el oro cubre externamente la plata, lo que impide que con el tiempo se sulfure (aunque sigue siendo igual de conductiva). Además, dicen que atenúa el brillo por el efecto skin (las altas frecuencias se transmitirán sobre todo por la capa de oro, no por el núcleo de plata).
Saludos
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
¿EXISTEN DIFERENCIAS ENTRE CABLES?
A día de hoy, casi todo en audio es polémico o parece discutible: se discute, por ejemplo, si todos los amplificadores suenan igual, si existen diferencias entre fuentes digitales, si merece la pena configurar correctamente el ordenador o pagar por software específico para audio, si la calidad de los componentes de un circuito (condensadores, resistencias, potenciómetros...) influye o no en el sonido, e incluso si las diferencias entre altavoces, a partir de cierto nivel, son realmente apreciables. En el marco de esta trifulca perpetua (amén de aburrida), los cables están en el ojo del huracán, en el epicentro de las polémicas. Aquí no valen las medias tintas: o las diferencias son palpables o son absolutamente inapreciables.
Hasta no hace muchas décadas (los años 70, en concreto), no existían los cables de audio doméstico como tales, sino cables diseñados para otros usos con conectores específicos para audio (XLR o RCA, entre otros). El concepto cable de altavoz, por ejemplo, es relativamente reciente. Cuarenta años atrás, nadie le encontraba sentido a usar un diseño específico para este cometido: cualquier cable eléctrico podía servir. En las últimas cuatro décadas, la situación ha cambiado completamente, casi hasta el extremo. En efecto, el estado de cosas ha basculado de manera radical: si era absurdo pensar que un cable de lámpara de un calibre reducido podía servir para conectar un amplificador con unos altavoces, también es un sinsentido pagar lo mismo que cuesta un coche de gama media por un cable que es tan solo un enlace entre dos componentes de un equipo que ha costado lo mismo que el cable o incluso menos.
Quienes defienden que no existen diferencias apreciables entre cables de audio (y vídeo) reaccionan, de forma legítima y sensata, contra los abusos de ciertos sectores de la industria. En principio, no es una reacción frente a los cables de interconexión de gama media (30-60 euros, para entendernos), sino contra los de 500, 1000 o 1500 euros, basados en explicaciones, teorías y coartadas que a menudo son de difícil comprobación. Sin embargo, a día de hoy, la crítica se extiende ya a todos los cables, sin excepción, siempre que no sean un simple alambre con una funda de PVC y un blindaje básico.
Los que no creen en los cables (ni en las diferencias entre circuitos electrónicos) sustentan su postura en varios argumentos considerados científicos, de los cuales destacan dos: las mediciones de laboratorio (o especificaciones técnicas) y las pruebas ciegas. Atendiendo a las primeras, se alega que la inmensa mayoría de aparatos y cables de audio presentan bajísimas tasas de distorsión, de lo que se concluye que suenan exactamente igual, porque cualquier diferencia audible sería una desviación respecto a la señal original, es decir, supondría una alta tasa de distorsión, que se vería reflejada en la ficha técnica o en las mediciones. Se admite, pues, que técnicamente existen diferencias objetivas entre componentes (y también entre cables, sometidos a valores mensurables como la inductancia, la capacitancia y la resistencia), pero que esas diferencias son inapreciables para el torpe oído humano.
El argumento principal, sin embargo, es la prueba de doble ciego. ¿Alguien es capaz de distinguir dos cables (o dos lectores de CD, o dos amplificadores) sin saber cuál de ellos está "sonando"? Estas pruebas, importadas de otros ámbitos científicos, se organizan (aunque no siempre) con todo el protocolo técnico imaginable y todos los controles de calidad que uno podría desear. El caso es que, hay que decirlo, nadie ha logrado superar jamás una prueba ciega donde hubiera que distinguir entre dos cables, y eso da que pensar. La conclusión, obviamente, es que no existen diferencias audibles entre cables. Si alguien escucha diferencias, estaremos ante un caso de sugestión individual; si varias personas coinciden en las mismas diferencias, claramente nos las habremos con una sugestión colectiva, que puede implicar a docenas e incluso a cientos de personas en varios puntos del mundo. ¿Quién los ha sugestionado? Por supuesto, las eternas fuerzas del mal, que operan desde las revistas de audio, los blogs y foros audiófilos y la publicidad engañosa.
Sin embargo, la cuestión es un poco más compleja de lo que parece. La industria suele atacar y desacreditar estas pruebas con argumentos ridículos: sostiene, por ejemplo, que una tasa de aciertos del 50% demuestra que existen diferencias; por ejemplo, que las sesiones son largas y los oyentes están sometidos a una gran tensión; por ejemplo, que no se han utilizado conmutadores con la calidad suficiente; por ejemplo, que los cables no estaban rodados; por ejemplo, que los asistentes no estaban familiarizados ni con la música ni con los equipos, y así un sinfín interminable de despropósitos. Estos contrargumentos no hacen más que alimentar a la postura contraria y nos hacen un flaco favor a quienes sí pensamos que en audio no solo no todo mide igual, sino que no todo suena de la misma manera.
Personalmente, mi camino ha sido el inverso al habitual: empecé creyendo en la postura científica, que a fin de cuentas parece la más sensata, y nunca invertí demasiado dinero en componentes electrónicos o en cables. Alguna prueba doméstica, de comparación instantánea, me reafirmó en esta idea, pues fui incapaz de apreciar diferencias (en el momento de la conmutación) entre lectores de CD o cables de audio. Me fijaba en lo que se fija todo el mundo: en cómo suena esta guitarra, en si se percibe bien la línea del bajo, en si se escucha tal chasquido en el segundo X, etc. La cosa parecía clara. Sin embargo, a medida que cambiaba de componentes y de cables, cuando me relajaba en el sillón y saboreaba la música de manera natural y espontánea, notaba cambios muy significativos entre amplificadores, entre fuentes digitales y, tal vez, entre cables. ¿Estaría yo también sugestionado, a pesar de que no leía revistas de audio y, sobre todo, a pesar de que la información que había recibido por otros medios no siempre coincidía con lo que en ese momento estaba escuchando?
Mi postura se decantó, finalmente, cuando me decidí a confeccionarme mis propios cables de manera artesanal, por puro gusto o por simple curiosidad. Era una actividad relativamente barata y me permitiría salir de dudas. Los primeros resultados cambiaron radicalmente mi manera de ver las cosas. Los cambios en el sonido y la influencia de los cables se me hacían tan evidentes que no me cabía ninguna duda. La sugestión no lo explicaba, ya que no eran cables comerciales y, por ello, no existía ningún articulista malévolo ni ninguna forma de publicidad que pudiera haberme influido. Desde luego, en estas actividades de bricolaje casero la sugestión más peligrosa suele venir de otro lado: si uno ha elaborado un producto con dedicación y cuidado, si lo ha hecho con ilusión y si ha invertido algo de tiempo, ¿cómo no iba a notar una mejora una vez finalizado? Lo más extraño, sin embargo, es que los cables que confeccionaba fruto de esa ilusión algo paternalista típica del bricolaje no siempre sonaban mejor que los de antes: más bien, sonaban de otra manera, y a veces sonaban francamente peor que otros cables de los que esperaba mucho menos. De este modo, se deshacía la ecuación según la cual, en audio, los resultados se corresponden con las expectativas.
Para salir completamente de dudas, di a probar a varios compañeros de afición algunos de esos cables, pero sin decirles cuál era mi opinión sobre cada uno de ellos, ni siquiera con qué materiales los había elaborado. Lo único que les pedía era que los probaran en sus casas con todo el tiempo del mundo (en efecto, se los envié como regalo) y que publicaran sus impresiones en un foro abierto. Si los probadores usaban el mismo cable, les pedía que me mandaran sus impresiones de forma privada, para que uno no influyera en el otro. Y he aquí las primeras sorpresas: esos probadores, que no sabían qué tipo de cable estaban utilizando ni cómo había sido confeccionado, coincidieron con mis impresiones casi hasta el más mínimo detalle, y quienes habían compartido el mismo cable sin saber uno de otro coincidieron también entre ellos. La pregunta, entonces, se hacía obligatoria: ¿por qué las diferencias entre cables, que pueden ser medidas en laboratorio, son perceptibles en la tranquilidad de nuestras casas y sin conmutación instantánea, pero no lo son en una prueba ciega? ¿Qué estaba fallando? ¿Fallaban los cables y la percepción de los oyentes, o fallaba el método de doble ciego y la comparación directa?
Cabe la posibilidad (por el momento es solo eso, una posibilidad) de que la prueba ciega no sea un método válido en determinadas aplicaciones. Pongamos algunos ejemplos: imagine que le invitan a un concierto en el que se interpreta la Séptima Sinfonía de Beethoven, y que es usted un admirador (amén de buen melómano) de las principales orquestas austroalemanas. Imagine que le vendan los ojos y lo conducen a la sala de conciertos, asiste a la velada sin ver a los intérpretes y luego le preguntan qué orquesta ha sonado. Podría ser la Filarmónica de Berlín, o bien la de Viena. También le preguntan quién dirigía la orquesta: Masur, Barenboim, Rattle... Usted no acierta a responder, y otras cien personas como usted apenas rozan el 50% de aciertos. ¿Significará eso que ambas orquestas suenan igual? ¿Que esos directores tienen el mismo estilo? En absoluto. Sería absurdo pensar, a partir de ese momento, que no existen diferencias entre orquestas, y que todos los directores son iguales, siempre que sigan la partitura a rajatabla y no le quiten el ojo al metrónomo (o sea, a las mediciones técnicas, objetivables, científicas). En ese caso, lo lógico sería pensar que lo que está fallando no es la historia de la música y la interpretación, sino el método en sí, que no es aplicable a ese contexto.
El seguno ejemplo es todavía más claro: es usted lector de novela. Nos corregimos: es usted un devorador de novelas, dotado de un gusto exquisito y puntilloso hasta el extremo de dejar un libro a medias si el estilo no le satisface. Le presentan dos párrafos de libros que no había leído, sobre temas similares y con un registro equiparable. Por supuesto, no le indican cuál es la procedencia de esos textos. ¿Son del mismo autor, o de dos autores distintos? Si son de novelistas diferentes, ¿cuál pertenece a A.M. y cúal a M.A.? Por supuesto, puede usted emplear la mediciones técnicas (porcentajes de adjetivos, tipos de verbos, estadísticas sobre tipos de oraciones...) que le venga en gana. Si no acierta, o si acierta a medias, tendrá que aceptar que A.M. y M.A. tienen estilos indistinguibles y que escriben exactamente de la misma manera. Sin embargo, cualquier lector sabe que A.M. tiene su propio estilo, y M.A. su peculiar manera de escribir, aunque la comparación directa entre dos párrafos (o cinco, o diez) no permita demostrarlo. De nuevo, falla el método, no lo que su intuición (la parte no verbalizable de su cerebro) le indicaba.
Un último ejemplo, a propósito de las mediciones. Camina usted por el supermercado y se detiene ante la sección de comida precocinada. Coja dos latas de fabada asturiana (o de garbanzos a la madrileña, o de callos, da lo mismo) y elija en función no de la fotografía (¡no se deje sugestionar!) sino de los ingredientes (las mediciones). Es probable que llegue a la conclusión de que ambas latas contienen exactamente lo mismo. Sin embargo, usted sabe (porque lo ha saboreado en su casa) que la primera lata contiene un preparado más sabroso que la segunda, que es apenas una pasta indigerible. Eso sucede porque las mediciones de la etiqueta contenían los aspectos mensurables, que no los más importantes, del hipotético sabor de la comida. El auténtico sabor de la comida, con toda su complejidad, no cabe en una tabla de porcentajes, ni siquiera en un osciloscopio. Para medirla, sin duda, el aparato más complejo que conocemos, incluso en el siglo XXI, sigue siendo el paladar humano, a pesar de que el paladar humano es torpe y limitado si lo comparamos con el de otras especies del mundo animal.
¿Realmente lo sabemos todo sobre el sonido? Quizás. ¿Y sobre el oído? No está tan claro, a juzgar por la impotencia de la otirronología actual ante la mayor parte de los problemas que afectan al oído, a menudo irreversibles. ¿Y sobre el modo en que el cerebro procesa los sonidos (junto a otras sensaciones)? Muchísimo menos. Apenas la punta del iceberg. No hace mucho leía un interesante artículo sobre el agua, la sustancia más común de nuestro mundo. A pesar de su simplicidad, a pesar de su vulgaridad, el agua sigue siendo incomprendida en sus aspectos más importantes: no se puede recrear el agua del mar en laboratorio, aún se nos escapa el motivo último por el que las corrientes de agua no se mezclan, por qué cristaliza de formas tan distintas y por qué esos critales se dejan influir (quizás) por la música y las emociones, por qué no se comporta como la mayoría de sustancias al congelarse, etc. El agua, leía, es hidrógeno y oxígeno, pero también un tercer elemento que aún no ha sido medido, que quizás no pueda medirse porque no es un elemento, y que hace que sea agua y se comporte como agua. (Enlace al texto) ¿De verdad lo sabemos todo sobre algo bastante más complejo, sobre algo como por ejemplo la interacción entre el sonido, el oído y el cerebro? ¿De verdad cabe la Inacabada de Schubert en la onda de un osciloscopio?
No tengo conocimientos de psicoacústica, sino tan solo intuiciones de un oyente que quiere ser honesto consigo mismo, de modo que lo que sigue es puramente intuitivo (como buena parte de lo que lo precede). Quizás el motivo por el que en una prueba ciega no se perciban las diferencias, pero sí las semejanzas, radique en las características de la percepción humana. En este caso, los ejemplos son también muy sencillos de entender. Todos nos hemos reído alguna vez viendo en la televisión alguno de esos programas de parecidos razonables, donde se encaran las imágenes de dos personas (normalmente, famosas) que comparten algún rasgo físico.
Este caso es extremo: se trata del parecido de un rostro humano con un objeto similar a una empanada. Objetivamente, las diferencias son mucho más abultadas que las semejanzas. Estas, también objetivamente, son muy discutibles, pues ambas imágenes no comparten ni rasgos de color, ni exactamente de forma, ni de complejidad. Sin embargo, nuestro cerebro ha sido capaz de detectar, casi al instante, las semejanzas (las líneas maestras, los puntos de fuga) y le ha parecido gracioso. Veamos ahora otra imagen.
La imagen es muchísimo más sencilla que la primera: no hay colores y apenas hay unas pocas líneas más o menos sencillas dibujadas con trazo homogéneo. Sin embargo, en este caso nuestro cerebro no detecta las diferencias al instante (algo que sí haría una máquina, es decir, una medición técnica). Incluso pasados unos segundos de concentración, seguiremos preguntándonos si no se nos habrá escapado alguna, si no deberíamos fijarnos de nuevo en los pliegues de la túnica, por si acaso. Lo más curioso es que la imagen de la izquierda, aislada de la otra, transmite al instante una sensación de seriedad y concentración, mientras que la de la derecha, también aislada de la otra, sugiere inmediatamente un sentimiento de piedad y paz. Esta percepción, cuando no se comparan, es intuitiva e instantánea. Sin embargo, cuando ha visto una imagen junto a la otra, ¿cuántos segundos ha tardado en fijarse en la ceja de la mujer? La razón y la conciencia han tardado bastante más (segundos frente a milésimas de segundo) en localizar un elemento que su intuición había percibido inmediatamente.
Parece, entonces, que nuestro cerebro no está demasiado entrenado para ver diferencias, sino todo lo contrario: tiene una facilidad increíble para encontrar similitudes incluso entre imágenes que apenas comparten algún rasgo difícil de medir objetivamente y con precisión, mientras que se las ve y se las desea para aislar diferencias incluso en objetos visuales relativamente sencillos. Téngase en cuenta, además, que estamos usando el sentido de la vista, nuestro sentido más ejercitado. ¿Podría suceder algo similar con el sentido del oído, mucho menos entrenado? ¿Está el oído (el cerebro) preparado para percibir semejanzas, pero no para distinguir matices en comparación directa? ¿Esos matices, que parecen irrelevantes en comparación directa, son determinantes en una escucha aislada, como sucedía con la ceja de la Virgen, difícil de percibir en un caso pero determinante en el otro? He aquí una posible explicación de por qué los cables no suenan en las pruebas ciegas, realizadas a conciencia, pero sí en las escuchas domésticas, puramente intuitivas. Aquí no existe componente alguno de sugestión, ni fuerzas pérfidas que nos presionen para ver lo que no vemos, ni vendedores de aceite de serpiente o crecepelo, sino una explicación sencilla basa en el modo en que percibimos y asimilamos las cosas. El modo, en definitiva, en que oímos, pero sobre todo la manera en que escuchamos.
(Seguirá.)
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Y has puesto ejemplos donde trabaja la vista, un sentido mucho más desarrollado que el oído.
Fary- Cantidad de envíos : 3220
Localización : Maracena
Fecha de inscripción : 02/01/2009
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Excelente exposición, clara y mesurada, con ejemplos verdaderamente ilustrativos. En doh palabrah: ¡MAH NIFICO!
En mi opinión, el mejor, y más equilibrado, comentario acerca del tema que jamás he leído en este foro (de otros, mejor ni hablar...)
Un par de apuntes: más que la ceja de la madre, creo es la sonrisa del niño la que transmite la sensación, no de piedad y paz, sino de abandono en la confianza, de poder dejarse llevar, de poder borrar los límites y ser uno con el otro...
En cuanto a lo que dices sobre la tendencia del cerebro a buscar coincidencias más que diferencias, es cierto, y parece estar relacionado con los mecanismos de supervivencia. Lo de buscar "la diferencia que marca la diferencia" (Bateson) es algo que aparece más tarde -cuando y si aparece- y que nos permite ir conociendo el mundo, ordenándolo y clasificándolo: así es como funciona la ciencia.
Lo de las mediciones está muy bien..., siempre y cuando sepamos qué medir, y cómo interpretarlo. En lo tocante a este mundillo, y como ilustración, suelo mencionar lo que sucedió en los años setenta, cuando se "descubrió" la realimentación negativa, y todos los fabricantes de amplificadores la tomaron por la panacea: daba unas mediciones espectacularmente buenas, y no era difícil ni costosa de aplicar..., pero algo no acababa de ir bien, como lo demostraban los que, usando circuitos de amplificación muy simples, sin realimentación, con mediciones de distorsión relativamente pobres, obtenían un sonido que, de algún modo, parecía más real. Hasta que un tal Mati Ottala, un finlandés que trabajaba para Harman Kardon -nada que ver con la Harman International de hoy- identificó -la diferencia que marca la diferencia- el fenómeno de la Distorsión Por Intermodulación Por Transitorios ( en inglés "TIM (Transitory InterModulation) ), y no sólo explicó por qué aparatos que medían bien sonaban así, así, mientras que otros, con mediciones aparentemente peores, sonaban mejor: era cuestión de buscar la diferencia en el plano temporal, no con mediciones de ondas estáticas...
Otro tanto pasó con los ecualizadores: en los años setenta, principios de los ochenta, raro era el equipo en el que no había un ecualizador, fuera éste gráfico o -en los menos- paramétrico. Tan evidente era que un ecualizador bien usado debería mejorar claramente el sonido de un buen equipo, que Shure sacó un maletín con un generador de ruido rosa y un analizador de espectro por octavas, con su micro (dinámico) calibrado: los ajustes eran muy sencillos de hacer. RCF sacó otro, de más enjundia, pues permitía ajustes en tercios de octava, y usaba un micro de electret: iba muy bien para calibrar magnetófonos y cassettes; y McIntosh adoptó un sistema de Bruel & Kjaer, con micro de condensador supercalibrado, para usar correctamente su ecualizador paramétrico, un modelo muy avanzado que literalmente permitía construirse un ecualizador a medida, pues traía una caja de condensadores de distintos valores, a usar según la frecuencia y la pendiente a corregir... Los tengo todos, y los usé mucho en aquellos días. Y en la mayoría de los casos, una o dos semanas después de corregida la respuesta del equipo, no era raro que el cliente comentara que a veces, al quitar el ecualizador, la música le sonaba más real: algo fallaba...
A principios de los ochenta, AR, el fabricante de altavoces, anunció que iba a sacar un sistema de ecualización que se calibraría automáticamente desde la posición de escucha, pero nunca volví a oir de él.
Y a principios de los noventa, Sterophile publicó un nota a pie de la página de novedades de la industria, mencionando a una compañía nueva, SigTech, de Cambridge (Massachussetts) que había sacado un nuevo ecualizador, esta vez digital, y una cita de un artículo publicado por un tal Ron Genereux en la AES, que decía que el gran problema de la corrección de sonido convencional era que, al trabajar en el dominio puramente frecuencial, no tenía ni podía tener en cuenta los fenómenos de interferencia entre la señal primaria y la reflejada en paredes, muebles, y suelo, por lo que la única manera de afrontarlos era mediante un análisis temporal y la elaboración de filtros FIR que se comportaran como un "negativo" de esos fenómenos de interferencia, variando constantemente en el tiempo: eso tenía sentido. Como la dirección de la nueva compañía era muy próxima a la que en su día tuvo AR, se me encendió la bombillita y les llamé por teléfono: tres meses más tarde, en el Ritz de Barcelona presentamos por primera vez, con la presencia y ayuda del ingeniero que lo había diseñado, el sistema de análisis y corrección de SigTech, que alguno de los presentes tal vez recuerde.
Eso supuso un cambio de paradigma, y hoy tenemos a un montón de contertulios que defienden a capa y espada el uso de DR COP y similares, descubriendo un Mediterráneo que lleva veinte años bañando las playas.
Toda esta tirada viene a cuento de las mediciones de los distintos parámetros del fenómeno acústico y su relación con la audición: ya se irán identificando los detalles -la diferencia que marca la diferencia- que verdaderamente importan a la hora de medir los cables. Y los condensadores. Y las resistencias. Y...
Una vez más, enhorabuena: te lo has currado tan bien como te curras la confección de tus cables. Un placer leerte.
Un saludo
En mi opinión, el mejor, y más equilibrado, comentario acerca del tema que jamás he leído en este foro (de otros, mejor ni hablar...)
Un par de apuntes: más que la ceja de la madre, creo es la sonrisa del niño la que transmite la sensación, no de piedad y paz, sino de abandono en la confianza, de poder dejarse llevar, de poder borrar los límites y ser uno con el otro...
En cuanto a lo que dices sobre la tendencia del cerebro a buscar coincidencias más que diferencias, es cierto, y parece estar relacionado con los mecanismos de supervivencia. Lo de buscar "la diferencia que marca la diferencia" (Bateson) es algo que aparece más tarde -cuando y si aparece- y que nos permite ir conociendo el mundo, ordenándolo y clasificándolo: así es como funciona la ciencia.
Lo de las mediciones está muy bien..., siempre y cuando sepamos qué medir, y cómo interpretarlo. En lo tocante a este mundillo, y como ilustración, suelo mencionar lo que sucedió en los años setenta, cuando se "descubrió" la realimentación negativa, y todos los fabricantes de amplificadores la tomaron por la panacea: daba unas mediciones espectacularmente buenas, y no era difícil ni costosa de aplicar..., pero algo no acababa de ir bien, como lo demostraban los que, usando circuitos de amplificación muy simples, sin realimentación, con mediciones de distorsión relativamente pobres, obtenían un sonido que, de algún modo, parecía más real. Hasta que un tal Mati Ottala, un finlandés que trabajaba para Harman Kardon -nada que ver con la Harman International de hoy- identificó -la diferencia que marca la diferencia- el fenómeno de la Distorsión Por Intermodulación Por Transitorios ( en inglés "TIM (Transitory InterModulation) ), y no sólo explicó por qué aparatos que medían bien sonaban así, así, mientras que otros, con mediciones aparentemente peores, sonaban mejor: era cuestión de buscar la diferencia en el plano temporal, no con mediciones de ondas estáticas...
Otro tanto pasó con los ecualizadores: en los años setenta, principios de los ochenta, raro era el equipo en el que no había un ecualizador, fuera éste gráfico o -en los menos- paramétrico. Tan evidente era que un ecualizador bien usado debería mejorar claramente el sonido de un buen equipo, que Shure sacó un maletín con un generador de ruido rosa y un analizador de espectro por octavas, con su micro (dinámico) calibrado: los ajustes eran muy sencillos de hacer. RCF sacó otro, de más enjundia, pues permitía ajustes en tercios de octava, y usaba un micro de electret: iba muy bien para calibrar magnetófonos y cassettes; y McIntosh adoptó un sistema de Bruel & Kjaer, con micro de condensador supercalibrado, para usar correctamente su ecualizador paramétrico, un modelo muy avanzado que literalmente permitía construirse un ecualizador a medida, pues traía una caja de condensadores de distintos valores, a usar según la frecuencia y la pendiente a corregir... Los tengo todos, y los usé mucho en aquellos días. Y en la mayoría de los casos, una o dos semanas después de corregida la respuesta del equipo, no era raro que el cliente comentara que a veces, al quitar el ecualizador, la música le sonaba más real: algo fallaba...
A principios de los ochenta, AR, el fabricante de altavoces, anunció que iba a sacar un sistema de ecualización que se calibraría automáticamente desde la posición de escucha, pero nunca volví a oir de él.
Y a principios de los noventa, Sterophile publicó un nota a pie de la página de novedades de la industria, mencionando a una compañía nueva, SigTech, de Cambridge (Massachussetts) que había sacado un nuevo ecualizador, esta vez digital, y una cita de un artículo publicado por un tal Ron Genereux en la AES, que decía que el gran problema de la corrección de sonido convencional era que, al trabajar en el dominio puramente frecuencial, no tenía ni podía tener en cuenta los fenómenos de interferencia entre la señal primaria y la reflejada en paredes, muebles, y suelo, por lo que la única manera de afrontarlos era mediante un análisis temporal y la elaboración de filtros FIR que se comportaran como un "negativo" de esos fenómenos de interferencia, variando constantemente en el tiempo: eso tenía sentido. Como la dirección de la nueva compañía era muy próxima a la que en su día tuvo AR, se me encendió la bombillita y les llamé por teléfono: tres meses más tarde, en el Ritz de Barcelona presentamos por primera vez, con la presencia y ayuda del ingeniero que lo había diseñado, el sistema de análisis y corrección de SigTech, que alguno de los presentes tal vez recuerde.
Eso supuso un cambio de paradigma, y hoy tenemos a un montón de contertulios que defienden a capa y espada el uso de DR COP y similares, descubriendo un Mediterráneo que lleva veinte años bañando las playas.
Toda esta tirada viene a cuento de las mediciones de los distintos parámetros del fenómeno acústico y su relación con la audición: ya se irán identificando los detalles -la diferencia que marca la diferencia- que verdaderamente importan a la hora de medir los cables. Y los condensadores. Y las resistencias. Y...
Una vez más, enhorabuena: te lo has currado tan bien como te curras la confección de tus cables. Un placer leerte.
Un saludo
orejones- Cantidad de envíos : 4687
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Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
hola de nuevo, para mi hay que tener en cuenta unas serie de condicionantes que creo son imprescindibles, por ejemplo las pruebas ciegas solo son validas durante cortos periodos de tiempo (10-15minutos) luego el cerebro se adapta y filtra lo que quiere, por lo que si esta mucho tiempo intentado sacar diferencias no lo conseguiras, si tienes un ruido de fondo y te centras solo en algunos sonidos al cabo de unos minutos dejas de percibir lo que no quieres oir , al igual que cuando estas viendo la televisison o el cine al cabo de un rato te aislas y centras solo en la imagen y salvo que haya algo de verdad que resalte del foco principal no lo pericibiras y sin embargo esta ahi, y luego tambien el oido humano tiene un rango de frecuencias que es capaz de percibir mejor , pero sobre todo somos mas sensibles en las frecuencias que mas nos interesan que son las de la voz humana, si equalizamos para tener una respuesta plana de osciloscopio o analizador de espectro nos encontraremos con que algunas franjas de frecuencias nos pareceran atenuadas al oido , por lo que al final a mi modo de ver lo que prima , es el detalle y la calidez de la musica que mas te guste, para mi una buena musica es la que me agrada escuchar y no me cansa, aunque analiticamente no sea la mejor, muchos de los bafles de mas renombre ves las graficas y dan ganas de llorar, pero suenan de fabula, sin embargo en un estudio de grabacion que suelen ser bastante mas plano y mas real , no suena demasiado bien, pero tienen que hacerlo asi por luego cada equipo (conjunto CD, ampli, previo, bafles) colorea de distinta forma y por supuesto la sala, el sonido perfecto no existe y no se puede recrear exactamente por muy bueno que sea el equipo, por lo que toca adaptarlo a nuestro gusto, esa es mi opinion
Última edición por alfp el Sáb Abr 27, 2013 11:45 pm, editado 1 vez
alfp- Cantidad de envíos : 191
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Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
bueno al final con tanto rollo no he comentado lo que realmente creo de los cables , que es de lo que trata este post, a mi modo de ver y por las pruebas que he realizado, donde mas nos interesa invertir es en señal, y es logico, aqui si se notara bastante un buen conductor, estamos manejando señales con milivoltios y tenemos factores de amplificacion de 1000:1 y mas que son perceptibles de diferenciar o percibir, por que lo un buen conductor , sobre todo los del tipo OCC o plata pura, son imprescindibles, la gran ventaja del sistema de fabricacion de la tecnoligia OCC, es que produce cristales super largos, por lo que la señal circula mucho mejor y sin alteraciones, que sufre al tener que saltar de cristal en cristal, de acuerdo que esas diferencias son infimas, pero cuando las vas sumando, al final son cuantificables y perceptibles, cosa que sin embargo, una vez que sale la señal del ampli (etapa de potencia) estas alteraciones son mucho menos perceptiles , lo que no quita que unos buenos cables y bien dimensionados se note, un saludo.
alfp- Cantidad de envíos : 191
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Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
orejones escribió:
Un par de apuntes: más que la ceja de la madre, creo es la sonrisa del niño la que transmite la sensación, no de piedad y paz, sino de abandono en la confianza, de poder dejarse llevar, de poder borrar los límites y ser uno con el otro...
Tienes razón: la sonrisa del niño es aún más importante, y la sensación que transmite es, en efecto, esa.
Los dos ejemplos (realimentación y ecualización) están muy bien traídos. Me los anoto.
Saludos (también a Alfp por su intervención).
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Interesante exposición y analogías. Me llama la atención que el hilo no tenga ya tres páginas de discusión, debe ser que el personal se ha aburrido del tema. Por mi parte, el contenido audiófilo de fondo me trae sin cuidado, pero me resulta curioso y atractivo el problema de la "percepción" y los porqués de semejante polémica.
Siempre me ha parecido que esas famosas pruebas ciegas no sirven para mucho, o para nada, si es que se hacen a base de fragmentos repetidos, que no lo sé muy bien. Pero es que escuchando música, la única forma de ir estableciendo las características diferenciales de los intérpretes es a base de una familiarización progresiva y lenta con cada uno de ellos. Después de tiempo de afición uno se va creando una imagen de cómo es el sonido de Horowitz, el de Richter, el de Gould, el de Gilels o el de Kempff. Nadie que sea buen aficionado al piano dudará de que cada uno tiene su personalidad, sin embargo dudo mucho que si me ponen fragmentos de la misma obra a ciegas pudiese identificar correctamente a cada uno. Supongo que todo dependerá del grado de profundización del oyente y el grado de interés en discernir lo que caracteriza a cada uno.
Que el cerebro tiende a fijarse más en el rasgo que identifica dos imágenes que en los elementos diferenciales probablemente es clave en todo esto, pero supongo que hay que matizar. Por ejemplo, me viene a la mente el tema de que para nosotros los chinos son todos iguales, nos cuesta individualizarlos, y está claro que entre ellos hay tantas diferencias como las hay entre nosotros. Quizás a ells les pasa que los occidentales les parecen todos iguales. Igualmente, si pensamos en las pelis de indios y vaqueros, cuando los indios no tienen personajes protagonistas, todos son iguales; sin embargo, los vaqueros, que van vestidos más o menos igual, son perfectamente identificables, porque se trata de fulano, mengano y citano, que son los protagonistas de la película. Más ejemplos: cuando escuchamos la música que nos gusta, tenemos claro las diferencias de intérpretes, de estilos, de canciones, etc. Cuando escuchamos un género que no nos gusta y desconocemos, todo nos suena igual. A mí me cuesta diferenciar lo bueno de lo malo en el flamenco, que desconozco absolutamente, o en el jazz, que también desconozco aunque me guste relativamente. Pero en la clásica, que es lo que más escucho, me cuesta diferenciar y establecer categorías con las orquestas, porque mi fijación se centra fundamentalmente en el solista, y más concretamente en el piano.
En conclusión, podríamos decir que el cerebro no solo tiene tendencia a fijarse en lo que une en lugar de lo que separa, sino que también está influído por el prejuicio subjetivo, es selectivo, y por lo tanto solo distingue las diferencias en los ámbitos de interés real del sujeto. Lo cual quiere decir que se necesita una actitud activa para encontrar las diferencias, y el punto de partida, la mirada más superficial, conduce a no observar diferencias significativas. El cielo para mí es un espacio lleno de puntitos todos iguales salvo en pequeñas diferencias de brillo; para un astrónomo es un mundo fascinante de diferencias, estructuras, cuerpos y fenómenos varios.
Desde mi punto de vista, no les falta razón a los que aducen sugestión en este asunto, pero no es sugestión comercial, es que nadie está totalmente libre de prejuicio, ya sea en un sentido o en otro. La escucha no está libre de algún filtro de este tipo, que son filtros inconscientes. una audición de música está tan nutrida de igualdades como de diferencias, por lo que cada uno puede poner el acento inconscientemente en una u otra mirada y nunca llegaremos a ponernos de acuerdo.
En cualquier caso, estoy de acuerdo en que la percepción primera, y la realmente válida, es la inconsciente. Cuando escuchamos una interpretación emocionante y cautivadora se trata de una percepción inexplicable en primera instancia. En realidad no sabemos por qué nos emociona ni cuales son los elementos objetivos que la hacen emocionante. Es después de esta primera captación cuando entra en juego la razón para tratar de explicar o describir el arte de un intérprete. Pero también cuando entra la razón en juego es cuando entra también el prejuicio o la influencia de saberes preestablecidos. Lo importante es esa impresión inconsciente o intuitiva, como dice Hamlet, y el uso de la razón suele distorsionar hacia algún lado y en mayor o menor medida la libertad de percepción.
Siempre me ha parecido que esas famosas pruebas ciegas no sirven para mucho, o para nada, si es que se hacen a base de fragmentos repetidos, que no lo sé muy bien. Pero es que escuchando música, la única forma de ir estableciendo las características diferenciales de los intérpretes es a base de una familiarización progresiva y lenta con cada uno de ellos. Después de tiempo de afición uno se va creando una imagen de cómo es el sonido de Horowitz, el de Richter, el de Gould, el de Gilels o el de Kempff. Nadie que sea buen aficionado al piano dudará de que cada uno tiene su personalidad, sin embargo dudo mucho que si me ponen fragmentos de la misma obra a ciegas pudiese identificar correctamente a cada uno. Supongo que todo dependerá del grado de profundización del oyente y el grado de interés en discernir lo que caracteriza a cada uno.
Que el cerebro tiende a fijarse más en el rasgo que identifica dos imágenes que en los elementos diferenciales probablemente es clave en todo esto, pero supongo que hay que matizar. Por ejemplo, me viene a la mente el tema de que para nosotros los chinos son todos iguales, nos cuesta individualizarlos, y está claro que entre ellos hay tantas diferencias como las hay entre nosotros. Quizás a ells les pasa que los occidentales les parecen todos iguales. Igualmente, si pensamos en las pelis de indios y vaqueros, cuando los indios no tienen personajes protagonistas, todos son iguales; sin embargo, los vaqueros, que van vestidos más o menos igual, son perfectamente identificables, porque se trata de fulano, mengano y citano, que son los protagonistas de la película. Más ejemplos: cuando escuchamos la música que nos gusta, tenemos claro las diferencias de intérpretes, de estilos, de canciones, etc. Cuando escuchamos un género que no nos gusta y desconocemos, todo nos suena igual. A mí me cuesta diferenciar lo bueno de lo malo en el flamenco, que desconozco absolutamente, o en el jazz, que también desconozco aunque me guste relativamente. Pero en la clásica, que es lo que más escucho, me cuesta diferenciar y establecer categorías con las orquestas, porque mi fijación se centra fundamentalmente en el solista, y más concretamente en el piano.
En conclusión, podríamos decir que el cerebro no solo tiene tendencia a fijarse en lo que une en lugar de lo que separa, sino que también está influído por el prejuicio subjetivo, es selectivo, y por lo tanto solo distingue las diferencias en los ámbitos de interés real del sujeto. Lo cual quiere decir que se necesita una actitud activa para encontrar las diferencias, y el punto de partida, la mirada más superficial, conduce a no observar diferencias significativas. El cielo para mí es un espacio lleno de puntitos todos iguales salvo en pequeñas diferencias de brillo; para un astrónomo es un mundo fascinante de diferencias, estructuras, cuerpos y fenómenos varios.
Desde mi punto de vista, no les falta razón a los que aducen sugestión en este asunto, pero no es sugestión comercial, es que nadie está totalmente libre de prejuicio, ya sea en un sentido o en otro. La escucha no está libre de algún filtro de este tipo, que son filtros inconscientes. una audición de música está tan nutrida de igualdades como de diferencias, por lo que cada uno puede poner el acento inconscientemente en una u otra mirada y nunca llegaremos a ponernos de acuerdo.
En cualquier caso, estoy de acuerdo en que la percepción primera, y la realmente válida, es la inconsciente. Cuando escuchamos una interpretación emocionante y cautivadora se trata de una percepción inexplicable en primera instancia. En realidad no sabemos por qué nos emociona ni cuales son los elementos objetivos que la hacen emocionante. Es después de esta primera captación cuando entra en juego la razón para tratar de explicar o describir el arte de un intérprete. Pero también cuando entra la razón en juego es cuando entra también el prejuicio o la influencia de saberes preestablecidos. Lo importante es esa impresión inconsciente o intuitiva, como dice Hamlet, y el uso de la razón suele distorsionar hacia algún lado y en mayor o menor medida la libertad de percepción.
Jeremias johnson- Cantidad de envíos : 2609
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Localización : Cerca del fin del mundo
Fecha de inscripción : 26/01/2010
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Jeremias johnson escribió:Interesante exposición y analogías. Me llama la atención que el hilo no tenga ya tres páginas de discusión, debe ser que el personal se ha aburrido del tema. Por mi parte, el contenido audiófilo de fondo me trae sin cuidado, pero me resulta curioso y atractivo el problema de la "percepción" y los porqués de semejante polémica.
Cierto, un hilo muy interesante
Lo del aburrrimiento y la audiofilia lo comparto plenamente. Lo primero porque creo que casi todos en general si notamos diferencias. A veces no hay, a veces son pequeñas y otras evidentes pero haberlas haylas, solo añadir que no he encontrado nunca una relación directa entre el precio y la magnitud de la diferencia, esa es la delgada línea roja entre el melómano y el audiófilo
La audiofilia en mi humilde opinión es otra historia de la que no quiero dar mi opinión porque ya no me interesa discutir algo que se positivamente que nunca llegará a ninguna conclusión ni a ningún punto de encuentro, los bandos ya se definieron hace mucho tiempo
Un saludo y fecilitar a Hamlet por la exposición
Migeru- Cantidad de envíos : 871
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Localización : Islas Baleares
Fecha de inscripción : 26/01/2010
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Buenas noches a todos. Tema apasionante, al menos para mi.
En primer lugar, Hamlet, enhorabuena por tu argumentación, la he leído con mucho interés aunque no coincido totalmente contigo. Me gustaría hacer una puntualización y varios comentarios:
Cuando realizo una prueba ciega no trato de averiguar en primera instancia qué componente está sonando, sino si existe una diferencia perceptible entre uno y otro. Es decir, busco una diferencia al conmutar. Resulta muy curioso analizar los resultados cuando sin que los oyentes lo sepan la conmutación realmente no se produce. Me parece muy significativo que habitualmente el auditorio note diferencias cuando no se ha producido realmente un cambio. Sólo si supero esta primera fase me planteo iniciar una segunda tratando de identificar los componentes. Es por ello que los ejemplos de la orquesta o el estilo de escritura no me parecen convincentes.
Orejones, el hecho de que algunos hayamos descubierto este "Mediterraneo" de la ecualización probablemente tenga que ver con 2 factores: el primero, la edad, y el segundo, la economía: hoy en día cualquier aficionado con 200€ o 300€ puede disponer de un sistema de medida y ecualización a años luz de lo que existía hace 20 años por un precio equivalente (y probablemente también a uno de precio muy superior)... me gustaría saber cuánto costaba el sistema de Sigtech presentado en el Ritz. Supongo que antes solo se bañaban los ricos, al menos en el Mediterraneo . Por otra parte, no acabo de ver qué ventajas claras aporta el filtrado FIR sobre el IIR (si es que por filtrado convencional te referías a éste) con respecto a la actuación sobre los modos de la sala más allá de cuestiones relacionadas con la fase y la estabilidad de la función de transferencia del filtro. Por supuesto que un banco de filtros de respuesta impulsional infinita calculados tras la correspondiente medición tiene en cuenta el efecto que sobre la respuesta en frecuencia tiene la interacción del sonido directo y el reflejado, o al menos lo intenta, en el punto de medida. Otra cosa es que el filtrado en frecuencia, en general, no sea capaz (que no lo es) de resolver todos los problemas acústicos y en ocasiones simplemente se trate de un parche que no resuelve el problema en su origen.
De veras que me gustaría, pero no me puedo dejar llevar por la percepción inconsciente para valorar la calidad percibida de un sistema de reproducción (no así del mensaje musical, que es una cosa bien distinta). Y la razón es bien simple: en esa percepción inconsciente intervienen otros 2 factores, difícilmente controlables, que no tienen nada que ver con el propio equipo: el estado físico y anímico. Y además lo hacen con un nivel de sutileza que bien pueden impedir que seamos conscientes de ello: un buen o mal día en el trabajo, una discusión con tu pareja, un pequeño catarro o alguna otra molestia física.. o incluso un copita de más (o de menos). Cualquiera de estos elementos va a alterar necesariamente nuestra experiencia auditiva, en muchas ocasiones sin que ni siquiera nos demos cuenta. Tratar de correlacionar cambios realizados sobre el equipo de reproducción con una percepción no ordenada de acuerdo a algún tipo de protocolo, me parece, personalmente, muy arriesgado. Quizás una escucha tras una buena o mala cena nos haga "ver la luz" en un momento determinado sobre cierto componente que llevamos días valorando sin llegar a una conclusión clara (quizás porque no suponga una diferencia realmente perceptible). O al menos eso puede parecernos en ese momento... y a partir de ahí cimentar una opinión equivocada. En definitiva, el que está en permanente cambio es el oyente, y con él puede estarlo también su valoración cualitativa del equipo de reproducción.
Reconozco que tengo mis dudas acerca de la infalibilidad de una prueba ABX, pero aún tengo más acerca de la escucha abierta (por llamarla de algún modo) y desde luego no me fio de ella (al menos de la mía) a la hora de rascarme el bolsillo.
Además hay otra cuestión. Que a Jeremías le suene mejor su reproductor de CDs con puntas de desacoplo, Hamlet prefiera los cables de interconexión de plata a los de cobre en su equipo o yo mismo no encuentre diferencias entre la salida digital de un Squeezebox Touch y un Pioneer LX50 (son simplemente ejemplos, no los toméis al pie de la letra) es irrelevante. Entendedme, no para cada uno de los mencionados, sino como prueba genérica de un hecho determinado. Lo que quiero decir es que para que una de estas afirmaciones tuviera realmente peso sería necesario establecer algún tipo de análisis estadístico (¿todavía se usa el ANOVA ?) sobre un experimento correctamente diseñado, basado en prueba ciega o en escucha abierta, que demostrara una correlación entre causa y efecto de un modo estadísticamente significativo.
Espero no haber molestado a nadie con mis comentarios. De haber sido así mis disculpas por adelantado puesto que no ha sido en ningún momento mi intención.
En primer lugar, Hamlet, enhorabuena por tu argumentación, la he leído con mucho interés aunque no coincido totalmente contigo. Me gustaría hacer una puntualización y varios comentarios:
Cuando realizo una prueba ciega no trato de averiguar en primera instancia qué componente está sonando, sino si existe una diferencia perceptible entre uno y otro. Es decir, busco una diferencia al conmutar. Resulta muy curioso analizar los resultados cuando sin que los oyentes lo sepan la conmutación realmente no se produce. Me parece muy significativo que habitualmente el auditorio note diferencias cuando no se ha producido realmente un cambio. Sólo si supero esta primera fase me planteo iniciar una segunda tratando de identificar los componentes. Es por ello que los ejemplos de la orquesta o el estilo de escritura no me parecen convincentes.
Orejones, el hecho de que algunos hayamos descubierto este "Mediterraneo" de la ecualización probablemente tenga que ver con 2 factores: el primero, la edad, y el segundo, la economía: hoy en día cualquier aficionado con 200€ o 300€ puede disponer de un sistema de medida y ecualización a años luz de lo que existía hace 20 años por un precio equivalente (y probablemente también a uno de precio muy superior)... me gustaría saber cuánto costaba el sistema de Sigtech presentado en el Ritz. Supongo que antes solo se bañaban los ricos, al menos en el Mediterraneo . Por otra parte, no acabo de ver qué ventajas claras aporta el filtrado FIR sobre el IIR (si es que por filtrado convencional te referías a éste) con respecto a la actuación sobre los modos de la sala más allá de cuestiones relacionadas con la fase y la estabilidad de la función de transferencia del filtro. Por supuesto que un banco de filtros de respuesta impulsional infinita calculados tras la correspondiente medición tiene en cuenta el efecto que sobre la respuesta en frecuencia tiene la interacción del sonido directo y el reflejado, o al menos lo intenta, en el punto de medida. Otra cosa es que el filtrado en frecuencia, en general, no sea capaz (que no lo es) de resolver todos los problemas acústicos y en ocasiones simplemente se trate de un parche que no resuelve el problema en su origen.
De veras que me gustaría, pero no me puedo dejar llevar por la percepción inconsciente para valorar la calidad percibida de un sistema de reproducción (no así del mensaje musical, que es una cosa bien distinta). Y la razón es bien simple: en esa percepción inconsciente intervienen otros 2 factores, difícilmente controlables, que no tienen nada que ver con el propio equipo: el estado físico y anímico. Y además lo hacen con un nivel de sutileza que bien pueden impedir que seamos conscientes de ello: un buen o mal día en el trabajo, una discusión con tu pareja, un pequeño catarro o alguna otra molestia física.. o incluso un copita de más (o de menos). Cualquiera de estos elementos va a alterar necesariamente nuestra experiencia auditiva, en muchas ocasiones sin que ni siquiera nos demos cuenta. Tratar de correlacionar cambios realizados sobre el equipo de reproducción con una percepción no ordenada de acuerdo a algún tipo de protocolo, me parece, personalmente, muy arriesgado. Quizás una escucha tras una buena o mala cena nos haga "ver la luz" en un momento determinado sobre cierto componente que llevamos días valorando sin llegar a una conclusión clara (quizás porque no suponga una diferencia realmente perceptible). O al menos eso puede parecernos en ese momento... y a partir de ahí cimentar una opinión equivocada. En definitiva, el que está en permanente cambio es el oyente, y con él puede estarlo también su valoración cualitativa del equipo de reproducción.
Reconozco que tengo mis dudas acerca de la infalibilidad de una prueba ABX, pero aún tengo más acerca de la escucha abierta (por llamarla de algún modo) y desde luego no me fio de ella (al menos de la mía) a la hora de rascarme el bolsillo.
Además hay otra cuestión. Que a Jeremías le suene mejor su reproductor de CDs con puntas de desacoplo, Hamlet prefiera los cables de interconexión de plata a los de cobre en su equipo o yo mismo no encuentre diferencias entre la salida digital de un Squeezebox Touch y un Pioneer LX50 (son simplemente ejemplos, no los toméis al pie de la letra) es irrelevante. Entendedme, no para cada uno de los mencionados, sino como prueba genérica de un hecho determinado. Lo que quiero decir es que para que una de estas afirmaciones tuviera realmente peso sería necesario establecer algún tipo de análisis estadístico (¿todavía se usa el ANOVA ?) sobre un experimento correctamente diseñado, basado en prueba ciega o en escucha abierta, que demostrara una correlación entre causa y efecto de un modo estadísticamente significativo.
Espero no haber molestado a nadie con mis comentarios. De haber sido así mis disculpas por adelantado puesto que no ha sido en ningún momento mi intención.
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
pablopi escribió:Buenas noches a todos. Tema apasionante, al menos para mi.
En primer lugar, Hamlet, enhorabuena por tu argumentación, la he leído con mucho interés aunque no coincido totalmente contigo. Me gustaría hacer una puntualización y varios comentarios:
Cuando realizo una prueba ciega no trato de averiguar en primera instancia qué componente está sonando, sino si existe una diferencia perceptible entre uno y otro. Es decir, busco una diferencia al conmutar. Resulta muy curioso analizar los resultados cuando sin que los oyentes lo sepan la conmutación realmente no se produce. Me parece muy significativo que habitualmente el auditorio note diferencias cuando no se ha producido realmente un cambio. Sólo si supero esta primera fase me planteo iniciar una segunda tratando de identificar los componentes. Es por ello que los ejemplos de la orquesta o el estilo de escritura no me parecen convincentes.
Orejones, el hecho de que algunos hayamos descubierto este "Mediterraneo" de la ecualización probablemente tenga que ver con 2 factores: el primero, la edad, y el segundo, la economía: hoy en día cualquier aficionado con 200€ o 300€ puede disponer de un sistema de medida y ecualización a años luz de lo que existía hace 20 años por un precio equivalente (y probablemente también a uno de precio muy superior)... me gustaría saber cuánto costaba el sistema de Sigtech presentado en el Ritz. Supongo que antes solo se bañaban los ricos, al menos en el Mediterraneo . Por otra parte, no acabo de ver qué ventajas claras aporta el filtrado FIR sobre el IIR (si es que por filtrado convencional te referías a éste) con respecto a la actuación sobre los modos de la sala más allá de cuestiones relacionadas con la fase y la estabilidad de la función de transferencia del filtro. Por supuesto que un banco de filtros de respuesta impulsional infinita calculados tras la correspondiente medición tiene en cuenta el efecto que sobre la respuesta en frecuencia tiene la interacción del sonido directo y el reflejado, o al menos lo intenta, en el punto de medida. Otra cosa es que el filtrado en frecuencia, en general, no sea capaz (que no lo es) de resolver todos los problemas acústicos y en ocasiones simplemente se trate de un parche que no resuelve el problema en su origen.
De veras que me gustaría, pero no me puedo dejar llevar por la percepción inconsciente para valorar la calidad percibida de un sistema de reproducción (no así del mensaje musical, que es una cosa bien distinta). Y la razón es bien simple: en esa percepción inconsciente intervienen otros 2 factores, difícilmente controlables, que no tienen nada que ver con el propio equipo: el estado físico y anímico. Y además lo hacen con un nivel de sutileza que bien pueden impedir que seamos conscientes de ello: un buen o mal día en el trabajo, una discusión con tu pareja, un pequeño catarro o alguna otra molestia física.. o incluso un copita de más (o de menos). Cualquiera de estos elementos va a alterar necesariamente nuestra experiencia auditiva, en muchas ocasiones sin que ni siquiera nos demos cuenta. Tratar de correlacionar cambios realizados sobre el equipo de reproducción con una percepción no ordenada de acuerdo a algún tipo de protocolo, me parece, personalmente, muy arriesgado. Quizás una escucha tras una buena o mala cena nos haga "ver la luz" en un momento determinado sobre cierto componente que llevamos días valorando sin llegar a una conclusión clara (quizás porque no suponga una diferencia realmente perceptible). O al menos eso puede parecernos en ese momento... y a partir de ahí cimentar una opinión equivocada. En definitiva, el que está en permanente cambio es el oyente, y con él puede estarlo también su valoración cualitativa del equipo de reproducción.
Reconozco que tengo mis dudas acerca de la infalibilidad de una prueba ABX, pero aún tengo más acerca de la escucha abierta (por llamarla de algún modo) y desde luego no me fio de ella (al menos de la mía) a la hora de rascarme el bolsillo.
Además hay otra cuestión. Que a Jeremías le suene mejor su reproductor de CDs con puntas de desacoplo, Hamlet prefiera los cables de interconexión de plata a los de cobre en su equipo o yo mismo no encuentre diferencias entre la salida digital de un Squeezebox Touch y un Pioneer LX50 (son simplemente ejemplos, no los toméis al pie de la letra) es irrelevante. Entendedme, no para cada uno de los mencionados, sino como prueba genérica de un hecho determinado. Lo que quiero decir es que para que una de estas afirmaciones tuviera realmente peso sería necesario establecer algún tipo de análisis estadístico (¿todavía se usa el ANOVA ?) sobre un experimento correctamente diseñado, basado en prueba ciega o en escucha abierta, que demostrara una correlación entre causa y efecto de un modo estadísticamente significativo.
Espero no haber molestado a nadie con mis comentarios. De haber sido así mis disculpas por adelantado puesto que no ha sido en ningún momento mi intención.
Pues va y resulta que tú mismo has contestado, y muy acertadamente, a la cuestión que planteas...
Para los no familiarizados con el tema de la ecualización, ahí va una sucinta exposición de por qué la ecualización convencional, la que se efectúa en el dominio puramente analógico, no funciona en la mayoría de los casos.
Cuando reproducimos sonido a través de un sistema de altavoces, en una habitación cerrada -entendiendo por tal un recinto con cuatro paredes, suelo y techo-, a la posición del oyente llegará primero el sonido directo procedente de cada altavoz, y unos milisegundos más tarde el reflejo de ese sonido en paredes, suelo, techo, algún mueble con superficie plana, etc.
Como el sonido, a la temperatura ambiente de un domicilio y en condiciones atmosféricas normales, viaja a unos 340 m por segundo (343,2 m/s a 20ºC), estos sonidos reflejados suelen llegar al oyente unos milisegundos más tarde que el sonido principal. Aún no se ha podido determinar con precisión cuál es la ventana temporal (el tiempo que ha de separar un sonido de otro, para que el oído los perciba como sonidos diferentes) del oido humano, pero se estima que es de entre 35 y 50 ms: a la velocidad del sonido, esto supone que el sonido reflejado que llegue a la posición del oyente, si lo hace por debajo de ese intervalo, interferirá en la percepción del sonido directo procedente de los altavoces, y será interpretado por el oído humano como parte del mismo.
Estas interferencias se pueden reducir, a efectos prácticos, a los fenómenos de cancelación y suma que se producen cuando dos ondas se encuentran: las frecuencias que, en el punto de audición, lleguen en fase, se suman; y las que lleguen fuera de fase se cancelan entre sí, en un grado variable, dependiente de la intensidad relativa de ambas. Este hecho, tan simple, hace que unos altavoces que en cámara anecoica o al aire libre (es decir, en condiciones en que no hay sonido reflejado, o éste es tan débil que no se percibe) dan una respuesta en frecuencias prácticamente plana, en una sala típica puedan presentar desviaciones de hasta +/- 20 dB sobre esa respuesta. Y lo más interesante es
Este es el punto en que los interesados, con estos datos, podrán calcular con precisión cuál es la distancia mínima a que habrían de estar las superficies reflectantes para que las interferencias fueran inaudibles o mínimas; así como tomar conciencia de la importancia de la relación entre la distancia entre altavoces y oyente, en relación con la que haya entre éstos y esas superficies, importa, y mucho: explican perfectamente las ventajas de la escucha en campo próximo...
Como quiera que la mayoría de esas desviaciones se producen como resultado de fenómenos de cancelación y suma, si intentáramos corregirlas mediante un ecualizador analógico, resultaría que al actuar mediante la ecualización sobre la intensidad del sonido principal en una gama de frecuencias, también se vería afectado el sonido reflejado, manteniéndose entre ambos la proporción que inicialmente hubiera: si el problema fuera debido a un exceso de intensidad en alguna frecuencia, un uso juicioso del ecualizador -mejor si paramétrico, por permitirnos elegir con más precisión la banda de frecuencias sobre las que actuar- puede permitirnos una cierta mejora; pero si el problema percibido fuera una caída en la respuesta a ciertas frecuencias, entonces nos encontraríamos con que, al aumentar la intensidad de esas frecuencias en el sonido directo, también aumentaría la intensidad de esas frecuencias en el sonido reflejado, con lo que el efecto de cancelación (el "agujero") a esas frecuencias, permanecería intacto, hasta el punto de que podríamos llegar a reventar los altavoces, o a quemar el amplificador, y el problema seguiría ahí.
Evidentemente, si el problema viniera de que el altavoz cojeara un tanto en la linealidad de reproducción de las distintas frecuencias, entonces sí que podríamos recurrir a un ecualizador convencional. Pero esa desviación, en altavoces que se precien, suele ser bastante pequeña, y francamente tolerable por el oyente: la única excepción que se me ocurre en este momente es la de los monitores de pequeño tamaño, que frente a sus innegables virtudes presentan el inconveniente de una menor respuesta en graves, por razones puramente físicas.
Cuando el problema viene de la interacción entre altavoces y sala -lo más frecuente-, la única solución posible en el dominio puramente analógico consiste en buscar la ubicación más correcta de los altavoces, aquella en que los modos de excitación en esa sala aparezcan lo más dispersos posible -de aquí la importancia de unas dimensiones correctas- y proceder a una corrección pasiva, mediante un uso juicioso de material absorbente, combinado con algunos paneles que dispersen el sonido en vez de reflejarlo tal cual les llega: de hecho, ésta es la solución óptima..., siempre y cuando se cuente con una sala de ciertas dimensiones, de los conocimientos y fondos necesarios, y por último, pero no lo menos importante -last but not least, que diría un guiri-, el permiso de la parte contraria, cosa que rara vez sucede...
Y aquí es donde entra en juego la corrección activa en el dominio digital, donde se nos permite hacer un análisis no sólo frecuencial, sino también impulsional y temporal, que nos permite ver con bastante detalle dónde radican los problemas, e incluso elaborar un filtro digital que, interpuesto en el paso de la señal, nos permita corregir los distintos defectos, no sólo en la respuesta original del altavoz, sino también los debidos a las interferencias, ya que se comporta como un "negativo sonoro" de la sala desde la posición del oyente: esto es lo que en su día desarrolló, por primera vez que yo sepa, SigTech, y que abrió la puerta a lo que entonces era el futuro de la reproducción sonora, algo que quien haya oído un sistema corregido mediante DRCOP o algún programa similar podrá corroborar -de hecho, muchos ya lo han hecho en un hilo sobre ese tema, abierto hace unos meses y con un número de visitantes francamente alto.
Lo de "descubrir el Mediterráneo" iba simplemente por señalar que lo de la corrección digital no era algo tan nuevo, pues lleva un par de décadas circulando. Por nada más.
Un saludo
Última edición por orejones el Mar Abr 30, 2013 8:30 pm, editado 1 vez (Razón : Editado para borrar párrafo repetido)
orejones- Cantidad de envíos : 4687
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Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Bueno, la verdad es que me alegra muchísimo que mi post haya servido para iniciar un debate mesurado, lleno de datos interesantes, y sobre todo civilizado y propio de personas que comparten la misma afición y solo buscan aprender y entretenerse. Al menos, ese es mi caso.
Pablopi: el ejemplo de las orquestas, en efecto, no sirve para la conmutación inmediata. Sin embargo, el de los párrafos sí es válido para ese tipo de prueba: mezcla párrafos de autores distintos y acierta a decir dónde se produce el salto, y si el lector no sabe decirlo no será porque los dos novelistas hayan perdidos sus estilos característicos, sino más bien porque la prueba, en ese caso, era improcedente.
Hay otro método, que no sé si alguna vez se ha ensayado de forma totalmente controlada, que de alguna manera había apuntado arriba. Se inspira en lo que los anglosajones llaman revisión por pares: se envía el mismo lector o el mismo cable (sin marca, o de modo que no se pueda identificar) a dos, cuatro u ocho revisores distintos, que no se conocen. Cada uno, anónimamente, redacta un informe, una especie de impresión de escucha, y la remite a alguien independiente que controle que el proceso es imparcial. Luego se comparan esos informes, para ver si hay coincidencias que no se expliquen por el azar. Tengo la sensación de que los resultados serían sorprendentes. Me pasa muy a menudo: pienso en un nuevo cable, lo pruebo, me formo una opinión, y después quien me encarga un modelo idéntico me escribe y suele coincidir conmigo (en algo que, desde luego, yo no le había revelado).
Desde luego, los revisores de las revistas de audio no emplean, ni de lejos, un sistema parecido a este, porque en ese contexto tampoco tiene sentido.
Un saludo
Pablopi: el ejemplo de las orquestas, en efecto, no sirve para la conmutación inmediata. Sin embargo, el de los párrafos sí es válido para ese tipo de prueba: mezcla párrafos de autores distintos y acierta a decir dónde se produce el salto, y si el lector no sabe decirlo no será porque los dos novelistas hayan perdidos sus estilos característicos, sino más bien porque la prueba, en ese caso, era improcedente.
Hay otro método, que no sé si alguna vez se ha ensayado de forma totalmente controlada, que de alguna manera había apuntado arriba. Se inspira en lo que los anglosajones llaman revisión por pares: se envía el mismo lector o el mismo cable (sin marca, o de modo que no se pueda identificar) a dos, cuatro u ocho revisores distintos, que no se conocen. Cada uno, anónimamente, redacta un informe, una especie de impresión de escucha, y la remite a alguien independiente que controle que el proceso es imparcial. Luego se comparan esos informes, para ver si hay coincidencias que no se expliquen por el azar. Tengo la sensación de que los resultados serían sorprendentes. Me pasa muy a menudo: pienso en un nuevo cable, lo pruebo, me formo una opinión, y después quien me encarga un modelo idéntico me escribe y suele coincidir conmigo (en algo que, desde luego, yo no le había revelado).
Desde luego, los revisores de las revistas de audio no emplean, ni de lejos, un sistema parecido a este, porque en ese contexto tampoco tiene sentido.
Un saludo
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Muy buenos comentarios, desde luego los cambios si se notan, sobre todo en nuestro equipo y con escuchas tranquilas de nuestro sistema y discos favoritos. Y con cual quedarnos? Porque sería una locura tratar de probar todos los modelos existentes, nos volveríamos tarumbas... Pues creo que el límite está en parar en aquel que nos trasmita emoción y sensaciones, y después, sentarse a disfrutar. Sobre lo comentado de pasivo o activo, creo que con las dos formas se pueden conseguir resultados muy buenos, es cuestión de compromiso y búsqueda de equilibrio, y de poner una importancia extrema en las fuentes que son las primeras de la cadena. Un saludo.
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Yo he estado hace algún tiempo tentado a hacer mi propia prueba ciega, pero se necesita colaboración de un tercero y si se lo propongo a mi mujer me mandará al carajo, lógicamente. Por cierto, ella fue la primera que me convenció de la diferencia entre cables ante mi sorpresa e incredulidad, y no tiene nada que ver con este mundo.
Las veces que me he puesto a analizar la calidad sonora de un cambio en el equipo, dos fuentes o dos cables, he utilizado dos procedimientos. En cuanto a cables de cajas, poniendo un cable distinto en cada canal y acercándome sucesivamente a uno u otro altavoz, e intercambiando entre ellos. Esto como una primera impresión para detectar cambios de algún parámetro que se pueda hacer evidente así. Pero lo más frecuente ha sido escuchar detenidamente unos pocos discos con un cable u otro, o una fuente y otra hasta localizar en determinados pasajes la diferencia de naturaleza.
Mi idea de prueba ciega sería entonces comenzar con una fase preparatoria consistente en escuchar durante el tiempo necesario los elementos que se van a juzgar, pueden ser horas o días. Una vez que se tiene una imagen clara de la diferencia en un determinado disco y en un determinado pasaje, por como suena el bajo, por como suenan determinados sonidos secundarios o por lo que sea, podemos pasar a la parte ciega, y entrar en la sala para escuchar ese fragmento conocido con uno u otro cacharro sin saber cuál está sonando. Repetir varias veces la operación con una secuencia de cambios desconocida para el oyente y que este diga si suena A o B. Es decir, primero estudiar el carácter de A y el de B, y cuando se tenga clara la diferencia, pasamos a la etapa ciega, entonces será cuando averiguemos si las diferencias captadas inicialmente tienen base objetiva o solo eran producto de nuestra subjetividad. Es como si tuvieramos que identificar a ciegas dos voces de dos personas que se parecen bastante. Propongo primero empaparse previamente del carácter de cada voz, y una vez entrenado el oído en las sutilezas que las distinguen, proceder a la prueba ciega.
Otra cuestión es la facilidad con que el cerebro se atasca y fatiga en las sesiones de escucha. Llega un momento de incertidumbre en que la borrachera es tal que ya pierdes la perspectiva. En estos casos yo tengo una solución; llamo a mi mujer y le pregunto. ¿Cómo te suena mejor, así o así? Siempre me responde sin titubeos a la primera. Y siempre elijo su solución.
PD. Por cierto, Pablopi, ya sé que era solo un ejemplo, pero yo de puntas de desacoplo, nada de nada, no tengo ninguna en ninguna parte, ni cables de corriente especiales, ni filtros ni ningún artilugio audiófilo-esotérico
Las veces que me he puesto a analizar la calidad sonora de un cambio en el equipo, dos fuentes o dos cables, he utilizado dos procedimientos. En cuanto a cables de cajas, poniendo un cable distinto en cada canal y acercándome sucesivamente a uno u otro altavoz, e intercambiando entre ellos. Esto como una primera impresión para detectar cambios de algún parámetro que se pueda hacer evidente así. Pero lo más frecuente ha sido escuchar detenidamente unos pocos discos con un cable u otro, o una fuente y otra hasta localizar en determinados pasajes la diferencia de naturaleza.
Mi idea de prueba ciega sería entonces comenzar con una fase preparatoria consistente en escuchar durante el tiempo necesario los elementos que se van a juzgar, pueden ser horas o días. Una vez que se tiene una imagen clara de la diferencia en un determinado disco y en un determinado pasaje, por como suena el bajo, por como suenan determinados sonidos secundarios o por lo que sea, podemos pasar a la parte ciega, y entrar en la sala para escuchar ese fragmento conocido con uno u otro cacharro sin saber cuál está sonando. Repetir varias veces la operación con una secuencia de cambios desconocida para el oyente y que este diga si suena A o B. Es decir, primero estudiar el carácter de A y el de B, y cuando se tenga clara la diferencia, pasamos a la etapa ciega, entonces será cuando averiguemos si las diferencias captadas inicialmente tienen base objetiva o solo eran producto de nuestra subjetividad. Es como si tuvieramos que identificar a ciegas dos voces de dos personas que se parecen bastante. Propongo primero empaparse previamente del carácter de cada voz, y una vez entrenado el oído en las sutilezas que las distinguen, proceder a la prueba ciega.
Otra cuestión es la facilidad con que el cerebro se atasca y fatiga en las sesiones de escucha. Llega un momento de incertidumbre en que la borrachera es tal que ya pierdes la perspectiva. En estos casos yo tengo una solución; llamo a mi mujer y le pregunto. ¿Cómo te suena mejor, así o así? Siempre me responde sin titubeos a la primera. Y siempre elijo su solución.
PD. Por cierto, Pablopi, ya sé que era solo un ejemplo, pero yo de puntas de desacoplo, nada de nada, no tengo ninguna en ninguna parte, ni cables de corriente especiales, ni filtros ni ningún artilugio audiófilo-esotérico
Jeremias johnson- Cantidad de envíos : 2609
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Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
El tiempo en que el oído integra depende del propio sonido. Imagina una caja perfecta en una sala anecoica con una sola reflexión con la misma intensidad que el sonido directo y un retardo de 5 ms. Esa señal la tengo en WAV y te aseguro que se oyen dos señales y no una.orejones escribió:Como el sonido, a la temperatura ambiente de un domicilio y en condiciones atmosféricas normales, viaja a unos 340 m por segundo (343,2 m/s a 20ºC), estos sonidos reflejados suelen llegar al oyente unos milisegundos más tarde que el sonido principal. Aún no se ha podido determinar con precisión cuál es la ventana temporal (el tiempo que ha de separar un sonido de otro, para que el oído los perciba como sonidos diferentes) del oido humano, pero se estima que es de entre 35 y 50 ms: a la velocidad del sonido, esto supone que el sonido reflejado que llegue a la posición del oyente, si lo hace por debajo de ese intervalo, interferirá en la percepción del sonido directo procedente de los altavoces, y será interpretado por el oído humano como parte del mismo.
Yo ni soy partidario ni dejo de serlo de ninguna técnica, lo que hay que hacer en todo caso es tener criterio y no pensar que algo es la panacea. Partamos de la señal que hemos descrito con su reflexión que supongamos que viene de una pared trasera.
La respuesta en frecuencia suavizada del sistema es ésta:
El valle a 100 Hz no lo podemos arreglar con el EQ, pero el pico a 200 Hz sí (en otros casos el pico puede estar 20 dB por encima).
El caso es que si convolucionamos nuestra señal con una que tenga la reflexión invertida, entre ellas se aniquilarán y tendremos una respuesta perfecta en tiempo y frecuencia...
Bueno, sin tener en cuenta que nuestras cajas están sufriendo el doble, que si nos movemos ligeramente hacia adelante o atrás las dos señales no se aniquilan y tendremos 3 deltas.
Claro, tampoco tenemos en cuenta que el micrófono no tiene por qué ser perfecto, que su patrón directivo no se parece en nada al de nuestro oído, que la sala sigue haciendo lo mismo con el doble de energía... y eso es lo que llama un amigo un DRCCDP (DRC con dos pistolas). Algo que mejora un desastre y que fastidia una buena sala.
http://www.audiopeludo.com/index.php?ind=blog&op=home&idu=3&singlepost=533Todo se precipitó hace unos meses cuando cambié mis monitores Adam A7 por los Yamaha Msp5. Fue ponerlos en casa y no notar nada en absoluto. La gente me preguntaba qué tal los nuevos monitores, y yo no sabía qué responder. Pues todo suena exactamente igual. Y lo peor es que tenía la intuición de que aunque me gastara 10 veces más seguiría sonando igual. Y estaba en lo cierto.
Ahora ya sé porqué.
Desde hace bastante he usado el Arc como Eq correctora a la salida del master para modificar la respuesta en frecuencia de los monitores y compensar las deficiencias de la sala. Todo me sonaba más artificial, y sobretodo más estrecho y pequeño. Más mono.
No me extraña. Aunque el Arc modifica la respuesta frecuencial no hace nada con la reverberación, que es el principal problema. El sonido, aunque salga perfectamente plano de los monitores empieza a rebotar y rebotar y se pierde la imagen estereo, aparecen problemas de fase, cancelaciones, filtros de peine y demás mierdas. El resultado es el que es: un ignorante como yo en su casa escuchando todo como el puto culo y luego diciendo que todos los cacharros son iguales. Porque en mi sala todos suenan iguales.
Invitado- Invitado
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Hamlet escribió:
Sin embargo, el de los párrafos sí es válido para ese tipo de prueba: mezcla párrafos de autores distintos y acierta a decir dónde se produce el salto, y si el lector no sabe decirlo no será porque los dos novelistas hayan perdidos sus estilos característicos, sino más bien porque la prueba, en ese caso, era improcedente.
...o porque en un párrafo no hay suficientes elementos para caracterizar de un modo lo suficientemente claro el estilo de un autor. La pregunta sería entonces ¿10 o 15 segundos de reproducción musical son suficientes para contener una "firma sónica" (por llamarla de algún modo) distinguible e indicativa de la calidad de reproducción (que no de la interpretación)? El problema, creo, es que si la respuesta fuera que "no" la cosa tendría difícil solución puesto que la memoria auditiva del ser humano es pésima (o al menos eso dicen los expertos), con lo que solo nos quedaría como método de comparación las sensaciones tras una escucha prolongada, como habéis comentado algunos. Pero es que yo de las sensaciones (de las mías) no me fío .
Jeremias johnson escribió:Yo he estado hace algún tiempo tentado a hacer mi propia prueba ciega, pero se necesita colaboración de un tercero y si se lo propongo a mi mujer me mandará al carajo, lógicamente.
Yo creo que sería interesante que lo probaras, si en algún momento estás en disposición de hacerlo.
Por cierto que yo nunca he dicho que todo suene igual. Estoy convencido de que hay cables que modifican la señal lo suficiente, atenuando de modo distinto determinadas frecuencias, como para que el efecto sea audible. Basta con escoger adecuadamente sus parámetros eléctricos... Pero no le acabo de ver el sentido a ¿ecualizar? dando palos de ciego con unos cables y otros para modificar el "carácter" del equipo.
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
berättar senare escribió:http://www.audiopeludo.com/index.php?ind=blog&op=home&idu=3&singlepost=533
Desde hace bastante he usado el Arc como Eq correctora a la salida del master para modificar la respuesta en frecuencia de los monitores y compensar las deficiencias de la sala. Todo me sonaba más artificial, y sobretodo más estrecho y pequeño. Más mono.
¿El ARC que se menciona es éste?
http://www.soundonsound.com/sos/mar08/articles/ikmultimediaarc.htm
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Supongo que sí, aunque no comparto la afirmación de que sólo afecte a la frecuencia (ni otras muchas cosas que comenta Paco, hay que tener en cuenta que durante un mes o así pasó de no tener ni idea de acústica a un empacho)
Invitado- Invitado
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
pablopi escribió:
...o porque en un párrafo no hay suficientes elementos para caracterizar de un modo lo suficientemente claro el estilo de un autor. La pregunta sería entonces ¿10 o 15 segundos de reproducción musical son suficientes para contener una "firma sónica" (por llamarla de algún modo) distinguible e indicativa de la calidad de reproducción (que no de la interpretación)? El problema, creo, es que si la respuesta fuera que "no" la cosa tendría difícil solución puesto que la memoria auditiva del ser humano es pésima (o al menos eso dicen los expertos), con lo que solo nos quedaría como método de comparación las sensaciones tras una escucha prolongada, como habéis comentado algunos. Pero es que yo de las sensaciones (de las mías) no me fío .
Yo creo que sería interesante que lo probaras, si en algún momento estás en disposición de hacerlo.
Por cierto que yo nunca he dicho que todo suene igual. Estoy convencido de que hay cables que modifican la señal lo suficiente, atenuando de modo distinto determinadas frecuencias, como para que el efecto sea audible. Basta con escoger adecuadamente sus parámetros eléctricos... Pero no le acabo de ver el sentido a ¿ecualizar? dando palos de ciego con unos cables y otros para modificar el "carácter" del equipo.
Hace tiempo que no hago cambios y pruebas, pero intentaré probar.
En cualquier caso hay cosas de este debate que se pueden comentar al margen de la experiencia directa respecto de las pruebas ciegas. Señalo tu comentario sobre tu poca confianza en tus sensaciones, porque pienso que deberías fiarte de ellas. Es más, las sensaciones siempre son verdaderas, pero no hay que confundir "sensaciones" con "percepciones". Un matiz importante. La percepción del oído o de la vista es "interpretada" por el cerebro, y ya vemos en los famosos dibujitos típicos cómo el cerebro nos juega malas pasadas. Yo del que no me fiaría sería del cerebro. Pero esto ocurre cuando pretendemos ver u oír de forma consciente. Sin embargo, la sensación es un flujo de información inconsciente, son cosas que "se sienten", es eso que decimos al conocer a una persona de "me da mala espina", eso que hace que no exista empatía pero sin saber a ciencia cierta por qué, o viceversa. Y es lo primero que se activa cuando uno escucha música. Es una sensación, un sentimiento, no es un hecho objetivamente describible, es un saber que todavía no es conocimiento. Esa interpretación musical "tiene algo" y no sabemos qué es, después vienen las explicaciones racionales que describen la interpretación, que si el tempo, que si el fraseo, que si el timbre y el sonido... Pero lo verdadero, la verdad, es "la sensación". De la sensación no puede dar cuenta ningún aparato de medir, solo puede captarla en positivo o negativo el sujeto. Es una experiencia individual e intransferible.
En la afición a la música y por extensión al audio, deberíamos, en mi opinión, tener siempre en lugar de honor las sensaciones, pues éstas son la finalidad del placer de esta actividad. Y diría que también son el principio, que están antes de cualquier confirmación técnico-científica. Podemos acudir sin más a la historia reciente del audio para confirmar que las sensaciones han ido por delante de las explicaciones técnicas. ¿O acaso cuando se inventa el CD y se piensa que era la panacea para superar todos los problemas del vinilo no empezábamos a tener "la sensación" de que algo fallaba mucho antes de que los técnicos nos vinieran con el asunto del jitter, el sincronismo y todo eso?
El tema es más complejo de lo que parece.
Jeremias johnson- Cantidad de envíos : 2609
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Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Hace ya muchos años que he dejado de hacer caso a todo lo que dicen y me importa un comino si es marca Tal o Pascual, lo importante es que me guste a mí que soy el destinatario final.
¿Pruebas a ciegas?
Pues sí, cuando tenía tres reproductores de CDs y tres discos iguales, los sincronizaba y con el nivel de ganancia ajustado igual en el previo, iba cambiando varias veces y rápidamente para no saber cual era el que estaba sonando y así ser mas imparcial; pues bien, con pruebas de unos 15 segundos me hacía un lío y al final no sabía cual era el que mejor sonaba porque me parecían todos el mismo, pero con una canción completa sí sabía que el que mejor sonaba era el Evo 505 Improved, solo me equivoqué en una ocasión y en un disco que, manda huevos, siempre suena mejor en el Marantz.
Por otra parte, decir que mi reproductor Evo no tiene sobremuestreo porque no lo quiero y que los filtros me sobran.
Con los cables es muy arriesgado aventurarse a opinar, pues en mi experiencia no siempre lo mas caro ha sido lo mejor ni tampoco he encontrado matagigantes; siempre habrán cables que bien por su composición, fabricación, distancia y otras cosas más, serán favorables para unos componentes y no tanto para otros. De ahí que algunos hablemos de que si tal cable es ideal para esto y otros lo han probado en su equipo y nos dicen que no han encontrado diferencia alguna en mejoras de sonido y sí han arruinado su cuenta corriente.
¿Pruebas a ciegas?
Pues sí, cuando tenía tres reproductores de CDs y tres discos iguales, los sincronizaba y con el nivel de ganancia ajustado igual en el previo, iba cambiando varias veces y rápidamente para no saber cual era el que estaba sonando y así ser mas imparcial; pues bien, con pruebas de unos 15 segundos me hacía un lío y al final no sabía cual era el que mejor sonaba porque me parecían todos el mismo, pero con una canción completa sí sabía que el que mejor sonaba era el Evo 505 Improved, solo me equivoqué en una ocasión y en un disco que, manda huevos, siempre suena mejor en el Marantz.
Por otra parte, decir que mi reproductor Evo no tiene sobremuestreo porque no lo quiero y que los filtros me sobran.
Con los cables es muy arriesgado aventurarse a opinar, pues en mi experiencia no siempre lo mas caro ha sido lo mejor ni tampoco he encontrado matagigantes; siempre habrán cables que bien por su composición, fabricación, distancia y otras cosas más, serán favorables para unos componentes y no tanto para otros. De ahí que algunos hablemos de que si tal cable es ideal para esto y otros lo han probado en su equipo y nos dicen que no han encontrado diferencia alguna en mejoras de sonido y sí han arruinado su cuenta corriente.
Re: CONSEJOS PARA HACER CABLES
Probablemente tengas razón en lo que dices de las sensaciones, Jeremias. Recuerdo haber leído algo en esa línea en alguno de los Viajes... de Punset.
El caso es que ahora mismo estoy escuchando Ainda de Madredeus en mi equipo principal y nunca me había sonado como esta vez. No me cuesta nada imaginarme a Teresa cantando en mi salón y a Pedro pulsando los trastes de su guitarra (casi lo veo). No ha cambiado nada en mi equipo ¿o sí? Anoche escuché este mismo disco pero reproducido con JRMC desde el HTPC conectado por HDMI al receptor. Ahora la fuente es un Squeezebox conectado por óptico. Hoy el volumen es mayor.
Sincronizo en prueba rápida ambos reproductores y ya no soy capaz de encontrar diferencias ¿cómo es posible? ¿Es una cuestión de fuente? ¿De cableado? ¿De volumen? ¿O quizás es que hoy he recibido una buena noticia y todo me suena mejor? La verdad es que no lo sé.
En cualquier caso opiniones como las que estoy leyendo por aquí me están ayudando a entender una posición que no comprendía en absoluto. Un placer charlar con vosotros.
El caso es que ahora mismo estoy escuchando Ainda de Madredeus en mi equipo principal y nunca me había sonado como esta vez. No me cuesta nada imaginarme a Teresa cantando en mi salón y a Pedro pulsando los trastes de su guitarra (casi lo veo). No ha cambiado nada en mi equipo ¿o sí? Anoche escuché este mismo disco pero reproducido con JRMC desde el HTPC conectado por HDMI al receptor. Ahora la fuente es un Squeezebox conectado por óptico. Hoy el volumen es mayor.
Sincronizo en prueba rápida ambos reproductores y ya no soy capaz de encontrar diferencias ¿cómo es posible? ¿Es una cuestión de fuente? ¿De cableado? ¿De volumen? ¿O quizás es que hoy he recibido una buena noticia y todo me suena mejor? La verdad es que no lo sé.
En cualquier caso opiniones como las que estoy leyendo por aquí me están ayudando a entender una posición que no comprendía en absoluto. Un placer charlar con vosotros.
Última edición por pablopi el Vie Mayo 03, 2013 9:33 am, editado 2 veces
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