Un estudio del MIT confirma que tus gustos musicales no son innatos.
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Un estudio del MIT confirma que tus gustos musicales no son innatos.
Hola.
Una tribu amazónica demuestra que los gustos musicales son fruto de una influencia y no nacemos con ellos.
El experimento realizado por el MIT en 2.011 y 2.015 con personas de la tribu amazónica Tsimane de Bolivia pone a prueba si la preferencia popular por algunos acordes es innata o cultural.
En los estilos musicales occidentales algunas combinaciones de notas son generalmente consideradas más agradables que otras. Para la mayoría de nuestros oídos un acorde de Do y Sol, por ej., suena mucho mejor que la chirriante combinación de Do y Fa sostenido, que históricamente se ha conocido como "la nota o la música del diablo".
Respondemos favorablemente a los acordes consonantes, en los que la relación de las frecuencias de 2 notas se basa en números enteros, algo que ya descubrieron los antiguos griegos. Pero...¿de dónde vienen esas preferencias?...
Durante varias décadas los neurocientíficos se han preguntado si son innatas (si nacemos con ellas programadas en el cerebro, y son comunes a todos los seres humanos) o si, al contrario, no son más que una influencia cultural determinada.
El problema ha sido de muy difícil resolución, porque hoy en día existen muy pocas personas en el mundo que no estén familiarizadas con la música occidental y sus acordes consonantes.
Por ese motivo investigadores del MIT y la Universidad de Brandeis (EE.UU.) han realizado un experimento (uno en 2.001 y otro en 2.015) con un pueblo cuyos oídos permanecen "vírgenes".
Han participado más de 100 miembros de la tribu amazónica de los Tsimane, una sociedad agrícola y recolectora de cerca de 12.000 personas que vive en Bolivia, algunos de ellos a varios días de distancia del centro urbano más cercano.
Hay que comentar que la propia música de la tribu comprende tanto el canto como una parte instrumental, pero por lo general es interpretada por una sola persona a la vez.
Los científicos han encontrado que los acordes disonantes fueron calificados igual de agradables que los consonantes. NO había diferencia.
El equipo de investigación hizo primero más pruebas para comprobar si éstas personas podían diferenciarlos, y encontraron que sin duda sí que eran capaces.
Se hicieron las pruebas a 5 grupos:
- A personas de la tribu de los Tsimane.
- A bolivianos de habla hispana que viven cerca de los Tsimane.
- A residentes de La Paz.
- A grupos de músicos americanos.
- A grupos de músicos no americanos.
Josh McDermott, del Dpto. del Cerebro y Ciencias Cognitivas del MIT, dice: "Lo que encontramos es que la preferencia por la consonancia varía muchísimo entre los 5 grupos. En los Tsimane es indetectable, y en los 2 grupos de Bolivia hay una preferencia significativa, pero pequeña. En los grupos americanos es un poco más grande, y es mayor en los músicos que en los no músicos. Cuando se les pidió calificar sonidos no musicales como risas, jadeos y sonidos sintéticos...los 5 grupos nos dieron respuestas similares. También parecían tener todos la misma aversión ante una calidad musical conocida como aspereza acústica. El estudio sugiere que las preferencias por la consonancia dependen de la exposición a la cultura musical occidental, y que no son innatas".
Los sonidos se presentaron a través de auriculares cerrados conectados a un ordenador portátil.
Un saludo.
Una tribu amazónica demuestra que los gustos musicales son fruto de una influencia y no nacemos con ellos.
El experimento realizado por el MIT en 2.011 y 2.015 con personas de la tribu amazónica Tsimane de Bolivia pone a prueba si la preferencia popular por algunos acordes es innata o cultural.
En los estilos musicales occidentales algunas combinaciones de notas son generalmente consideradas más agradables que otras. Para la mayoría de nuestros oídos un acorde de Do y Sol, por ej., suena mucho mejor que la chirriante combinación de Do y Fa sostenido, que históricamente se ha conocido como "la nota o la música del diablo".
Respondemos favorablemente a los acordes consonantes, en los que la relación de las frecuencias de 2 notas se basa en números enteros, algo que ya descubrieron los antiguos griegos. Pero...¿de dónde vienen esas preferencias?...
Durante varias décadas los neurocientíficos se han preguntado si son innatas (si nacemos con ellas programadas en el cerebro, y son comunes a todos los seres humanos) o si, al contrario, no son más que una influencia cultural determinada.
El problema ha sido de muy difícil resolución, porque hoy en día existen muy pocas personas en el mundo que no estén familiarizadas con la música occidental y sus acordes consonantes.
Por ese motivo investigadores del MIT y la Universidad de Brandeis (EE.UU.) han realizado un experimento (uno en 2.001 y otro en 2.015) con un pueblo cuyos oídos permanecen "vírgenes".
Han participado más de 100 miembros de la tribu amazónica de los Tsimane, una sociedad agrícola y recolectora de cerca de 12.000 personas que vive en Bolivia, algunos de ellos a varios días de distancia del centro urbano más cercano.
Hay que comentar que la propia música de la tribu comprende tanto el canto como una parte instrumental, pero por lo general es interpretada por una sola persona a la vez.
Los científicos han encontrado que los acordes disonantes fueron calificados igual de agradables que los consonantes. NO había diferencia.
El equipo de investigación hizo primero más pruebas para comprobar si éstas personas podían diferenciarlos, y encontraron que sin duda sí que eran capaces.
Se hicieron las pruebas a 5 grupos:
- A personas de la tribu de los Tsimane.
- A bolivianos de habla hispana que viven cerca de los Tsimane.
- A residentes de La Paz.
- A grupos de músicos americanos.
- A grupos de músicos no americanos.
Josh McDermott, del Dpto. del Cerebro y Ciencias Cognitivas del MIT, dice: "Lo que encontramos es que la preferencia por la consonancia varía muchísimo entre los 5 grupos. En los Tsimane es indetectable, y en los 2 grupos de Bolivia hay una preferencia significativa, pero pequeña. En los grupos americanos es un poco más grande, y es mayor en los músicos que en los no músicos. Cuando se les pidió calificar sonidos no musicales como risas, jadeos y sonidos sintéticos...los 5 grupos nos dieron respuestas similares. También parecían tener todos la misma aversión ante una calidad musical conocida como aspereza acústica. El estudio sugiere que las preferencias por la consonancia dependen de la exposición a la cultura musical occidental, y que no son innatas".
Los sonidos se presentaron a través de auriculares cerrados conectados a un ordenador portátil.
Un saludo.
JOSE ANTONIO MARTINEZ- Cantidad de envíos : 5395
Localización : zaragoza
Fecha de inscripción : 08/01/2015
Re: Un estudio del MIT confirma que tus gustos musicales no son innatos.
Desde mi punto de vista, sería bueno precisar que el concepto de "gusto musical" es algo distinto que la básica respuesta a las sensaciones de la consonancia y la disonancia.
Supongo que la idea de que el gusto musical (igual que el gusto visual, gastronómico o sensual de cualquier tipo) no sea innato es la más lógica. Los gustos se forman, se instalan en la personalidad y varían a lo largo de la vida, y evidentemente el contexto cultural los condiciona. Pero el tema de la percepción de la consonancia y la disonancia, en princpio, sería algo más básico y universal. Otra cosa es que la mayor o menor tolerancia a determinadas combinaciones de disonancias y consonancias en el fragmento musical esté concicionada por el ámbito cultural, y su particular constitución del gusto, del oyente.
Supongo que la idea de que el gusto musical (igual que el gusto visual, gastronómico o sensual de cualquier tipo) no sea innato es la más lógica. Los gustos se forman, se instalan en la personalidad y varían a lo largo de la vida, y evidentemente el contexto cultural los condiciona. Pero el tema de la percepción de la consonancia y la disonancia, en princpio, sería algo más básico y universal. Otra cosa es que la mayor o menor tolerancia a determinadas combinaciones de disonancias y consonancias en el fragmento musical esté concicionada por el ámbito cultural, y su particular constitución del gusto, del oyente.
Jeremias johnson- Cantidad de envíos : 2609
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