Si te van a matar, no te suicides.

Durante años, tras el abandono (me abandonaron) de Diario 16, he leído EL País. Algo que desde hace tiempo combino con otros periódicos, ya que me es muy difícil encontrar información, y menos aún opinión no sesgada e interesada, en solo un medio o una línea editorial (además de que la pluralidad es algo indispensable en mi manera de entender las cosas).

Parece que la prensa se ha convierto, desde hace años, en un ejemplo de propaganda y militancia, donde los intereses de las fortunas empresariales que las acompañan, y de los partidos e ideologías convenientes, se lucen sin sonrojo alguno. Una prensa que ha conseguido que, sin el más mínimo nivel y la más mínima crítica, miles de ciudadanos defienda lo que digan (sea ahora lo uno, y mañana lo contrario, para igual comportamiento), sin más razonamiento ni argumento que el leído, aunque esto sea una estupidez. Serán los tiempos.

Me da mucha pena en el caso de El País, empeñado en convertirse, en algunas de sus páginas, en un panfleto sin rigor. Quizás a sabiendas (así lo hacen todos los poderes y nos encanta), de que el rigor y la exigencia es algo que, a día de hoy, a casi nadie le importa, y que fomentar su inexistencia es la mejor manera de convertirnos en masa y manejarnos.

Desde hace tiempo asisto a su insistencia por colar algún tema a diario, venga al caso o no, por defender lo que nunca defendieron en función de que sea “uno de los nuestros”, o por entrecomillar (antaño significaba literalidad), y destacar, frases de personas que no se han dicho de tal manera, incluso más bien con sentido contrario. Muchas cosas se salvan todavía, es verdad, y otros periódicos están en lo mismo o más, pero quizás esto sea el peor consuelo.

Tras la salida de la defensora del lector, y los recortes en sus páginas culturales (es mejor para el mercado el suplemento de moda), poco queda ya. Por desgracia, se veía venir. Es posible que sea una visión tipo la de un ex-fumador, pero es que sigo fumando a menudo, léase leyéndolo, y me gustaría no privarme de ello.

En una comida hace unos días, una redactora de Norte de Castilla me recordaba este artículo, que no debemos perdernos. Hace tiempo que quería enlazarlo. Sin estar de acuerdo con todo, su espíritu general es, desde hace tiempo, de triste realidad. La situación, seguramente, ya nos ha pasado por encima, y el resultado, del que somos los lectores principales responsable, no será nada bueno para todos.

El artículo se llama, “Si te van a matar, no te suicides”, lo firma Soledad Gallego-Díaz 16 MAR 2012. Algunas frases:

“De puro miedo a la muerte de los periódicos, los periodistas terminaremos pegándole un tiro al periodismo.”, o “Si para saber lo que pasa en Homs bastan Twitter o Facebook, ¿por qué murió allí Marie Colvin?”, o “La peor manera de suicidarse es dejar de indagar los hechos y limitarse a vocear las distintas versiones. Eso no es periodismo. Volvemos a la comunicación, que consiste en compartir mensajes, y no en averiguar qué tienen de cierto.”

Aconsejo su lectura:

http://elpais.com/elpais/2012/03/15/opinion/1331836802_010235.html

Saludos, y una sonrisa…

http://elpais.com/elpais/2012/04/19/vinetas/1334853911_013427.html