Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 2. ¿La mejor de la saga?

No sabía como comentar esta película ni como titular el comentario, “la mejor de la saga”, “un Harry Potter distinto”, o de otra manera.

He de confesar que me he metido entre pecho y espalda todas las películas de Harry Potter a los pocos días de estrenarlas, he de confesar que apenas he pasado de diez o doce páginas de un par de sus novelas y que, por lo tanto, he visto las películas sin conocer la historia, sin saber quiénes eran sus personajes ni como encajar los cientos de nombres algo ridículos con los que nos regalan en cada escena. Añadiré una cosa más sobre este tema, La saga Harry Potter, al igual que la trilogía de El señor de los anillos y productos parecidos, me parecen cine a retazos. Son cintas que contienen escenas cinematográficas, buena música, interpretaciones, y momentos destacables, pero que en conjunto no componen, a mi parecer, algo que pueda considerar una buena película. Con todo, he disfrutado con la totalidad de las peripecias de los alumnos de Hogwarts y, especialmente, con esta última.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 2 es la primera película de la saga verdaderamente bien contada, con una historia que se entiende de principio a fin, que se sigue sin problemas a pesar de no haber leído libro alguno y a pesar de desconocer todos los palabros. Por fin han sido capaces de trasladar una historia en una sola entrega (la anterior entrega casi no cuenta ni se recupera). Es verdad que las dirigidas por Crhis Columbus tienen retazos de historia, y la segunda gratos guiños al modo simpático de concebir un guión tipo Goonies, y que “Azkaban” daba un salto de calidad considerable con un Sirius Black que era, hasta ese momento, lo mejor de la saga (lo mejor tras la melodía compuesta por Williams). Pero es que tras “el cáliz de fuego” una entrega tras otra caían en picado hasta dar vergüenza.

La primera bien cerrada y, lo que es mejor, bien iniciada. Con un inicio distinto, un inicio de guión que nos mete en la historia directamente sin necesidad de planos oscuros, de serpientes rectantes, ni de artificios al uso. No es que no sean bonitos algunos de ellos, es que no son Spielberg ni llegan tampoco a la imitación de Jackson.

Irregular, como todas. Podría ser una buena película si prescindiera de batallas absurdas, especialmente si están tratadas de ese modo. Las referencias a El señor de los anillos en torres, gigantes, y asedios, no demuestran saber de cine, demuestran, incluso si se hacen a posta para contentar a un tipo de público, no saber qué hacer con ellas. Si eliminará apariciones sin sentido de personajes pasados (hay planos fugaces, como el de Emma Thonson, que no aportan nada. Y otros como la agradable aparición de John Hurt que poco dicen y solo alargan metraje). Y si quitará muchos planos a lo Indiana (desde la salida del lago hasta los desenfundes, muy del oeste, pasando por la montaña rusa), o aquellos al modo de una galaxia muy lejana (despropósitos de duelos de baritas mágicas), etc. etc,. Si lo hiciera la cinta mejoraría mucho y se quedaría en su justo tiempo. Aún así, no se hace larga.

Algo previsible también es el tratamiento de algunas mini historias o de algunos personajes. Es fácil saber que va a pasar en la secuencia siguiente, o que va a hacer, por poner un ejemplo, Matthew Lewis, o cuando se va a besar aquel o este otro chaval, o como se va a recuperar, no destripare nada, este o este otro alumno (penosa recuperación, se merecía más, en uno de los casos). Seguimos además sin dibujar bien muchos de los personajes, y sin resaltar dramas apreciables (como se despacha a uno de los personajes tradicionales es imperdonable, aunque quede otro). Mientras se sigue regodeando en crueldades poco aconsejables para un, nuevamente abundante, público de menos de 16 años.

Por lo demás que decir de Alan Rickman, genial como siempre, aquí no hay dudas, el plantel de secundarios, especialmente los ingleses, siempre ha sido de altura. De Ralph Fiennes poco que añadir, ensalza todo lo que hace, y mucho de la breve aparición del norirlandés Ciaran Hinds, estupendo en su papel de hermano de este nuevo Gandalf. Aquí la versión original es obligada, siempre lo es (y por lo que he oído el 3D nuevamente prescindible).

No hay que olvidarse de Alexandre Desplat, fácilmente reconocible, que ensalza la partitura original, y de la producción y la fotografía, muy buenas en ambios casos. No así algunos efectos, el fuego y las escobas volando de una escena, por citar alguno, que se podían haber quitado en montaje.

La película entera está llena de momentos intensos, con unos protagonistas en franca mejora que a retazos parecen empezar a acercarse a algo que se le pueda llamar interpretar (la única que se acercaba anteriormente era Emma Watson). Al final todos componen el mejor Harry Potter que he visto, y ofrecen una peli muy distraída que cierra con altura está saga.

Yo pase un buen rato, no puedo negarlo. Bastante aconsejable, sí, bastante.