Bochornoso

varese escribió:Lo mas curioso es que el público de los conciertos de clásica es mayoritariamente añoso, y por tanto propenso a pontificar sobre la mala educación de la juventud. Lo de las toses es insufrible, particularmente abundantes cuando se trata de obras fuera del repertorio consabido, en una manifestación no sé si consciente o no de desprecio hacia lo novedoso y de amor sin límites a la 5ª de Tchaikovsky y similares.

En los últimos tiempos ha surgido una nueva modalidad para molestar, especialmente en los pasajes piano y pianissimo, y es desenvolver lentamente caramelos. Cuando los miras con odio, los aludidos suelen hacer un gesto de sufrimiento llevándose la mano a la garganta, para indicarte que están muy malitos. Yo suelo responderles con el gesto de "pégate un tiro en la sien" pero incluso así, a veces repiten y es que se ve que es una adicción - la del caramelito - mas fuerte que la de la heroina. A una de estas adictas le sugerí durante el descanso de un concierto de la OCNE en el Auditorio Nacional, que por favor pelara los caramelos en cantidad suficiente antes de volver a entrar en la Sala y así que no volviera a dar el c....o. No volvió a molestar pero a lo mejor fué debido a que la obra a interpretar era la 5ª de Beethoven, la cual tiene efectos balsámicos de acción inmediata (comprobado)

Me temo que yo ya empiezo a estar en el grupo de los "añosos"  Pero la mala educación no tiene edades.
Las toses es un tema delicado. Yo, que tengo mis alergias y cosas de esas, no sé si por la sequedad de los AA, los perfumes exagerados o lo que sea, a veces, me he visto en ese trance. He hecho lo indecible por no toser: salivar, intentar hidratar la garganta, el caramelito preparado etc hasta el punto de saltarme las lágrimas antes de sucumbir. Alguna vez no lo he conseguido y me he parapetado en la chaqueta, pañuelo o lo que tuviera para amortiguar lo máximo posible.
Otra cosa es los conciertos a pleno pulmón. Un día, en una representación operística en el Palau de les Arts hubo un señor que tosió en un piso que me hubiera gustado conocer.  Le hubiera felicitado y aconsejado que hiciera una prueba de canto. Vamos, es que tapó al cantante que estaba en el escenario y a toda la orquesta que estaba en el foso. Qué bárbaro. Eso era una tos y lo demás tonterías.

Para el tema de los caramelos, yo los suelo llevar de esos en cajita que no llevan envoltorio y no hacen ruido. Creo recordar que en el Convent Garden vendían unos envueltos en papel encerado para evitar el puñetero ruido del celofán.

Con respecto a la 5ª, es posible que tenga efectos balsámicos. No ocurre lo mismo con la 6ª. En un concierto dirigido por Giulini tenía a mi lado a tres venerables ancianitas. Bueno, pues una de ellas llevaba unos pendientes de cristal que parecían un lampadario de Versalles y como la pobre señora debía de tener un principio de Parkinson, el tintineo se mezclaba alegremente en mi oreja derecha con el alegre despertar de los sentimientos del campo de la sinfonía. Pero hay no acaba la cosa, otra del grupo no hacía más que comentar "qué bonito, qué bonito" y la tercera del trío canturreaba la melodía transportada tono y medio para adecuarla a su emisión canora.
Fue un concierto memorable.

Saludos

Yo tampoco soporte las continuas toses. Joder ... si estás enfermo ... quédate en casa.

Hola,

El día anterior de volar a Londres para ver a Dylan en el Royal Albert Hall estaba preocupadísimo ya que aunque la parte de malestar de un potente catarro había sido superada, seguía teniendo bastantes accesos de tos y estaba con dosis de caballo de antitusivos. Afortunadamente el día "de autos" me levanté (a horas intempestivas) para trincar vuelo y la cosa era ya más benigna, aún así seguí con el tratamiento (pasando de jarabe a pastillas) y entré en el RAH con mi pañuelo (y las pastis) dispuesto a silenciar cualquier acceso o abandonar momentáneamente el palco.

Salut,

Ramón

Noncondition escribió:Yo, que he sido jugador de ajedrez, hoy si durante una partida te suena el móvil el árbitro para el reloj y pierdes el punto. Una solución similar, parar la representación e invitar al maleducado a abandonar la sala, quizás sea el camino.

Saludos.

Eso estaría muy bien, pero no siempre es posible. En un asiento de palco o de piso es más fácil. Pero si el individuo/a está en medio de la platea, ya me dirás como lo haces sin montar un circo. Por otra parte localizar al susodicho/a en los entreactos o al final requiere vigilancia y/o colaboración del público, y no siempre se da.

Saludos

varese escribió:

Hombre, la molestia mas gorda es la de los móviles, pero las toses, peladura de caramelos y demás no le van muy a la zaga. Y claro, si tienes que invitar a todos estos maleducados a abandonar la sala, la asistencia quedaría muy mermada.

Dentro del "demás" también está la gente que habla y se cree que no molesta. Esto pasa mucho al comienzo. Baja la iluminación, pero no el griterío, sale el concertino y lo mismo, el concertino mira al público con cara de pocos amigos y parte del público pide silencio. Baja el nivel y afinan. Sale el director, aplausos y se renueva el rumoreo. Empieza la pieza pero algunas conversaciones tienen que continuar dado el alto grado de interés. Si eso se produce a mi espalda o lateral, sea al principio o a mitad, me vuelvo descaradamente a mirar a los contertulios hasta que se dan cuenta o alguien de la localidad contigua les mete un codazo. En un caso extremo pero los hay.

Saludos

DrFunk escribió:Yo tampoco soporto las continuas toses. Joder ... si estás enfermo ... quédate en casa.

Pues tenías que haber estado en un concierto la Sinfónica de la Radio Bávara y Lorin Maazel. Era noviembre o diciembre, creo, clima benigno aquí y epidemia de gripe. Cuando no hace frío los virus de la gripe malaya no se mueren y proliferan que da gusto. Yo estaba en la parte del órgano, vamos que tenía a Maazel de cara y prácticamente todo el aforo del Palau. Es increíble como se escucha el menor rumor de la sala en ese punto. Aparte de Wagner, el concierto fue de toses. Pero algo exagerado. No de volumen pero no había compás sin el acompañamiento de una tos. Maazel estaba desesperado. La cara que ponía era un poema. Sólo espero que la dirección del Palau le explicara la emergencia sanitaria. Si se llega a quedar la gente en casa no se llena ni la mitad del aforo. Por mí estupendo, desde luego. No era mi caso.

Saludos

Scarletbegonias escribió:Hola,

El día anterior de volar a Londres para ver a Dylan en el Royal Albert Hall estaba preocupadísimo ya que aunque la parte de malestar de un potente catarro había sido superada, seguía teniendo bastantes accesos de tos y estaba con dosis de caballo de antitusivos. Afortunadamente el día "de autos" me levanté (a horas intempestivas) para trincar vuelo y la cosa era ya más benigna, aún así seguí con el tratamiento (pasando de jarabe a pastillas) y entré en el RAH con mi pañuelo (y las pastis) dispuesto a silenciar cualquier acceso o abandonar momentáneamente el palco.

Salut,

Ramón

Eso lo tuve que hacer. Aquí la Universitat de València organiza conciertos en diferentes salas. En el centro histórico hay un palacio barroco reconvertido en colegio mayor que tiene una sala subterránea, llamada Sala de la muralla, donde se organizan algunos de esos conciertos. El nombre es porque todo el fondo, más una extensión, son los restos de parte del lienzo de la muralla de época musulmana.
Pues yo no sé si es que no le quitan el polvo a la murallita o qué, pero me tuve que salir porque era yo o el pianista. Lo he vuelto a intentar pero no hay caso. Sala vetada para mí.

Salut