Smoke, Jazz & Drink

Aunque pueda parecer una paradoja, el debut discográfico de Luis Merino se me antoja un ejercicio de Madurez. Bregado en mil y una actuaciones a lo largo de su vasta trayectoria en tantos y diferentes estilos - siempre con el Jazz como referente - se aprecia que el camino no se hace en balde. Su discurso ha ganado en profundidad y sus composiciones han crecido a la par que han evolucionado en cuanto a sencillez, lejos quizás de un farragoso discurso un tanto distante del que pecaba antaño, siendo más complejo en su técnica pero mucho más cercano y emocional.

Esto se refleja en este disco, donde temas que ya tenían vida propia se han beneficiado de la experiencia acumulada, resultando frescos, atractivos y viscerales, consolidados, en fin, por una banda perfectamente engrasada que sabe muy bien "pulsar" el personal mundo de Merino.

Composiciones como la que abre el disco, la vigorosa "New Day", que se convierte en perfecta anfitriona para mostramos que nos espera un viaje que acaba en la seminal y vibrante "Blacky - un autentico "tour de force" en el que el grupo trabaja cual impecable e implacable metrónomo - nos indican que no nos encontramos con el típico debut bisoño, sino ante un trabajo meditado y lleno de talento en el que la música fluye y casi sin darte cuenta estás dándole al play de nuevo. Más que altamente recomendable, adictivo.