Lyric Audio y sus Usher Audio Mini Dancer Diamond DMD 2

Mientras escribo este mensaje suena la voz del tunecino Dhafer Youssef a través de las Usher Audio Mini Dancer DMD Two con lo que el deleite que experimento me lo pone más difícil la tarea que pretendo:

Ni más ni menos que explicar con palabras lo que sólo la música es capaz de expresar. Es un intento fallido de ante mano pero no en vano me declaro un amante de la música y un amante es ante todo un ser que pierde el tiempo en algo que lo supera y, sin embargo, nunca hay mejores minutos desperdiciados.

Nada más recibir las Usher Mini Dancer DMD TWO de ahora en adelante simplemente Mini Two, lo que queda claro es que a Taiwan no hay que ir a comprar nunca supositorios, porque de mini no tienen nada, aunque sí mucho de Dancer, pues parezco un mono bailongo tirando de tamañas cajas hacia la sala donde las voy a hospedar. Y aquí elijo ese verbo a drede pues pareciera que de las cajas va a salir un Mediano del Señor de los Anillos.

Son pesadas, contundentes y el embalaje es sencillo pero tremendamente eficaz. Una caja de Cartón y tres "anillos" de un material a medio camino entre la esponja y el porexpan de gran tamaño hacen que las cajas queden blindadas ante cualquier posible golpe. Nada más abrir un poco las cajas veo que el asunto va a tener su miga. Estoy yo sólo para hacer lo que se supone que sólo dos personas con cierta condición física y experiencia cacharreril serían capaces de hacer.

Pero me armo de valor y empujado por la ilusión abro las cajas con cuidado aplicándoles un corte con un cúter y consigo dejarlas caer contra un sofá de grandes dimensiones que hace las veces de mesa de montaje y de amortiguador.

Los pies vienen perfectamente embutidos en un molde hecho del susodicho material y -sin necesidad de libro de instrucciones alguno - doy con un simple vistazo con la tecla del asunto y en unos 15 minutos tengo la base atornillada y las puntas de desacoplo puestas en su sitio.

Repetimos esta operación por dos y llego al punto de tener que levantar las cajas para llevarlas a sus posiciones. Opto por arrastrar las cajas empleando uno de los moldes inferiores  de esponja-porexpan y tras cinco minutos de cautela las cajas están en su sitio.

Diez minutos más mientras las descubro del embalaje que cubre su superficie y el espectáculo no puede ser más inefable: sólo como elemento decorativo estas cajas están muy por encima de dos tercios de lo que se ve por el mercado audiófilo. No es una frase hecha más: son una preciosidad ebanísticamente hablando. Y sus proporciones vuelven a decirme lo mismo: de mini nada.

El cableado me lleva sólo 5 minutos y cinco minutos más y ya las tengo para escucharlas.

Desde música de cámara, pop rock sinfónico, Intelligence Dance Music (IDM), algo de World Music, Jazz Latino; se comen lo que le echen, es más, yo creo que estas hacen que suene bien hasta el disco de Jesulín de Ubrique. (Bueno ahí sí que me he pasado ¿eh?

Ahora estoy demasiado encima de las cajas como para no emplearlas en lo que para mí supone LA MEJOR EXPERIENCIA QUE PUEDE DAR UNA CAJA: y no es ni más ni menos que olvidar que tienes una serie de elementos interconectados para que aquello termine sonando como una flauta tibetana en la lontananza mientras unas briznas de hierba soportan la caída de las hojas de un árbol caduco. Eso es ZEN.

Cuando coja un libro entre mis manos, con un té helado en la mesilla auxiliar, y me ponga a escuchar a Vidna Obmana, Brian Eno, Steve Roach, Robert Rich, Pete Namlook y todos estos maestros del ambient. Cuando sólo mis perretes con sus ganas de salir a la calle o mi vegiga urinaria, me hagan conscientes de que han pasado dos o diez horas, cuando pierda la noción del tiempo y consiga ese doble viaje: literatura y música unidas. Y las Mini no serán mini sino que ya "no serán" se irán danzando junto con mi cabeza a sepa Dios que camino de baldosas amarillas.

Y es que estos amarillos saben latín. No hay que confundir Taiwan con China ya que eso es como confundir a Triana con Sevilla. El que la sabe la entiende y el que la entiende la disfruta.

Entonces estaré en condiciones de hablar de -éstas nuevas- mis amadas.

Por último en este mundo del Jaiend no está mal recordar ese refrán que dice: Sólo el necio confunde el valor con el precio y aquí el asesoramiento de Lyric Audio Ergo Francisco no ha tenido parangón. Se nota que -ante todo- es un enamorado de la música. Nunca mejores minutos tirados que los que se echen en amar a este arte.

Bueno también es verdad es que muchos minutos has tirado si has llegado hasta el final de esta mi -crítica/disgresión- como siempre Saludos y...

Saludos y...

Me han gustado mucho tus impresiones y sobre todo tu devoción a la música....que alegría que se cumplan las expectativas creadas en unas cajas....disfrútalas....

Nebulus escribió:Mientras escribo este mensaje suena la voz del tunecino Dhafer Youssef a través de las Usher Audio Mini Dancer DMD Two con lo que el deleite que experimento me lo pone más difícil la tarea que pretendo:

Ni más ni menos que explicar con palabras lo que sólo la música es capaz de expresar. Es un intento fallido de ante mano pero no en vano me declaro un amante de la música y un amante es ante todo un ser que pierde el tiempo en algo que lo supera y, sin embargo, nunca hay mejores minutos desperdiciados.

Nada más recibir las Usher Mini Dancer DMD TWO de ahora en adelante simplemente Mini Two, lo que queda claro es que a Taiwan no hay que ir a comprar nunca supositorios, porque de mini no tienen nada, aunque sí mucho de Dancer, pues parezco un mono bailongo tirando de tamañas cajas hacia la sala donde las voy a hospedar. Y aquí elijo ese verbo a drede pues pareciera que de las cajas va a salir un Mediano del Señor de los Anillos.

Son pesadas, contundentes y el embalaje es sencillo pero tremendamente eficaz. Una caja de Cartón y tres "anillos" de un material a medio camino entre la esponja y el porexpan de gran tamaño hacen que las cajas queden blindadas ante cualquier posible golpe. Nada más abrir un poco las cajas veo que el asunto va a tener su miga. Estoy yo sólo para hacer lo que se supone que sólo dos personas con cierta condición física y experiencia cacharreril serían capaces de hacer.

Pero me armo de valor y empujado por la ilusión abro las cajas con cuidado aplicándoles un corte con un cúter y consigo dejarlas caer contra un sofá de grandes dimensiones que hace las veces de mesa de montaje y de amortiguador.

Los pies vienen perfectamente embutidos en un molde hecho del susodicho material y -sin necesidad de libro de instrucciones alguno - doy con un simple vistazo con la tecla del asunto y en unos 15 minutos tengo la base atornillada y las puntas de desacoplo puestas en su sitio.

Repetimos esta operación por dos y llego al punto de tener que levantar las cajas para llevarlas a sus posiciones. Opto por arrastrar las cajas empleando uno de los moldes inferiores  de esponja-porexpan y tras cinco minutos de cautela las cajas están en su sitio.

Diez minutos más mientras las descubro del embalaje que cubre su superficie y el espectáculo no puede ser más inefable: sólo como elemento decorativo estas cajas están muy por encima de dos tercios de lo que se ve por el mercado audiófilo. No es una frase hecha más: son una preciosidad ebanísticamente hablando. Y sus proporciones vuelven a decirme lo mismo: de mini nada.

El cableado me lleva sólo 5 minutos y cinco minutos más y ya las tengo para escucharlas.

Desde música de cámara, pop rock sinfónico, Intelligence Dance Music (IDM), algo de World Music, Jazz Latino; se comen lo que le echen, es más, yo creo que estas hacen que suene bien hasta el disco de Jesulín de Ubrique. (Bueno ahí sí que me he pasado ¿eh?

Ahora estoy demasiado encima de las cajas como para no emplearlas en lo que para mí supone LA MEJOR EXPERIENCIA QUE PUEDE DAR UNA CAJA: y no es ni más ni menos que olvidar que tienes una serie de elementos interconectados para que aquello termine sonando como una flauta tibetana en la lontananza mientras unas briznas de hierba soportan la caída de las hojas de un árbol caduco. Eso es ZEN.

Cuando coja un libro entre mis manos, con un té helado en la mesilla auxiliar, y me ponga a escuchar a Vidna Obmana, Brian Eno, Steve Roach, Robert Rich, Pete Namlook y todos estos maestros del ambient. Cuando sólo mis perretes con sus ganas de salir a la calle o mi vegiga urinaria, me hagan conscientes de que han pasado dos o diez horas, cuando pierda la noción del tiempo y consiga ese doble viaje: literatura y música unidas. Y las Mini no serán mini sino que ya "no serán" se irán danzando junto con mi cabeza a sepa Dios que camino de baldosas amarillas.

Y es que estos amarillos saben latín. No hay que confundir Taiwan con China ya que eso es como confundir a Triana con Sevilla. El que la sabe la entiende y el que la entiende la disfruta.

Entonces estaré en condiciones de hablar de -éstas nuevas- mis amadas.

Por último en este mundo del Jaiend no está mal recordar ese refrán que dice: Sólo el necio confunde el valor con el precio y aquí el asesoramiento de Lyric Audio Ergo Francis no ha tenido parangón. Se nota que -ante todo- es un enamorado de la música. Nunca mejores minutos tirados que los que se echen en amar a este arte.

Bueno también es verdad es que muchos minutos has tirado si has llegado hasta el final de esta mi -crítica/disgresión- como siempre Saludos y...

Saludos y...

Lo mismo me pasa a mi compañero, sin ir mas lejos mi socio y compañero de casa, el cual pensaba que estábamos locos con tanto Jiend, ahora es el primero que, desde que le puse uno de sus Cds de orquesta de los videojuegos de Final Fantasy, no hace mas que buscar grabaciones parecidas para comprar y ponerles en mi/su equipo, donde, según le decía hace dos días a su pareja: ya veras Cristina, aquí la música suena como si los tuvieras delante.....
Y aunque me considero Melófilo (melómano pero con algo de alma de cacharreo) lo que mas me prima es poner algo nuevo que me hayan recomendado y que me ponga los pelos de punta de lo natural que suena....
Felicidades ya sabes compañero de cajas y disfrutarlas por muchos años!!!

Gracias maestros.

Esto es un no parar. que mañana hay que trabajar.

Un par de temas más y las dejo descansar.

Hasta mis perros echaron mejor la siesta... Quedan extasiados con una buena coral.

lo que queda claro es que a Taiwan no hay que ir a comprar nunca supositorios, porque de mini no tienen nada

Nebulus escribió:Mientras escribo este mensaje suena la voz del tunecino Dhafer Youssef a través de las Usher Audio Mini Dancer DMD Two con lo que el deleite que experimento me lo pone más difícil la tarea que pretendo:

Ni más ni menos que explicar con palabras lo que sólo la música es capaz de expresar. Es un intento fallido de ante mano pero no en vano me declaro un amante de la música y un amante es ante todo un ser que pierde el tiempo en algo que lo supera y, sin embargo, nunca hay mejores minutos desperdiciados.

Nada más recibir las Usher Mini Dancer DMD TWO de ahora en adelante simplemente Mini Two, lo que queda claro es que a Taiwan no hay que ir a comprar nunca supositorios, porque de mini no tienen nada, aunque sí mucho de Dancer, pues parezco un mono bailongo tirando de tamañas cajas hacia la sala donde las voy a hospedar. Y aquí elijo ese verbo a drede pues pareciera que de las cajas va a salir un Mediano del Señor de los Anillos.

Son pesadas, contundentes y el embalaje es sencillo pero tremendamente eficaz. Una caja de Cartón y tres "anillos" de un material a medio camino entre la esponja y el porexpan de gran tamaño hacen que las cajas queden blindadas ante cualquier posible golpe. Nada más abrir un poco las cajas veo que el asunto va a tener su miga. Estoy yo sólo para hacer lo que se supone que sólo dos personas con cierta condición física y experiencia cacharreril serían capaces de hacer.

Pero me armo de valor y empujado por la ilusión abro las cajas con cuidado aplicándoles un corte con un cúter y consigo dejarlas caer contra un sofá de grandes dimensiones que hace las veces de mesa de montaje y de amortiguador.

Los pies vienen perfectamente embutidos en un molde hecho del susodicho material y -sin necesidad de libro de instrucciones alguno - doy con un simple vistazo con la tecla del asunto y en unos 15 minutos tengo la base atornillada y las puntas de desacoplo puestas en su sitio.

Repetimos esta operación por dos y llego al punto de tener que levantar las cajas para llevarlas a sus posiciones. Opto por arrastrar las cajas empleando uno de los moldes inferiores  de esponja-porexpan y tras cinco minutos de cautela las cajas están en su sitio.

Diez minutos más mientras las descubro del embalaje que cubre su superficie y el espectáculo no puede ser más inefable: sólo como elemento decorativo estas cajas están muy por encima de dos tercios de lo que se ve por el mercado audiófilo. No es una frase hecha más: son una preciosidad ebanísticamente hablando. Y sus proporciones vuelven a decirme lo mismo: de mini nada.

El cableado me lleva sólo 5 minutos y cinco minutos más y ya las tengo para escucharlas.

Desde música de cámara, pop rock sinfónico, Intelligence Dance Music (IDM), algo de World Music, Jazz Latino; se comen lo que le echen, es más, yo creo que estas hacen que suene bien hasta el disco de Jesulín de Ubrique. (Bueno ahí sí que me he pasado ¿eh?

Ahora estoy demasiado encima de las cajas como para no emplearlas en lo que para mí supone LA MEJOR EXPERIENCIA QUE PUEDE DAR UNA CAJA: y no es ni más ni menos que olvidar que tienes una serie de elementos interconectados para que aquello termine sonando como una flauta tibetana en la lontananza mientras unas briznas de hierba soportan la caída de las hojas de un árbol caduco. Eso es ZEN.

Cuando coja un libro entre mis manos, con un té helado en la mesilla auxiliar, y me ponga a escuchar a Vidna Obmana, Brian Eno, Steve Roach, Robert Rich, Pete Namlook y todos estos maestros del ambient. Cuando sólo mis perretes con sus ganas de salir a la calle o mi vegiga urinaria, me hagan conscientes de que han pasado dos o diez horas, cuando pierda la noción del tiempo y consiga ese doble viaje: literatura y música unidas. Y las Mini no serán mini sino que ya "no serán" se irán danzando junto con mi cabeza a sepa Dios que camino de baldosas amarillas.

Y es que estos amarillos saben latín. No hay que confundir Taiwan con China ya que eso es como confundir a Triana con Sevilla. El que la sabe la entiende y el que la entiende la disfruta.

Entonces estaré en condiciones de hablar de -éstas nuevas- mis amadas.

Por último en este mundo del Jaiend no está mal recordar ese refrán que dice: Sólo el necio confunde el valor con el precio y aquí el asesoramiento de Lyric Audio Ergo Francisco no ha tenido parangón. Se nota que -ante todo- es un enamorado de la música. Nunca mejores minutos tirados que los que se echen en amar a este arte.

Bueno también es verdad es que muchos minutos has tirado si has llegado hasta el final de esta mi -crítica/disgresión- como siempre Saludos y...

Saludos y...

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