Críticos musicales

Cada vez me fío menos de las opiniones de los críticos musicales... Por supuesto que lo haría si se limitaran a cuestiones técnicas, a comentar la adecuación de una determinada interpretación a la partitura o a señalar los defectos de tal o cual instrumentista o cantante...

Sin embargo, está claro que las versiones que más gustan a estos señores no son precisamente las más respetuosas con las intenciones del compositor (más bien todo lo contrario) y en cuanto a las limitaciones de los intérpretes, suelen ser curiosamente indulgentes con las de unos e implacables con las de otros.

No, los críticos sólo atienden a cuestiones objetivas cuando éstas sirven para refrendar sus subjetivísimas impresiones personales. Tienen todos los defectos de los aficionados normales: Las filias o fobias hacia un determinado intérprete o director, más propias de aficionados al fútbol que de melómanos, la superficialidad, al fijarse en el físico de los músicos, la adhesión a la estúpida ecuación "lentitud=profundidad", el emitir juicios apresurados tras una primera escucha de un disco...

Y añaden a estas "cualidades" otras propias de su gremio: El hacer afirmaciones tajantes sobre aspectos muy discutibles, el emplear un lenguaje pseudointelectual (del que solía cachondearse Lázaro Carreter) con expresiones cuyo significado es difícil de discernir (suponiendo que tengan alguno), el poner notas numéricas a las interpretaciones como si fueran profesores de los músicos, el pretender saber más que éstos...

Vamos, que no me creo casi nada de lo que dicen...

Otra cosa que me molesta sobremanera de muchos críticos es su tendencia a no dar explicaciones... Nos dicen que una versión es superior a otra pero no nos dan razón alguna. A veces puede ser por falta de espacio pero en muchas otras, no. Durante años estuve leyendo la "hojita parroquial" del difunto Diverdi y, en particular, los comentarios del gran erudito wagneriano Angel-Fernando Mayo. Pues bien, en sus infinitas loas a Hans Knappertsbusch rara vez descendía a detalles concretos. Vagas descripciones como "tragedia arquetípica" bastaban para referirse a sus Tetralogías.

Tampoco soporto el "patriotismo" musical. No se da entre nosotros, más bien proclives a denigrar lo propio, pero sí entre franceses e ingleses, por ejemplo. Las interpretaciones de los Barbirolli, Beecham e incluso Boult tienen propiedades casi mágicas que no son apreciadas por los "paletos" que no han tenido la suerte de nacer en las Islas Británicas... Peor es cuando este patriotismo se extiende a los sellos discográficos patrios pues entonces parece puro marketing...

Otra cosa que me disgusta es lo que podríamos llamar "espíritu de Robin Hood". Este consiste más o menos en ser terriblemente exigentes con los grandes intérpretes y dulcemente benévolos con los principiantes. Así, para el pope mahleriano Arteaga, la 7ª de Solti es mucho peor que la de una orquesta de un pueblo eslovaco dirigida por el cura del mismo.

Él problema de los críticos es su influencia no ya sobre los simples aficionados sino, a veces, sobre otros críticos de menor "nivel". El caso más paradigmático es el de los wagnerianos españoles. Es casi inútil debatir con muchos de ellos pues se limitan a repetir las palabras de A.F.M. Cuando leo "Decía don Ángel..." inmediatamente desconecto pues sé perfectamente lo que opinaba el erudito sobre los Hotter, D.F.D., Domingo, Kollo, Lorenz... o sobre las Flagstad, Varnay, Nilsson, Price (Margaret), Meier... Y esto ocurre con grandes conocedores de la obra de don Richard, quienes podrían tener perfectamente opiniones propias sobre muchas cuestiones...

Y, sin embargo, a mí me gustan las voces discrepantes. Me encanta leer a los "amazónicos" yanquis (mucho más numerosos que los británicos, franceses o españoles). Ante una grabación bien considerada por la crítica (o por parte de ella, pues las unanimidades casi no existen), hay todo un coro de entusiastas que, a veces, no pasan del "¡Wonderful!" o similares. Sin embargo, suele haber alguno que pone objeciones, que no repite lo que ha leído en las guías y que, a veces, dice cosas de una exactitud irrefutable...