Aterrizando

hace ya varios años por avatares de la vida tuve ocasión de probar el veneno Hi-End, probar y probar hasta quedar enganchado. Por aquel entonces mi modesta vida de estudiante con muchísimo esfuerzo no me permitió más que adquirir unas cajas Ruark Epilogue, un reproductor de CD Luxman y amplificador también Luxman que coloqué de la mejor manera posible en la misma habitación donde estudiaba.

Con el paso del tiempo adquirí un previo de phono Sphinx y un giradiscos Wilson Benesch "Full Circle" al que le coloqué una cápsula Sumiko Blue Point. Para mi aquello era la gloria, como tocar el cielo sin duda. Escuchar temas de Pink Floyd o The Doors en compañía de algún amigo o los cuartetos de cuerda de Beethoven, Bartok o Shostakovich a solas en condiciones sonoras adecuadas es un placer como pocos.

Como quiera que la vida da muchas vueltas todo aquello se tuvo que desmontar y a día de hoy tras varios años de "calvario musical" he conseguido hacerme con "nuevos" elementos y un lugar donde poder ubicarlos... aunque todo está embalado en breve, estoy esperando al mueble, por fin podré montarlo y continuar disfrutando de ésta saludable afición.

Dieron gran satisfacción en conjunto. A día de hoy conservo el CD y sigue dándome muchos buenos momentos, sobre todo por las mañanas, en las que mi hijo de dos años (hoy los ha cumplido) lo enciende y le da al play para que bailemos juntos lo que el duendecillo ha preparado por la noche