El velo de la ignorancia

A pesar de saberlo, me sigo sorprendiendo con las citas que Manuel Conthe suele incluir en muchos de sus escritos. Me sorprenden, por que más allá del acuerdo o el desacuerdo, siempre me descubren algo nuevo, o me hacen volver a algo olvidado hace años. Hay pocas cosas tan estimulantes como aprender algo nuevo, y a pesar de tener tanto que aprender, no es habitual encontrar en la prensa párrafos que hagan despertar tanto nuestra curiosidad.

En un artículo de hoy día 18 en la página 50 de la edición en papel de Expansión, Conthe termina aludiendo a la “Teoría de la Justicia” del filosofo John Rawls. En esta teoría Rawls vertía muchos de sus pensamientos de la década de los 60, el libro es de finales de 1971, y en el primer apartado de su primer capítulo nos dice:

“La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento. Una teoría, por muy atractiva, elocuente y concisa que sea, tiene que ser rechazada o revisada si no es verdadera; de igual modo, no importa que las leyes e instituciones estén ordenadas y sean eficientes: si son injustas han de ser reformadas o abolidas. Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la justicia que ni siquiera el bienestar de la sociedad en conjunto puede atropellar. Es por esta razón por la que la justicia niega que la pérdida de libertad para algunos se vuelva justa por el hecho de que un mayor bien es compartido por otros. No permite que los sacrificios impuestos a unos sean compensados por la mayor cantidad de ventajas disfrutadas por muchos. Por tanto, en una sociedad justa, las libertades de la igualdad de ciudadanía se dan por establecidas definitivamente; los derechos asegurados por la justicia no están sujetos a regateos políticos ni al cálculo de intereses sociales. Lo único que nos permite tolerar una teoría errónea es la falta de una mejor…solo es tolerable cuando es necesaria para evitar una injusticia aún mayor”.

El propio Rawls matiza estas letras, que sin duda tienen mucho que matizar y, en las 527 páginas siguientes, reflexiona sobre algunas de las ideas más interesantes de los últimos tiempos.

Haya por la página 39, Rawls nos habla de “algunos contrastes relacionados”, de la “la libertad y de lo justo, por un lado, y lo deseable de aumentar el beneficio social en conjunto, por otro” y del “el principio utilitario” y, seguidamente, se refiere a un “un acuerdo original”.

De este acuerdo, habla curiosamente Conthe hoy, y el hilo de acuerdos y desacuerdos entre españoles, que tanto éxito tiene el foro, me ha animado a poner aquí estas letras, en la esperanza de que alguien tire, curiosidad en mano, de todo lo demás.

Conthe nos dice en su última parte titulada “El velo de la ignorancia”:

“…el filósofo americano John Rawls concibió los criterios de justicia como aquellos que adoptarían los miembros de una futura comunidad, antes de saber qué papel les reservaría a cada uno la Fortuna: si ser pobre o ser rico. Ese “velo de ignorancia” (veil of ignorance) original facilitaría el acuerdo, porque nadie sabría si la futura aplicación de los criterios de justicia les proporcionaría ayuda –si eran pobres– o les obligaría a proporcionarla –si eran ricos–.

Por desgracia, esa metodología “contractualista” no se aplicó en 1991 para configurar una “unión bancaria”, porque en nuestra “ignorancia” no la consideramos necesaria; ahora, cuando las crisis bancarias que se iniciaron en 2008 nos han mostrado su necesidad, algunos Estados creen haber perdido el “velo” y parecen reticentes a transformar en comunes cargas que consideran ajenas...”

Parece que este velo de la ignorancia lo envuelve todo. A pesar de ello, uno puede no estar de acuerdo con muchas de estas letras, y entender que en el caso europeo hay países que, como indica Conthe, “parecen reticentes a transformar en comunes cargas que consideran ajenas”. En lo que si podemos estar de acuerdo, y para eso hay que leer todo el artículo, y en especial su inicio, que la manera de resolver los problemas que esto acarrea no es hacernos más ajenos todos, y menos ver en lo ajeno el culpable de nuestros males, lo que debemos hacer es aplicar una “…metodología “contractualista”…” con todos los elementos que permitan no repetir la misma ventajista visión de nuestro futuro.

El “velo de la ignorancia” no debe ser de nuevo manipulado, por muy ignorantes que seamos.

El artículo entero, se puede leer aquí:

Unión bancaria: el velo de la ignorancia
Exopansión, 17.09.2012 (en su edición digital).
por Manuel Conthe

http://www.expansion.com/2012/09/17/opinion/tribunas/1347910966.html?a=d1b5efa333663398bf1c2b9c60648a2e&t=1347978598

Nota: Con una breve duda, lo pongo en "cultura" y no es" miscelánea", ya que hablo de un filósofo, y de un artículo bien escrito.

Desde mi total ignorancia de las teorías de este filósofo, considero inviable llevar a la práctica "el velo de la ignorancia" ... Los que acordaran un trato "justo" estarían ya en una determinada posición inicial que condicionaría su definición de "justicia". En todo caso, podría firmarse el contrato en un determinado momento pero entrar en vigor sólo mucho tiempo después... En el ejemplo concreto analizado en el artículo ni siquiera eso funcionaría, pues lo más probable es que Alemania siempre sea rica y Grecia siempre pobre...

Sí que hay un caso de contrato en el que se puede aplicar "el velo de la ignorancia" y es el de los seguros. Nadie puede tener la certeza de no enfermar, de no sufrir un incendio... ; por eso se acepta pagar hoy los daños de los otros ante la posibilidad de que mañana se invierta la situación... Sin embargo, en el terreno de la política no es así. Cada país entró en la Unión Europea por razones diferentes (Alemania para exportar sin aranceles, los del sur por los fondos de cohesión o por poder trabajar libremente en los del norte, los pequeños por ganar peso internacional, los grandes por dominar el continente...). No es un pacto justo sino un cambalache en que cada país busca su propio interés. Según lo que suceda, unos ganan más que otros...

Ya lo indica el autor en el artículo enlazado (lo puedes ver a la mitad de su texto):

“...Pero, por fortuna, en un atisbo colectivo de lucidez y espíritu constructivo, incorporamos al Tratado el apartado 6 del actual artículo 127, que permite que el Consejo de Ministros, por unanimidad, previa consulta al BCE, le encomiende “tareas específicas respecto de políticas relacionadas con la supervisión prudencial de las entidades de crédito y otras entidades financieras, con excepción de las empresas de seguros”...”

Pero, aunque te parezca lo contario, ese principio esta presente en infinidad de acuerdos de nuestra vida. Por poner un ejemplo que a todos nos es cercano... la obligatoriedad de poner una rampa, o algo similar, si hay una persona con alguna minusvalía que la necesite en una comunidad de vecinos (a priori, la mayoría, no sabemos si lo seremos o no), o en que todo, el del bajo incluido (a priori no sabemos si a futuro viviremos en un bajo o no), sufrague los gastos del ascensor. Si sigues pensando, se aplica en casi todo, y si se hace con un mínimo razonamiento, funciona muy bien, tan solo hay que ser firme, cuando alguien intenta saltarse ese contrato.

Si tiras del hilo comprobaras que el "el velo de la ignorancia" se aplica a infinidad de cosas en ordenes muy sencillos y muy complejos, en la Unión Europea hay cientos de acuerdos que recogen este principio. Por otro lado es fácil darnos cuenta de que en casi todo en la vida, por no decir en todo, “Nadie puede tener la certeza de…” casi nada.

Ya que has recurrido a las comunidades de vecinos, te puedo poner ejemplos en sentido contrario... Un propietario que piensa vender su piso es poco dado a sufragar reformas colectivas, uno que no gusta de los animales domésticos intentará prohibirlos, un melómano tratará de limitar las obras ajenas (y las propias), alguien que tenga un despacho o una consulta médica en su casa querrá que haya un portero que abra la puerta a sus clientes... Sí tenemos una posición inicial como vecinos, al menos en ciertas cuestiones... En cuanto a la Unión Europea, claro que habrá medidas adoptadas por consenso pero en asuntos menores, no en lo importante. La posición inicial es aquí clara: Los países ricos saben que, probablemente, lo serán siempre y los pobres, también. Alemania busca exportar y Grecia conseguir ayudas económicas o trabajo para sus nacionales... El "velo de la ignorancia" se aplica sobre todo a los imponderables individuales (enfermedad, desastres,,,). Hay muchas cosas de las que estamos seguros como nuestras aficiones, nuestras aptitudes e ineptitudes, nuestras filias y fobias, nuestros prejuicios... Yo creo que " el velo de la ignorancia" se aplica menos de lo que parece y que muchas de esas decisiones "justas" son simplemente concesiones al igualitarismo de nuestra época...

Steiner escribió:Ya que has recurrido a las comunidades de vecinos, te puedo poner ejemplos en sentido contrario... En cuanto a la Unión Europea, claro que habrá medidas adoptadas por consenso pero en asuntos menores, no en lo importante. ... El "velo de la ignorancia" se aplica sobre todo a los imponderables individuales (enfermedad, desastres,,,). ..

Claro que hay ejemplos contrarios en todo, pero te puedo asegurar que en cosas muy relevantes, y no solo individuales (más al contario), y sin duda en la Unión Europea, créeme, hay muchos.

Y, en otro orden de cosas, una definición de "justicia" basada en una combinación de egoísmo y miedo, ¿no te parece un poco rastrera?

Steiner escribió:Y, en otro orden de cosas, una definición de "justicia" basada en una combinación de egoísmo y miedo, ¿no te parece un poco rastrera?

Tendría que verla en todo su contexto, no se a cual te refieres.

En primer lugar, es absurdo que yo hable de las teorías de un filósofo del que lo único que sé es lo que aparece en el mensaje que encabeza el hilo... Dicho esto, su planteamiento me parece utópico pues los que acordaran la definición de "justo" no deberían tener cualidad alguna: No podrían ser ni ricos ni pobres, ni listos ni tontos, ni guapos ni feos, es decir, no deberían existir aún... Pero si aceptamos una aplicación más "casera" de sus ideas, la definición de "justicia" es una combinación de interés presente e interés futuro, es decir, lo que me conviene ahora y lo que podría convenirme en el futuro, por improbable que sea esto último. Es decir, una combinación de egoísmo y miedo.

Habría que leerlo primero, Rawls no habla de eso. Es un libro bien interesante, a pesar de ser largo lo aconsejo.