Buenos tiempos para la lírica

Tendría unos 20 años cuando estaba de moda aquella canción. Malos tiempos para la lírica. No eran tiempos de mayor riqueza que ahora, pero los años anteriores habían sido peores y ello siempre alimenta las perspectivas, fortalece la confianza en el futuro. Ese mejor futuro material iba llegando en la medida que se nos esfumaba la lírica. Porque supongo que la lírica tiene que ver con la imaginación, y la imaginación se jode con la riqueza. Ahora volveremos a tener unos Reyes Magos de verdad, aquellos que venían cargados de “ilusión” porque los regalos, la verdad, eran escasos. La dura realidad parece que ya no es un presentimiento, es un sentimiento y doloroso como una patada en nuestros atributos. Lo peor de todo de este momento no es que nos quedemos sin dinero o que nos despertemos de un sueño ilusorio, lo peor es que durante muchos años nos olvidamos de la lírica, es decir de la imaginación, y ahora no somos capaces ni de imaginarnos un futuro para soñar. Esa es la tarea que nos queda por delante, por eso quizás vengan tiempos buenos para la lírica.
Eso sí, una cosa es la lírica y otra la retórica barata. Nuestros políticos tendrán que abandonar los estilos discursivos pensados para otras épocas. No es tiempo de eufemismos ni enmascaramientos, y menos de demagogias fáciles de los que ni se enfrentan ni se enfrentarán con la responsabilidad de gobernar. Y hablando de retórica, hoy se publica una carta de Novagalicia banco en la que pide perdón por el daño de su gestión. Pedir perdón, que parece que está de moda también en algunas cárceles, es uno de los actos más respetables de un ser humano, pero si es petición auténtica y verdadera, si es lo que debe ser, una autohumillación ante el ofendido sin esperar nada a cambio. El perdón solo vale si se paga la factura de la penitencia.
En fin, nos hemos arruinado. Si aprendemos de los errores para inventar algo nuevo, no vendrá mal la ruina. Si solo nos dedicamos a buscar los chivos expiatorios para quemarlos en la pira, solo nos servirá para avanzar desde la ruina hasta el auténtico desastre.

Jeremias johnson escribió:Si aprendemos de los errores para inventar algo nuevo, no vendrá mal la ruina. Si solo nos dedicamos a buscar los chivos expiatorios para quemarlos en la pira, solo nos servirá para avanzar desde la ruina hasta el auténtico desastre.

Es verdad.

Y es importante empezar partiendo de pensamientos positivos, viendo siempre lo que queda del vaso lleno. (La perspectiva no puede ser tan corta y el análisis tan inmediato y escaso).

Si no lo hacemos así, y tirando para adelante con lo que nos une (no me olvido de reclamar justicia y responsabilidad con quien merezca este reclamo) caeremos en el peligro de buscar un enemigo fuera, y lo que es peor, y en esto somos especialistas (y en nada se parece a la justicia) en buscarlo dentro. Hacen falta soluciones realistas (posibles y verdadera. Sin duda no basadas en lo que queramos oír), pero basadas y explicadas en forma de pensamientos positivos, crean más economía de lo que nos creemos.

A veces no nos damos cuenta que la Unión Europeo garantiza más la estabilidad y la paz en tiempos de crisis que la economía.

Aprender es un buen punto de partida. Si echamos la mirada con el tiempo de la historia seremos más sabios, más positivos, y (sé que por desgracia no todos pero si muchos) más felices.

Si un extraterrestre aterrizara en lo que todavía denominamos España y leyera algunos posts pensaría que la situación en la que se encuentran los españoles es fruto de una maldición bíblica, la alineación inadecuada de los planetas o un bombardeo inesperado de miríadas de bosones de Higgs. Creo más bien que se trata de la conjura de los necios (J.K. Toole).

Es duro hablar de mirar el futuro con optimismo cuando dia sí y día también te sueltan una patada en la boca y una puñalada en la espalda de tus derechos, tu dignidad y tus posibilidades de supervivencia. No obstante, no cabe la resignación y sí ajustarse los machos para luchar por impedir que la voladura del edificio continue, máxime cuando se hace con los inquilinos dentro. Sino la ilusión que sea la rabia y la indignación las que nos impidan aceptar que nuestros hijos nunca tendrán el nivel de bienestar que un día vivimos nosotros.

No se puede hacer borrón y cuenta nueva como se pretende por algunos. Lo que sea el futuro solo será si se hace justicia. Las víctimas (los que estamos condenados a pagar las golferías de otros durante generaciones) necesitamos y exigimos justicia que repare en parte nuestro sufrimiento. Sólo pedimos que se exprese una fracción de ese pedir perdón "humillado" que el PP (fundamentalmente) exige sólo a los etarras.

El hundimiento económico de la sociedad española es también terrorismo. De guante blanco, pero terrorismo.

Lo más grave es que las medidas "que Dios manda", "las únicas posibles", "las ineludibles" danzan unidas por un hilo conductor, fino pero poderoso, de carácter exclusivamente ideológico. Un "pensamiento único" que entiende como orden social lógico aquél que enriquece al 1% de la población a través de la explotación del 99% restante.

Puestos a tirar de lírica, quedémonos con Miguel Hernández

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

o con Rafael Alberti

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Desgraciadamente, los delincuentes que nos han llevado a esto no se van a hacer el hara-kiri. Nuestra convicción (más que la ilusión) será el impulso que introduzca la daga que nos purifique.

Sí señor. A ver si dejamos de lado los vacíos (interiores) (estreses) al valorar más lo que ya tenemos. Sí, bueno, materialismo, pero sobretodo me refiero a nuestra persona. La imaginación, la curiosidad, la necesidad real, empatía, respeto... Y ojalá los miedos.... lo de la vagancia está claro.