Berlioz Requiem op. 5

Posiblemente se trate de mi obra sinfónico-coral favorita. Si no la habeis escuchado, preparaos, porque nada os preparará a los 16 timbales y las cuatro orquestas completas de trompetas trompas, trombones y tubas. El día de su estreno los propios coristas tenían ataques de histeria. Tiene fama de monumental, de paquidérmica, pero pocas veces el canto coral y el sinfonismo han sido tan diversos en espíritu y efecto. Bueno, si no conoceis la obra en un proximo post os mando detalles.
Hablemos de versiones. Los vinilos que comento ya no los tengo. Hace cinco años se me fundió el tocadiscos (un Mitchell mycro, con brazo Rega y capsula Benz) y dado que los discos tenían muchos, muchos años (no digo cuantos para que no sepais mi edad) y su estado dejaba mucho que desear (mi primer tocadiscos era una caja de esas con el altavoz en la tapa y aguja de plástico), pues me desprendí de ellos. Nadie los quería (ni la biblioteca del pueblo), así que los llevé al contenedor de basura y alguien bien pensante los recogió y se los quedó (más de 2000........). Si algo horroroso, pero entonces no sabía de la existencia de audioplanet.

Vamos a Berlioz:
De las versiones que he tenido:

Mitropoulos (1959): la música que sonó en el homenaje a Furtwangler. Si bien el sonido era muy pobre, la versión recuerdo era dramática y captivante. Especialmente el primer movimiento y el Hostias: un enfrentamiento entre 8 trombones y 8 flautas en una disonancia lacerante.

Charles Munch (2 versión, con orq. radio de baviera y Peter Schreier). Buena, pero me desmereció con respecto a la fama de Munch (su fantástica, por ejemplo). Muy poco "salvaje", demasiado civilizada, pero sin el acabado de las versiones preciosistas.

Bernstein. Para mí, "la" versión. Con dos orquestas francesas (no muy buenas) y varias corales, realmente se juntaron 1200 musicos en la basílica des Invalides (lugar del estreno). Y Bernstein es mucho Bernstein en una obra que realmente parece mahleriana (la 8 no está lejos. En su autobiografia Alma Mahler recuerda lo que impresionó a Gustav el Requiem de Berlioz). En el primer movimiento, el coro roza lo que será el sprachgesang de Schoenberg, con una violencia ritmada extraordinaria (kyriÉ eleisÓn gritán tenores y bajos: lástima bajos anémicos y tenores preciosistas de las corales francesas), pianissimo, a lo que responde, aun más pianissimo la melodía arcaica, cromática de las sopranos: reeequieemmm aeternam. Empieza una breve fuga final, interrumpida por acordes de trompas y tubas. La percusión no hará acto de presencia hasta que suene la trompeta final. Cuatro orquestas de instrumentos de metal en los cuatro rincones del templo se responden en eco de otro mundo, mientras un sordo rugir de 16 timbales dan paso a la alucinada voz de los bajos. Tuba mirum spargens..... Aquí es donde el corista de Berlioz se desmayó.
Y por si fuera poco, el lacrymosa. Olvidaos de las cantilenas de Susmayer (no sabemos cómo imaginó Mozart su lacrymosa. Lo conservado no es de Wolfgang). Otra vez los 16 timbales en un ritmo roto de vals esquizoide: las puertas del infierno. No es grotesco, no es onomatopéyico, es abismal, la exitación os recorrerá el cuerpo, la piel se pone de gallina. Olvidaos de todo y de todos. Lo siento, la crisis después de esto os va a parecer mucho más negra y tétrica de lo que ya es. Suerte que el descreimiento de Berlioz se acaba aquí. Ya no habrán explosiones de furia, sino recogimiento y meditación, en una cantilena casi gregoriana (coro en pianissimo que responde a un tímido obre pastoril). Los monjes gregorianos nos recuerdan la catedrales góticas en el Quarens me). Bernstein retoma la calma en el ofertorium, lástima de coral y orquesta francesa, pues en este movimiento (una serie de variaciones sobre un sencillo tema rítmico de marcha), esperaríamos mayor diversidad tímbrica. Aquí recuerdo magnífico a Mitropoulos. El sanctus es Stuart Burrows, un tenor "a la francesa", hiperagudo, con voz ciertamente angélica. La calidad de la orquesta retira un poco del impacto de los trombones y flautas del Hostias.

La versión digital que tengo es la de Ozawa. Poco conocida, pero no es mala. Es de las preciosistas (Davis, Barenboim, Dutoit, que no he escuchado todavía). Muy bien interpretada, pero poco imaginativo a veces, especialmente en cuestión de tempi: no rompe y rasga a la Bernstein. Pero orquesta y coro (Boston) están a la altura de su fama. Lástima de grabación, en directo (lo cual es un portento en esta obra), porque retira algo del impacto físico que tiene. si le añades morosidad en algun tempo, la histeria, el pánico a la muerte y al juicio de un dios que quizás no exista, pero que de estar está ahí, se confunde a veces manierismo y a la exageración.

Me faltan muchas versiones. ¿Quien ha escuchado a Davis, a Barenboim, a Shaw,.....

Hola, Muy buena la descripcion;yo escucho la edicion Living Stereo,ahora no me acuerdo pero creo que esta dirigida por Munch.Es una musica muy grande,inusual para la epoca en que esta escrita.Tiene que ser la leche escucharla en vivo con musicos repartidos por todas las esquinas.Esta es la tipica obra que tiene que sonar bien en un sistema multicanal.
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