Presentacion Infinity Kappa 7.1
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Presentacion Infinity Kappa 7.1
Pienso que es una buena idea ir incorporando diferentes marcas vintage, con productos top, a mis presentaciones.
Esto puede acercar la historia de las marcas emblemáticas de los 60-70 a aquellos que no están demasiado familiarizados con el comienzo y evolución de dichas marcas.
En esta ocasión quiero presentar una marca que realmente si que fue revolucionaria en los 70, ya que introdujo novedades espectaculares y enfoques de fabricación y diseño muy diferentes a lo habitual en aquellos momentos.
Infinity fue fundada en 1968 por Arnie Nudell, John Ulrick y Cary Christie. Arnie Nudell fue su mejor activo desde el inicio. Estudió fisica nuclear por la universidad de California y participó (mientras preparaba su proyecto de fin de carrera) en el equipo del laboratorio de Ted Maiman, coincidiendo que en ese equipo se descubria en esos momentos el láser. Una verdadera suerte, ya que participar en ese equipo y en ese proyecto, fue algo realmente grande por lo que el láser posteriormente aportó a todas las industrias a nivel mundial.
Eso hizo que a Arnie le llamasen de todas las empresas TOP del momento. El aceptó un trabajo en Aerospace Corporation, que era una empresa financiada por las fuerzas aereas americanas. Allí montó un laboratorio láser para el ejército y fabricó, entre otras cosas, un telémetro láser para aviones, que fue un éxito. En esta empresa conoció a John Ulrick, que era técnico electrónico y fanático también como él del audio y la música. Aprovechaban los descansos para comentar ideas sobre como aplicar todos los conocimientos que estaban desarrollando para mejorar los equipos de ese momento de audio y altavoces.
Decidieron que las tecnologías aeroespaciales de los sistemas de navegación inerciales (denominadas servo) y que utilizaban la retroalimentación para hacer sus correcciones, podían tener uso para gestionar la retroalimentación de los altavoces de graves, dandoles una frecuencia plana de hasta 16Hz y con una distorsión mucho menor a la existente en esos momentos.
Empezaron haciendo pruebas sobre altavoces Klipsh, pero no funcionó correctamente. Llegaron a la conclusión de que para funcionar era necesario que el altavoz tuviera su propio servoamplificador y que a su vez detectara el movimiento del altavoz de graves mediante un sensor y que corrigiera instantaneamente el rendimiento del woofer aplanando la respuesta de frecuencia, reduciendo drásticamente la distorsión del mismo.
Se pusieron manos a la obra y el resultado fue sorpendentemente bueno. Entonces pasaron a aplicar el mismo principio para medios y agudos. Consiguieron alinear todos los elementos utilizando componentes electrostáticos combinados a la tecnología servo.
Ensamblar todos los componentes fue complicado, pero una vez lo consiguieron y lo probaron, el resultado técnico fue justo el esperado y se dieron cuenta de que habían construido un altavoz realmente diferente y de muy buena calidad sonora. Se lo llevaron a Walt Lewsadder, que era el director de una afamada revista hifi y cuando los escuchó les dijo, ¿se pueden fabricar en serie?, a lo que ellos contestaron "posiblemente si, pero a un precio de unos 2.000 dolares la pareja" (que en esa época era el precio de un coche de gama media), y Walt les dijo, "puedo vender todos los que seais capaces de fabricar a ese precio".
Dicho y hecho, se pusieron a fabricar a medida todos los servoamplificadores y servowoofers, asi como los paneles electrostáticos y demás componentes. Tardaban dos semanas en fabricar y montar cada par. Como querían hacer bien las cosas, decidieron contratar a una buena ebanista llamada Carrie Christie, que luego fue socia fundadora con ellos, y que fue la encargada de dar forma a los altavoces utilizando la mejor madera disponible (en ese momento palo rosa brasileño).
Y tal y como prometió, Walt Lewsadder vendía cada par de altavoces nada mas los terminaban de montar, no daban abasto con la demanda.
En ese momento, una empresa de electrónica muy potente y con la que ambos trabajaban en el ejército para el montaje de los telémetros láser para los aviones, se interesó por el proyecto y les propuso financiar una empresa que se dedicara a fabricar esos altavoces a gran escala. Ambos se dieron cuenta de que para ello deberían abandonar su actual trabajo en el ejercito para dedicarse en exclusiva a ese nuevo proyecto, pero les pareció una gran idea y aceptaron la oferta.
Esto dio como resultado la creación de Infinity.
Primera fila: Cary Christie, John Ulrick y Arnie Nudell
El primer altavoz que fabricaron como Infinity se denominó Servo-Statik 1.
Utilizaron un enorme woofer de la marca Cerwin Vega de 18" para el cajon de graves del sistema.
Pero el verdadero salto en ventas llegó tras la publicación de una reseña sobre estos nuevos altavoces en la todopoderosa revista "High Fidelity".
Dió la casualidad que esa revista empezaban a realizar mediciones colaborando con la CBS, y para ello usaban un estudio de mediciones llamado CBS LABS. Las mediciones que arrojaron los altavoces Infinity fue de ±2dB de 20 Hz a 20 kHz, y ese resultado los dejó asombrados, ya que en muchos años de historia colaborando con la CBS y sus altavoces, nunca habían conseguido unos valores semejantes. De hecho, en la revista tampoco consiguieron volvieron a medir otros valores iguales ni años después.
También hicieron mediciones de la respuesta de frecuencia de agudos del crossover y notaron que era extremadamente plana. Sonaba muy parecido a una distorsión armónica, pero no pudieron medir ninguna distorsión en absoluto a través del crossover. Es cierto que la lectura residual del medidor de distorsión es de alrededor del 0,08 %, lo que normalmente mostraría cualquier distorsión audible en equipos de válvulas, pero aparentemente no era lo suficientemente sensible como para proporcionar lecturas válidas de componentes de estado sólido, como era el caso.
Los impresionantes valores medidos, asi como la buena reseña sobre los altavoces, hizo que los audiofilos del momento quisieran conseguir un par para probarlos.
Pero el detalle mas llamativo es que, además de ser unos altavoces tremendamente caros (sobre todo para una marca desconocida en ese momento), eran unos altavoces que no podían ser movidos con un amplificador normal. El sistema contaba de dos paneles electrostáticos, un subwoofer y un servoamplificador de graves y crossover electrónico combinado de 100 W RMS, pero aparte se necesitan dos amplificadores de potencia, uno de alta potencia para los electrostáticos de rango medio (Infinity recomendaba uno de 150w por canal a 8Ohm), y otro menos potente pero con muy baja distorsión para los tweeters. Con toda esa inversión necesaria, y al ser una marca desconocida, no parecía que pudieran tener éxito. Pues lo tuvieron.
Tras la fabricación de los Servo Statik 1, empezaron a fabricar altavoces mas pequeños y accesibles.
El siguiente modelo fue el denominado 2000 A.
Al utilizar un woofer de cono convencional y tweeters de rango medio y electrostáticos, el 2000 A es en realidad un altavoz muy bueno en un formato más compacto.
Los Quantum, presentados en 1976, fueron el siguiente gran paso adelante para Infinity, con la introducción del tweeter EMIT.
El modelo más alto de la gama fue el Quantum Reference System, seguido por el Quantum Line Source (QLS) y, a continuación, toda una secuencia de modelos Quantum numerados, del 2 al 5.
La familia Quantum compartía una filosofía de diseño básica de utilizar tweeters EMIT, que estaban formados por unas cintas planas que funcionaban para mover el aire basándose en el principio de la inducción electromagnética, altavoces de rango medio de cúpula y woofers Watkins. Los diferentes modelos combinaban distintas cantidades de cada uno de esos elementos, según el tamaño y el precio. Los modelos más grandes también incluían un acoplador de medios y graves.
Infinitesimal
Un poco mas adelante, Infinity creó algunos altavoces más pequeños. Dieron en el blanco con los InfiniTesimals originales, que utilizan un solo tweeter EMIT y un woofer Watkins en un paquete compacto. A pesar de ser pequeños, pesan una tonelada y suenan fantásticos.
Luego llegó la línea RS, ya en pleno apogeo de la marca.
En esta época Infinity era leyenda en el mundo del hifi y todas sus creaciones eran miradas con envidia por sus competidores. Es verdad que en europa en esos años había una egemonía por parte de compañias de altavoces inglesas (Kef, mission, Spendor, Tannoy, etc) y también por los japoneses (Pioneer, Akai, Yamaha, etc), pero Infinity llegó al mercado con productos superlativos en cuanto a tamaño, calidad y precio. Eran la élite y fabricaban productos admirados y respetados por todos los audiofilos.
Infinity RS-2.5 y 4.5
Infinity QLS y RS-4.5
Infinity RS1
era una versión reducida del gran IRS V. Con un par de columnas de medios/agudos y un par de torres de woofer, junto con un crossover servoactivo para las torres de graves, el RS-1 es un altavoz mítico y con un gran numero de aficionados que afirman que es uno de los mejores altavoces jamás construidos. Eso si, sus brutales dimensiones y peso hacen que sea muy complicado encontrar un sitio para colocarlo en una casa normal.
Posteriormente llegaron los RS II y RS IIB
y unos años mas tarde los RS 5.
Con la gama Infinity RS pasa algo muy curioso, y es que al contrario de las marcas standard, los modelos, a medida que elevaban el dígito que los enumeraba y salían nuevos modelos, éstos eran cada vez mas pequeños y menos complejos que sus hermanos precedentes, con lo que cada vez eran también mas baratos, pero contando con todas las características de calidad de los modelos anteriores. Se aprovechaban de las mejoras técnicas, pero haciendolos cada vez mas accesibles.
Si no recuerdo mal, creo que la gama RS finalizó con el RS-10, que ya eran altavoces pequeños de dos vias.
En 1978 la línea IRS (Infinity Reference System) fue diseñada para reemplazar a los modelos RS de gama alta.
El ejemplo mas llamativo de los altavoces de la línea IRS son los Classic, y que consistía en un sistema de altavoces de gama ultraalta que se vendían a 65.000 dólares en 1980. Tenían 76 altavoces de agudos EMIT, 24 altavoces de rango medio EMIM y doce woofers de polipropileno de 12 pulgadas divididos en cuatro enormes torres.
PUBLICIDAD DE INFINITY AÑOS 80
Posteriormente llegó la serie Infinity Kappa.
El modelo mas alto de la gama es el Kappa 9, cajas que cuentan con el mismo número de entusiastas seguidores, como de desesperdos detractores. El motivo es el insaciable apetito que estas cajas tienen con los vatios. Hay muchas cajas exigentes, pero estas son unas auténticas ampli-killers. Estas cajas bajan ¡¡a 0,8 Ohm.!!, pero la verdadera necesidad no es de vatios sino de corriente. Se han medido demandas de 11 amperios por estas cajas, y eso es mucha corriente, por lo que hace necesario contar con una fuente de alimentación acorde que sea capaz de proporcionarla.
Luego tenemos las Kappa 8, también tragonas, pero no como las Kappa 9.
Y también las Kappa 7
Debido a que las Infinity de antaño son casi siempre cajas enormes, es complicado intentar encontrar algún modelo que quepa en una casa tipo actual, pero a partir de las Kappa 8, creo que ya tienen tamaños mas "humanos".
El modelo de la prueba son las Kappa 7.1 del año 1992, que para mi es un paso adelante sobre las Kappa 7, no a nivel estético, porque las 7 son preciosas, pero si a nivel técnico y sonoro.
Lo primero que se nota nada mas conectarlas es que, como casi todos los altavoces de cierto nivel, necesitan muchos vatios para expresar todo su potencial.
Las cajas no son rectangulares sino mas anchas por el frontal y se van estrechando hasta la parte trasera. Montan los agudos Emit-R y los medios Polydome, con graves de grafito moldeado por inyección. Comparativamente con otras cajas de nivel, noto una profundidad y extension de graves superior. Yo casi siempre utilizo un subwoofer regulado bastante abajo, pero con estas cajas es innecesario conectarlo.
Cuentan con reguladores de medios y agudos en la parte trasera, y tienen la posibilidad de bi-amplificación.
Quizás sea en la profundidad y contundencia de los graves donde encuentre las mayores diferencias con otras cajas, y en punto álgido del agudo también. Suenan con aplomo a cualquier volumen, incluso a un volumen muy bajo y se van abriendo según le das caña al volumen.
Al haber probado tantas cajas diferentes, llega un momento en que no tienes muy claro cual es la definitiva o la que mas te gusta, simplemente depende de que tipo de música o canción esté sonando para que percibas un mejor o peor comportamiento de las cajas en determinados momentos.
En términos de estructura armónica (precisión del timbre), estas cajas son difíciles de superar. Cuando algo se acerca tanto a la tonalidad adecuada, resulta difícil describir su sonid como tal. Cada instrumento parecía tener la combinación "adecuada" de peso y textura. Los violonchelos, el bajo de piano y los grandes instrumentos de viento metal (cuyos sonidos son los más despreciados por la mayoría de los altavoces) fueron reproducidos por los Kappa 7.1 con una autoridad y una potencia impresionantes, y el efecto que eso tuvo en el rango dinámico aparente de la música orquestal y de pian, fue bastante interesante.
Los graves, como ya he comentado, son realmente impresionantes, con la capacidad de producir un sonido enorme a partir de obras de gran escala como en Les Contes d´Hoffmann de Offenbach o el Réquiem de Mozart. Bien equilibrados y contorneados, los graves de estos Kappa parecen totalmente ausentes la mayor parte del tiempo. Luego, sale un sonido increíblemente profundo del sistema y el suelo tiembla.
Y la calidad de esos graves era tan impresionante como su cantidad. Solo los algunos subwoofers de muy alta gama han igualado el detalle y el enfoque de los graves de los Kappa. Por eso, estos altavoces realmente no necesitan apoyo de ningun subwoofer.
En resumen, me encantan como suenan estos altavoces y no puedo imaginar a nadie que no se quede absolutamente impresionado por su rendimiento utilizando una amplificación adecuada. Si puedes permitirtelo y encuentras alguno en venta, son una muy buena inversión.
Por tanto a estas cajas les doy muy buena nota, ya que están a un nivel muy alto. De toda la gama Infinity Kappa, yo creo que en términos de precio/calidad son la mejor opción disponible, aparte de que irse a las Kappa 8 o las Kappa 9 requiere de tener un espacio y unos amplificadores muy por encima de lo normal.
Los Kappa 7 son algo inferiores en rendimiento, yo los tuve pero ya los vendí hace tiempo. Los Kappa 7.1 están un paso por encima de ellos.
Esto puede acercar la historia de las marcas emblemáticas de los 60-70 a aquellos que no están demasiado familiarizados con el comienzo y evolución de dichas marcas.
En esta ocasión quiero presentar una marca que realmente si que fue revolucionaria en los 70, ya que introdujo novedades espectaculares y enfoques de fabricación y diseño muy diferentes a lo habitual en aquellos momentos.
Infinity fue fundada en 1968 por Arnie Nudell, John Ulrick y Cary Christie. Arnie Nudell fue su mejor activo desde el inicio. Estudió fisica nuclear por la universidad de California y participó (mientras preparaba su proyecto de fin de carrera) en el equipo del laboratorio de Ted Maiman, coincidiendo que en ese equipo se descubria en esos momentos el láser. Una verdadera suerte, ya que participar en ese equipo y en ese proyecto, fue algo realmente grande por lo que el láser posteriormente aportó a todas las industrias a nivel mundial.
Eso hizo que a Arnie le llamasen de todas las empresas TOP del momento. El aceptó un trabajo en Aerospace Corporation, que era una empresa financiada por las fuerzas aereas americanas. Allí montó un laboratorio láser para el ejército y fabricó, entre otras cosas, un telémetro láser para aviones, que fue un éxito. En esta empresa conoció a John Ulrick, que era técnico electrónico y fanático también como él del audio y la música. Aprovechaban los descansos para comentar ideas sobre como aplicar todos los conocimientos que estaban desarrollando para mejorar los equipos de ese momento de audio y altavoces.
Decidieron que las tecnologías aeroespaciales de los sistemas de navegación inerciales (denominadas servo) y que utilizaban la retroalimentación para hacer sus correcciones, podían tener uso para gestionar la retroalimentación de los altavoces de graves, dandoles una frecuencia plana de hasta 16Hz y con una distorsión mucho menor a la existente en esos momentos.
Empezaron haciendo pruebas sobre altavoces Klipsh, pero no funcionó correctamente. Llegaron a la conclusión de que para funcionar era necesario que el altavoz tuviera su propio servoamplificador y que a su vez detectara el movimiento del altavoz de graves mediante un sensor y que corrigiera instantaneamente el rendimiento del woofer aplanando la respuesta de frecuencia, reduciendo drásticamente la distorsión del mismo.
Se pusieron manos a la obra y el resultado fue sorpendentemente bueno. Entonces pasaron a aplicar el mismo principio para medios y agudos. Consiguieron alinear todos los elementos utilizando componentes electrostáticos combinados a la tecnología servo.
Ensamblar todos los componentes fue complicado, pero una vez lo consiguieron y lo probaron, el resultado técnico fue justo el esperado y se dieron cuenta de que habían construido un altavoz realmente diferente y de muy buena calidad sonora. Se lo llevaron a Walt Lewsadder, que era el director de una afamada revista hifi y cuando los escuchó les dijo, ¿se pueden fabricar en serie?, a lo que ellos contestaron "posiblemente si, pero a un precio de unos 2.000 dolares la pareja" (que en esa época era el precio de un coche de gama media), y Walt les dijo, "puedo vender todos los que seais capaces de fabricar a ese precio".
Dicho y hecho, se pusieron a fabricar a medida todos los servoamplificadores y servowoofers, asi como los paneles electrostáticos y demás componentes. Tardaban dos semanas en fabricar y montar cada par. Como querían hacer bien las cosas, decidieron contratar a una buena ebanista llamada Carrie Christie, que luego fue socia fundadora con ellos, y que fue la encargada de dar forma a los altavoces utilizando la mejor madera disponible (en ese momento palo rosa brasileño).
Y tal y como prometió, Walt Lewsadder vendía cada par de altavoces nada mas los terminaban de montar, no daban abasto con la demanda.
En ese momento, una empresa de electrónica muy potente y con la que ambos trabajaban en el ejército para el montaje de los telémetros láser para los aviones, se interesó por el proyecto y les propuso financiar una empresa que se dedicara a fabricar esos altavoces a gran escala. Ambos se dieron cuenta de que para ello deberían abandonar su actual trabajo en el ejercito para dedicarse en exclusiva a ese nuevo proyecto, pero les pareció una gran idea y aceptaron la oferta.
Esto dio como resultado la creación de Infinity.
Primera fila: Cary Christie, John Ulrick y Arnie Nudell
El primer altavoz que fabricaron como Infinity se denominó Servo-Statik 1.
Utilizaron un enorme woofer de la marca Cerwin Vega de 18" para el cajon de graves del sistema.
Pero el verdadero salto en ventas llegó tras la publicación de una reseña sobre estos nuevos altavoces en la todopoderosa revista "High Fidelity".
Dió la casualidad que esa revista empezaban a realizar mediciones colaborando con la CBS, y para ello usaban un estudio de mediciones llamado CBS LABS. Las mediciones que arrojaron los altavoces Infinity fue de ±2dB de 20 Hz a 20 kHz, y ese resultado los dejó asombrados, ya que en muchos años de historia colaborando con la CBS y sus altavoces, nunca habían conseguido unos valores semejantes. De hecho, en la revista tampoco consiguieron volvieron a medir otros valores iguales ni años después.
También hicieron mediciones de la respuesta de frecuencia de agudos del crossover y notaron que era extremadamente plana. Sonaba muy parecido a una distorsión armónica, pero no pudieron medir ninguna distorsión en absoluto a través del crossover. Es cierto que la lectura residual del medidor de distorsión es de alrededor del 0,08 %, lo que normalmente mostraría cualquier distorsión audible en equipos de válvulas, pero aparentemente no era lo suficientemente sensible como para proporcionar lecturas válidas de componentes de estado sólido, como era el caso.
Los impresionantes valores medidos, asi como la buena reseña sobre los altavoces, hizo que los audiofilos del momento quisieran conseguir un par para probarlos.
Pero el detalle mas llamativo es que, además de ser unos altavoces tremendamente caros (sobre todo para una marca desconocida en ese momento), eran unos altavoces que no podían ser movidos con un amplificador normal. El sistema contaba de dos paneles electrostáticos, un subwoofer y un servoamplificador de graves y crossover electrónico combinado de 100 W RMS, pero aparte se necesitan dos amplificadores de potencia, uno de alta potencia para los electrostáticos de rango medio (Infinity recomendaba uno de 150w por canal a 8Ohm), y otro menos potente pero con muy baja distorsión para los tweeters. Con toda esa inversión necesaria, y al ser una marca desconocida, no parecía que pudieran tener éxito. Pues lo tuvieron.
Tras la fabricación de los Servo Statik 1, empezaron a fabricar altavoces mas pequeños y accesibles.
El siguiente modelo fue el denominado 2000 A.
Al utilizar un woofer de cono convencional y tweeters de rango medio y electrostáticos, el 2000 A es en realidad un altavoz muy bueno en un formato más compacto.
Los Quantum, presentados en 1976, fueron el siguiente gran paso adelante para Infinity, con la introducción del tweeter EMIT.
El modelo más alto de la gama fue el Quantum Reference System, seguido por el Quantum Line Source (QLS) y, a continuación, toda una secuencia de modelos Quantum numerados, del 2 al 5.
La familia Quantum compartía una filosofía de diseño básica de utilizar tweeters EMIT, que estaban formados por unas cintas planas que funcionaban para mover el aire basándose en el principio de la inducción electromagnética, altavoces de rango medio de cúpula y woofers Watkins. Los diferentes modelos combinaban distintas cantidades de cada uno de esos elementos, según el tamaño y el precio. Los modelos más grandes también incluían un acoplador de medios y graves.
Infinitesimal
Un poco mas adelante, Infinity creó algunos altavoces más pequeños. Dieron en el blanco con los InfiniTesimals originales, que utilizan un solo tweeter EMIT y un woofer Watkins en un paquete compacto. A pesar de ser pequeños, pesan una tonelada y suenan fantásticos.
Luego llegó la línea RS, ya en pleno apogeo de la marca.
En esta época Infinity era leyenda en el mundo del hifi y todas sus creaciones eran miradas con envidia por sus competidores. Es verdad que en europa en esos años había una egemonía por parte de compañias de altavoces inglesas (Kef, mission, Spendor, Tannoy, etc) y también por los japoneses (Pioneer, Akai, Yamaha, etc), pero Infinity llegó al mercado con productos superlativos en cuanto a tamaño, calidad y precio. Eran la élite y fabricaban productos admirados y respetados por todos los audiofilos.
Infinity RS-2.5 y 4.5
Infinity QLS y RS-4.5
Infinity RS1
era una versión reducida del gran IRS V. Con un par de columnas de medios/agudos y un par de torres de woofer, junto con un crossover servoactivo para las torres de graves, el RS-1 es un altavoz mítico y con un gran numero de aficionados que afirman que es uno de los mejores altavoces jamás construidos. Eso si, sus brutales dimensiones y peso hacen que sea muy complicado encontrar un sitio para colocarlo en una casa normal.
Posteriormente llegaron los RS II y RS IIB
y unos años mas tarde los RS 5.
Con la gama Infinity RS pasa algo muy curioso, y es que al contrario de las marcas standard, los modelos, a medida que elevaban el dígito que los enumeraba y salían nuevos modelos, éstos eran cada vez mas pequeños y menos complejos que sus hermanos precedentes, con lo que cada vez eran también mas baratos, pero contando con todas las características de calidad de los modelos anteriores. Se aprovechaban de las mejoras técnicas, pero haciendolos cada vez mas accesibles.
Si no recuerdo mal, creo que la gama RS finalizó con el RS-10, que ya eran altavoces pequeños de dos vias.
En 1978 la línea IRS (Infinity Reference System) fue diseñada para reemplazar a los modelos RS de gama alta.
El ejemplo mas llamativo de los altavoces de la línea IRS son los Classic, y que consistía en un sistema de altavoces de gama ultraalta que se vendían a 65.000 dólares en 1980. Tenían 76 altavoces de agudos EMIT, 24 altavoces de rango medio EMIM y doce woofers de polipropileno de 12 pulgadas divididos en cuatro enormes torres.
PUBLICIDAD DE INFINITY AÑOS 80
Posteriormente llegó la serie Infinity Kappa.
El modelo mas alto de la gama es el Kappa 9, cajas que cuentan con el mismo número de entusiastas seguidores, como de desesperdos detractores. El motivo es el insaciable apetito que estas cajas tienen con los vatios. Hay muchas cajas exigentes, pero estas son unas auténticas ampli-killers. Estas cajas bajan ¡¡a 0,8 Ohm.!!, pero la verdadera necesidad no es de vatios sino de corriente. Se han medido demandas de 11 amperios por estas cajas, y eso es mucha corriente, por lo que hace necesario contar con una fuente de alimentación acorde que sea capaz de proporcionarla.
Luego tenemos las Kappa 8, también tragonas, pero no como las Kappa 9.
Y también las Kappa 7
Debido a que las Infinity de antaño son casi siempre cajas enormes, es complicado intentar encontrar algún modelo que quepa en una casa tipo actual, pero a partir de las Kappa 8, creo que ya tienen tamaños mas "humanos".
El modelo de la prueba son las Kappa 7.1 del año 1992, que para mi es un paso adelante sobre las Kappa 7, no a nivel estético, porque las 7 son preciosas, pero si a nivel técnico y sonoro.
Lo primero que se nota nada mas conectarlas es que, como casi todos los altavoces de cierto nivel, necesitan muchos vatios para expresar todo su potencial.
Las cajas no son rectangulares sino mas anchas por el frontal y se van estrechando hasta la parte trasera. Montan los agudos Emit-R y los medios Polydome, con graves de grafito moldeado por inyección. Comparativamente con otras cajas de nivel, noto una profundidad y extension de graves superior. Yo casi siempre utilizo un subwoofer regulado bastante abajo, pero con estas cajas es innecesario conectarlo.
Cuentan con reguladores de medios y agudos en la parte trasera, y tienen la posibilidad de bi-amplificación.
Quizás sea en la profundidad y contundencia de los graves donde encuentre las mayores diferencias con otras cajas, y en punto álgido del agudo también. Suenan con aplomo a cualquier volumen, incluso a un volumen muy bajo y se van abriendo según le das caña al volumen.
Al haber probado tantas cajas diferentes, llega un momento en que no tienes muy claro cual es la definitiva o la que mas te gusta, simplemente depende de que tipo de música o canción esté sonando para que percibas un mejor o peor comportamiento de las cajas en determinados momentos.
En términos de estructura armónica (precisión del timbre), estas cajas son difíciles de superar. Cuando algo se acerca tanto a la tonalidad adecuada, resulta difícil describir su sonid como tal. Cada instrumento parecía tener la combinación "adecuada" de peso y textura. Los violonchelos, el bajo de piano y los grandes instrumentos de viento metal (cuyos sonidos son los más despreciados por la mayoría de los altavoces) fueron reproducidos por los Kappa 7.1 con una autoridad y una potencia impresionantes, y el efecto que eso tuvo en el rango dinámico aparente de la música orquestal y de pian, fue bastante interesante.
Los graves, como ya he comentado, son realmente impresionantes, con la capacidad de producir un sonido enorme a partir de obras de gran escala como en Les Contes d´Hoffmann de Offenbach o el Réquiem de Mozart. Bien equilibrados y contorneados, los graves de estos Kappa parecen totalmente ausentes la mayor parte del tiempo. Luego, sale un sonido increíblemente profundo del sistema y el suelo tiembla.
Y la calidad de esos graves era tan impresionante como su cantidad. Solo los algunos subwoofers de muy alta gama han igualado el detalle y el enfoque de los graves de los Kappa. Por eso, estos altavoces realmente no necesitan apoyo de ningun subwoofer.
En resumen, me encantan como suenan estos altavoces y no puedo imaginar a nadie que no se quede absolutamente impresionado por su rendimiento utilizando una amplificación adecuada. Si puedes permitirtelo y encuentras alguno en venta, son una muy buena inversión.
Por tanto a estas cajas les doy muy buena nota, ya que están a un nivel muy alto. De toda la gama Infinity Kappa, yo creo que en términos de precio/calidad son la mejor opción disponible, aparte de que irse a las Kappa 8 o las Kappa 9 requiere de tener un espacio y unos amplificadores muy por encima de lo normal.
Los Kappa 7 son algo inferiores en rendimiento, yo los tuve pero ya los vendí hace tiempo. Los Kappa 7.1 están un paso por encima de ellos.
Última edición por thunder_xx el Vie 8 Nov 2024 - 11:18, editado 3 veces
thunder_xx- Cantidad de envíos : 452
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Fecha de inscripción : 08/07/2021
A Soundmuller y a ITACA les gusta esta publicaciòn
Re: Presentacion Infinity Kappa 7.1
El QRS fue uno de los sueños de los aficionados que vivimos aquellos tiempos, en otro hilo decíamos que no hay altavoces que se manejen excelentemente con todos los estilos de música, es cierto, ahora es posible que no, pero sí que lo hubo, el Infinity Quantum Reference Standard
ducados123- Cantidad de envíos : 7319
Edad : 67
Localización : Alicante
Fecha de inscripción : 27/09/2016
Re: Presentacion Infinity Kappa 7.1
Por cierto, que se me ha olvidado comentarlo. Para la prueba elegí una etapa Carver M500t, que entrega 250w por canal a 8 Ohm y un previo Carver C-4000.
thunder_xx- Cantidad de envíos : 452
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 08/07/2021
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