Presentacion del pequeño Kenwood KA-4002A

Dentro de la busqueda de la excelencia musical que emprendí hace muchos años, con el tiempo me di cuenta de que no siempre más es mejor.

También experimenté que no siempre los datos técnicos definen la musicalidad de un equipo. Son una guía, pero nunca un valor absoluto.

Aprovechando que llevo un tiempo experimentando con diferentes opciones y combinaciones, he querido explorar un camino que me está resultando bastante sorprendente y que ya he comentado en algún hilo. Mi idea es buscar amplificadores o receivers de principio de los años 70, para recapitularlos y experimentar con ellos usandolos no como integrados, sino como preamplicadores. Está claro que no todos pueden usarse así por no venir configurados para ello de serie, pero eso forma parte del entretenimiento.

El sonido y la construcción de muchos equipos de principios de los años 70 roza la magia, pero es cierto que muchos de esos equipos (muchas veces los más musicales), no cuentan con la potencia suficiente como para poder excitar algunos altavoces exigentes, por lo que este tipo de equipos se ven siempre relegados a ser usados con altavoces muy sensibles y con poca potencia nominal.

Pero aquellos equipos pequeños que tienen la opción de ser usados como preamplificadores se les puede adaptar una etapa de potencia, grande, suficiente y precisa, lo que puede convertir al pequeño amplificador o receiver en una mala bestia, con la que ahora si, vamos a poder verificar su calidad sonora sin preocuparnos de sus vatios usando exigentes altavoces de alto nivel.

Dentro de estas pruebas estoy intentando utilizar pequeños amplificadores o receivers de los años 70-75 pero que cuenten con una contrastada calidad sonora. Una de las marcas de las que más me gusta su sonido de esta época es Kenwood, nada que ver con la calidad y productos que llegaron mas tarde.

Como curiosidad previa a este análisis me gustaría comentar el porqué los equipos japoneses de los 60-70 son tan buenos. Esto viene determinado porque a finales del año 1958 el gobierno de Japón empezó a implicarse con la industria para renovar su imagen como fabricante a nivel mundial. Para ello impusieron estrictas normas para garantizar que el "Made in Japan" se convirtiera en sinónimo de calidad en los años posteriores. Desde sus cámaras hasta sus equipos de audio, si no pasaban unas extrictas normativas, no se les permitía su exportación. Por esta normativa interna las empresas necesitaban fabricar con una calidad muy superior a la exigida en el resto del mundo, si querían que sus productos pudieran venderse fuera de Japón. En los demás paises los controles eran menos estrictos, y eso motivó que lo que venía fabricado en Japón destacase sobre el resto. Por eso muchos equipos musicales fabricados en los años 60-70 en japón son verdaderas obras de arte, tanto por su calidad constructiva y durabilidad, como por sus virtudes musicales.

Por ejemplo, al comienzo de los años 70 las normativas vigentes en Japón para que un amplificador/receptor pudiera venderse en el mercado internacional, consistían en que el equipo debía poder funcionar durante una hora completa y mantenerse dentro de las especificaciones establecidas durante todo ese tiempo.

Si Kenwood decía en sus especificaciones que un amplificador entregaba 80 wpc y tenía un 0,02 % de distorsión armónica total significaba que el amplificador tenía que poder funcionar a 80 vatios por canal durante una hora completa y mantenerse dentro del 0,02 % de distorsión armónica total DURANTE TODA ESA HORA. Sin peros ni condiciones. Esa es una de las razones por las que los equipos japoneses de los años 70 son conocidos por ser tan duraderos.



Años mas tarde, una vez sus marcas mas emblemáticas se habían conseguido hacer un hueco en los mercados internacionales, las normativas japonesas se igualaron a las del resto de paises y se puede comprobar, por ejemplo, que en los años 90 un amplificador ya sólo necesitaba cumplir con los requisitos durante una prueba instantánea, pero ya no hay especificaciones de que deba mantener esos valores durante un largo periodo de tiempo. Es decir, un equipo que declare 80 wpc y con un 0,02% de distorsión armónica debe de generar esos valores sólo en el momento de hacer la prueba, si pasados unos minutos generando esa potencia máxima los valores de distorsión se elevaban o si la potencia decaía, no afectaba a su clasificación. Esto debe darnos la base para entender la diferencia de calidad constructiva que había en los 70 comparado con la existente 20 años más tarde. Entender la gran diferencia que esto entrañaba, sobre todo desde el punto de vista de la calidad de materiales, nos aclarará muchas cosas.

Como bien se puede entender, no es lo mismo fabricar un amplificador pensando en que mantenga sus valores de distorsión y potencia estables durante una hora que durante 2 minutos. Transformadores más grandes y potentes, mejores materiales y mejores fuentes de refrigeración son necesarios para ello y eso afecta a su calidad constructiva y sonora, pero también a su durabilidad. Esto también afectó a que los fabricantes declarasen menores valores de los que el amplificador en realidad podía alcanzar, para con ello estar seguros de que no iban a ser sacados de la exportación por no llegar a los valores declarados. Por ello es muy habitual que en un banco de pruebas, un equipo de los 70 supere con creces sus especificaciones a mejor.



Como dato curioso comentar que esto afectó más a los productos de gama media que a los de gama alta, ya que los fabricantes, conocedores de que el mercado demandaba más unidades de equipos con una buena relación precio/calidad, que equipos de alta gama a un precio desorbitado, se esforzaron en que esos equipos pequeños y que iban a ser vendidos masivamente si pasaban las pruebas de calidad, pudieran exportarse al mercado internacional. Esto también nos puede hacer entender los motivos por los que a veces equipos mas pequeños de determinadas marcas, están mejor construidos o suenan mejor que equipos teoricamente de mas nivel de esa misma marca.

Respecto a la empresa Kenwood, se fundó en 1946 con el nombre de Kasuga Radio Co. Ltd. en la prefectura de Nagano, Japón. En 1960, la empresa cambió su nombre a Trio Corporation. En 1961, la empresa empezó a cotizar en la Bolsa de Tokio y, con una sucursal estadounidense en Los Ángeles en 1963, comenzó la expansión y la comercialización a nivel mundial.

A finales de los años 60 se utilizó el nombre comercial de "Kenwood" para la expansión mundial de los productos de la marca Trio, sobre todo en el mercado estadounidense. Este nombre fue inventado por Kasuga como la combinación de "Ken", un nombre común en Japón y América del Norte y "Wood", en referencia a un producto duradero y de calidad como es la madera. Al final se dieron cuenta que el nombre comercial de Kenwood gustaba mas que el de Trio, y aunque durante años convivieron marca y nombre comercial en muchos productos, finalmente la marca Trio se rebautizó como Kenwood.

En 2008 Kenwood se fusionó con JVC para formar JVC-Kenwood.

Dentro de la historia de Trio/Kenwood cabe destacar que fueron los primeros en lanzar al mercado un amplificador completamente transistorizado en 1962. Los productos Trio/Kenwood de los años 70 fueron productos muy bien construidos, sencillos pero duraderos, aunque su principal virtud era la calidad sonora que atesoraron en esta época, algo que ampliaré un poco mas adelante.

Empiezo analizando un equipo mítico para mí y que es el Kenwood KA-4002a.

El KA-4002a tiene una salida acoplada a capacitores, por lo que tiene un sonido cálido, eso que suele decirse de sonido similar al de los equipos valvulares. Es un diseño sencillo y directo y sin complejos circuitos integrados, pero una de las cosas que más me gusta de este pequeño integrado es que fue un esfuerzo conjunto llevado a cabo por los hermanos Nakaichi y Jiro Kasuga, quienes una vez terminado el proyecto, dejaron Trio/Kenwood en 1972 para formar juntos la emblemática Accuphase.

Por mi experiencia tengo predilección por los equipos Kenwood fabricados entre los años 1970 y 1973. Prácticamente todos suenan de manera muy especial y son mágicos. Se nota mucho la mano de los prodigiosos hermanos Kasuga, sobre todo a nivel sonoro por el caracter tan particular que imprimieron a todos los equipos que fabricaron. Esto que comento es de sobra conocido por coleccionistas y aficionados, ya que todo lo que diseñaron y fabricaron los hermanos Kasuga tienen un toque tímbrico especial reconocible por su calidad. Eso logicamente también ocurre con la explosión creativa que tuvieron en Accuphase y que convirtió a la marca en mítica dentro del Hifi a nivel mundial.





Como características principales del pequeño Kenwood yo incluiría:

-Bonita placa frontal de aluminio cepillado, con letras grabadas.
-Laterales de madera fabricados con chapa de nogal real.
-Perillas mecanizadas en aluminio sólido.
-Controles con movilidad y ajuste por click.
-Los controles de tono usan conjuntos conmutados de resistencias, en lugar de potenciómetros.
-Blindaje interno de PCB para reducir el ruido.
-Sonido calido y detallado.



Analizando la historia de Keenwood en Europa vemos que en 1968 se fundó Trio Kenwood NVSA en Bélgica, su primera filial europea. También se actualizó el símbolo de Kenwood, combinando un sol y hojas en un solo logo para comunicar el espíritu joven e innovador de los productos presentados. Los amplificadores KA-6000 y KA-4000, presentados ese año, fueron un ejemplo de un espíritu innovador: se aplicó la tecnología de semiconductores y circuitos integrados más avanzada entonces disponible, y se acuñó el acrónimo ATC para identificarlos. La gama ATC se amplió en los años siguientes con gran éxito. Mientras tanto, la sucursal europea se trasladó a la zona de Frankfurt (Alemania) y, en 1973 se creó Kenwood Electronics Deutschland GmbH.

Al año siguiente, los modelos estrella fueron el amplificador Supreme 700M, el preamplificador 700C y el sintonizador FM 700T, que tuvieron una gran acogida en el mercado europeo. Kenwood también recurrió a un socio alemán, Heco, como parte de una colaboración para la producción de altavoces. En 1975, se creó Trio-Kenwood France SA en Francia y el nombre de la empresa matriz en Japón pasó a ser Trio-Kenwood Corporation.








KENWOOD KA-4002A

ESPECIFICACIONES TÉCNICAS:

-Potencia de salida: 18 vatios por canal a 8 Ω (estéreo)
-Respuesta de frecuencia: 20 Hz a 40 kHz
-Distorsión armónica total: 0,5%
-Factor de amortiguación: 50
-Sensibilidad de entrada: 2,5 mV (MM), 150 mV (línea)
-Relación señal/ruido: 60dB (MM), 70dB (línea)
-Salida: 150 mV (línea), 30 mV (DIN)
-Impedancia de carga del altavoz: 4 Ω a 16 Ω
-Semiconductores: 18 x transistores, 10 x diodos
-Dimensiones: 13 x 4-5/8 x 9-7/16 pulgadas
-Peso: 5,7 kg

Usado como integrado y con unos Phillips miniwatt sus 18w suenan maravillosamente cálidos. Esta fabricado para ser usado con este tipo de altavoces sensibles y de poca potencia, si teneís oportunidad haceros con uno porque lo vais a disfrutar mucho.

Pero no es esta la intención de la prueba, sino la de usar una etapa potente y al Kenwood KA-4002A como preamplificador (ya que tiene la opción de separar etapa y previo) para ver como se comporta con altavoces mas capaces y exigentes.

Para esta prueba voy a asociar al pequeño Keenwood con mi etapa de referencia, una Yamaha MX-1000 y que creo que es una de las mejores etapas que he probado nunca. Es potente, fiable y mueve cualquier altavoz sin desfallecer con una calidad brutal.

Las especificaciones técnicas de la etapa son:

YAMAHA MX-1000

-Potencia de salida: 260 vatios por canal a 8 Ω (estéreo)
-Respuesta de frecuencia: 20 Hz a 20 kHz
-Distorsión armónica total: 0,003%
-Factor de amortiguación: 130
-Sensibilidad de entrada: 1,62 V
-Relación señal/ruido: 126dB
-Dimensiones: 435 x 170 x 425 mm
-Peso: 20,5 kg



Para esta prueba utilizo unas cajas muy exigentes como son las RCF Mytho4, cajas muy poco conocidas y difíciles de encontrar, pero que merecen mucho la pena porque son de una calidad muy alta. Son altavoces muy rápidos y con una dinámica excelente si están bien amplificados.




Con el Kenwood una de las primeras cosas que se nota es que suena redondo. Sus funciones son muy básicas, aunque contamos con un botñon de loudness y filtros de altas y bajas frecuencias. También podemos usar controles de tonos para graves y agudos, aunque como mejor suena es con los controles a cero.

Con el pequeño Kenwood asociado a la brutal etapa Yamaha se produce un combo asombroso y muy musical. Los temas vocales sobre todo, se vuelven carnosos y dulces, se pierde un poco en profundidad cuando ponemos música sinfónica con una gran orquesta, pero a cambio obtenemos una coherencia musical muy adictiva. Se puede subir el volumen, pero como de verdad se disfruta este combo es a bajo y medio volumen.

Habiendo probado varios generos musicales, destaca sobre todo el jazz y la opera. Quizás, si eres muy purista (yo cada vez menos), notarás un cierto amontonamiento posicional en los instrumentos, pero a cambio los temas se convierten en mas disfrutables. No cansa nada y es sorprendente la redondez que genera sobre los agudos y voces, algo muy adictivo para largas escuchas. Esta prueba me trae a la cabeza recuerdos de los Tannoy DMT 15", ya que tiene puntos comunes con el sonido que generaban, muy similar al de este Kenwood, y al que hay que acostumbrar un poco el oido para disfrutarlos completamente, pero una vez hecha la transición, es muy disfrutable.

Escuchando a unas de mis voces favoritas (Anna Netrebko) interpretando "Les Contes d´Hoffmann" de Offenbach, llego a la conclusión de que aporta unos matices sonoros en la zona media que no encuentro con otros equipos de mucho mas nivel. Es como si la voz se viera dulcificada, algo muy disfrutable. Entiendo que desde el punto de vista técnico no es lo mas recomendable porque no deja de ser como una leve coloración, pero que quereis que os diga, me importa muy poco si el resultado final me gusta. Estoy llegando a la conclusión de que no busco la perfección sino el disfrute, y también veo que cuando conecto equipos de mucho nivel audiófilo, precisos y absolutamente equilibrados, echo de menos este tipo de escuchas menos formales, y que al final los otros equipos se vuelven como mas frios. Creo que una comparativa entendible es como cuando escuchas un tema perfectamente grabado en estudio, y luego escuchas ese mismo tema tocado y cantado en directo. Si, es cierto que la grabación original es mucho mas perfecta y precisa, pero el concierto en directo con sus imperfecciones y desequilibrios, aporta algo diferente y especial que nos hace disfrutar mucho de la escucha, y posiblemente sea la propia naturalidad de esa imperfección la que genera ese disfrute.

También tengo que reconocer que una vez hecho el viaje hacia la perfección sonora que proporcionan los diferentes equipos mas modernos (y muchísimo mas caros), llevo mucho tiempo vendiendo todo lo moderno que tenía, para conseguir equipos vintage emblemáticos (y no tanto) de hace varias décadas, casi siempre con óptimos resultados desde el punto de vista del disfrute musical.

Me resulta increible lo bien que suena un amplificador pequeño y simple como este Kenwood, una vez le metemos vatios a discrección y lo enfrentamos con altavoces coherentes.

Buena historia de esta emblemática marca japonesa. Tengo 3 integrados funcionando de manera alternativa, de ellos, el que más veces al año está en escucha es el Kenwood KR-5400, un receiver con phono de los años 70 (adquirido nuevo !!! junto a un plato Garrad Zero también nuevo !!! hace tan solo unos 2 años. Una historia de almacenaje por parte del dueño de los aparatos que un día contaré). Este fantástico Kenwood de tan solo 35w saca los colores a todo un Mcintosch Ma6600, en ese matiz musical como muy bien has llamado de toque tímbrico sedoso fuera de toda analítica fría de los transistores actuales. Mueve perfectamente unas ProAc Respondse 30RS en un espacio de unos 35m2. Es de aquellos aparatos junto con el Garrad Zero que jamás uno se desprenderá. Un saludo.

Jo, Bluesky
Tengo sentimientos encontrados,
Alegría de que disfrutes y valores ese combo Garrard Y Kenwood
y cierta desazón y arrepentimiento por haberlos dejado marchar.
Un fuerte abrazo compañero

Hola.

Buena máquina, enhorabuena. Yo tengo un Kenwood KA-4002 que era de mi padre y suena francamente bien, una pequeña joya. Estoy pendiente de una pequeña restauración para dejarlo tan flamante como el primer día.

Saludos.

César