La música y sus instrumentos

El aficionado a la música se enamora de la música pero también de los objetos que la producen; el audiófilo, de sus cacharros; el músico, de sus instrumentos. Hay una belleza especial en los instrumentos musicales y en su fabricación artesanal, como la hay en los equipos de reproducción. Es decir, tienen un alto contenido erótico, sin duda, e incluso en los de fabricación más industrial, como un piano, se percibe lo artesanal, lo táctil y la pericia de unas manos de por medio.

No se si has visto afinar un piano a mano (oido), es una experiencia increíble.

Saludos.

Sobre todo si lo hace un aficionado, cada vez que tensas una cuerda el resto se aflojan.
Ahí es donde la frase... zapatero a tus zapatos, cobra sentido.

Saludos

¡¡no me digas que también has afinado un piano!! lo que yo digo solo te falta tener el moquillo, porque darnos por c... ya nos dan todos los días

ducados123 escribió:No se si has visto afinar un piano a mano (oido), es una experiencia increíble.

Saludos.

Mi padre es afinador de pianos. Yo, en tiempos, le echaba una mano en la parte mecánica y reparación. Escogí otro camino profesional, pero no me disgustaría dedicarme a esto, desde luego

ducados123 escribió:¡¡no me digas que también has afinado un piano!! lo que yo digo solo te falta tener el moquillo, porque darnos por c... ya nos dan todos los días

Pues eso es como todo, hay quien se compra un afinador y se cree que con eso ya está todo resuelto, a darle vueltas a la tuerca hasta que la aguja marque donde debe.
Y luego tocan la nota de al lado y desafina, y el resto también.

Saludos

Jeremias johnson escribió:

ducados123 escribió:No se si has visto afinar un piano a mano (oido), es una experiencia increíble.

Saludos.

Mi padre es afinador de pianos. Yo, en tiempos, le echaba una mano en la parte mecánica y reparación. Escogí otro camino profesional, pero no me disgustaría dedicarme a esto, desde luego

El trabajo de tu padre es 50% arte y 50% ciencia, es una bonita manera de ganarte la vida, seguro que le encanta.
Saludos.

Noble oficio el de afinador de pianos y gran oído musical que se ha de poseer.
Saludos

Por fortuna, mientras los instrumentos sigan siendo un producto artesanal, sus constructores y sus afinadores (en el caso del piano) seguirán teniendo un sesgo "artístico". Como dice Galena, la existencia de diapasones electrónicos no puede desbancar al profesional. Toda la gama media y alta del piano está constituída por tres cuerdas por nota y tienen que sonar al unísono con la mínima distorsión; y ese unísono "perfecto" hay que conseguirlo a oído. El diapasón se utiliza para la primera cuerda. Una vez se tiene la referencia hay que conseguir el unísono haciendo sonar simultaneamente dos y tres cuerdas sucesivamente, y eso tiene que ser a oído (y también con un buen pulso del brazo y la mano). Ni que decir tiene que un piano desafinado durante mucho tiempo tiene viciada la posición de las cuerdas, lo que significa que cuando vas en la segunda octava ya se te aflojaron varias notas de la primera y hay que repasar y ajustar también los intervalos dentro de la octava... etc.

Es increíble pero en casi doscientos años apenas ha variado tecnologicamente la construcción de un piano. Evidentemente ha habido avances que han dado lugar a instrumentos de una sonoridad fantástica. Seguro que Liszt alucinaría sentado ante un Steiway, un Fazioli o un Yamaha actuales. Pero las cuerdas siguen siendo de acero enrolladas en clavijas que van incrustadas en madera (parece increíble que aguanten la tensión del cordal durante años, años y años que dura un piano bien cuidado), los apagadores y macillos siguen siendo de fieltro de distintas texturas y las teclas de madera con superficie de marfil o plásticos actuales... Fijaos en la imagen del vídeo cuando pinchan el fieltro de un macillo. Es para darle la consistencia justa. Eso modifica el sonido. Un fieltro muy duro y apelmazado dará un sonido brillante y agresivo; un fieltro demasiado fofo da un sonido blandengue y sin vida. Incluso en un sistema cuasi fabril, la mano de cada operario final dará su sesgo. Hay una calidad y un sonido de marca, pero cada instrumento también puede tener su personalidad.
Un mundo fascinante, sin duda.

Jeremias, en tu post se nota la reverencia por el trabajo de tu padre, reverencia muy merecida por otra parte y que comparto totalmente tanto por su componente artístico como artesanal, da gusto ver que todavía el hombre puede hacer cosas que las maquinas no pueden.

Por cierto con ese oído que debe tener el hombre, te lo llevas cuando vayas a una audición y tienes garantizado el sonido de tu equipo, ¡¡ a ver quien lo engaña con el piano !!

Saludos.