Concierto de Bangladesh

En estos momentos me encuentro escuchando el mítico Concierto de Bangladesh, hito en la historia del rock y de los conciertos benéficos, y me ha traído al pensamiento los recientes acontecimientos en Haití a causa de los terremotos, y la catástrofe económica y social que está produciendo. Llueve sobre mojado, por alguna circunstancia que a buen seguro Murphy sabría explicar, la indolente mano del destino siempre acaba cebándose con los mas desvalidos, es la tostada que cae boca abajo.

Nunca debemos perder nuestra inquietud por las políticas de solidaridad y compromiso social, por aquellos que ni mantequilla tienen para la tostada que se les cae, o simplemente por nosotros mismos, por hacernos mejores, por la ilusión de sentirse como un Guardián entre el Centeno.

Centrándome en el aspecto musical de mi hilo, voy a dejar un pequeño corta-pega de este concierto, para que todos aquellos que no lo conozcan, tengan una primera entrada a este histórico testimonio musical, editado en caja rígida de cartón, con tres maravillosos vinilos en su interior.




Han pasado ya 38 años desde entonces, pero hasta la fecha el Concierto para Bangla Desh sigue produciendo regalías a los organismos de beneficencia que se crearon para apoyar a la lacerada población de ese país. Recién había logrado independizarse de Pakistán y sufría las secuelas de la guerra cuando Bangla Desh se vio sometida a un huracán mayúsculo que dejó una estela de pobreza, hambruna y muerte.

Ravi Shankar, a quien The Beatles conocieron a su paso por lo que los beatlíficos denominan la "experiencia india" en el emblemático año de 1968, le propuso a George Harrison realizar un concierto a beneficio de Bangla Desh. Harrison se dio a la tarea de convocar a un grupo de músicos que simpatizaran con la causa, entre ellos a sus excompañeros de The Beatles. Pero del cuarteto de Liverpool recien disuelto Ringo Star fue el único que accedió.

Ni Harrison ni sus compañeros imaginaron que aquel concierto memorable se convertiría en un ícono de la década de los 70s y en precursor de los conciertos a beneficio que harían famosos a Bono, Pavarotti y otros músicos.

Pero la ausencia de Paul McCartney y John Lennon demostró que nadie es indispensable. Además de Ringo, Harrison y Shankar convencieron a luminarias como Eric Clapton, Bob Dylan, Leon Russell, Klaus Voormann, Billy Preston y el grupo Badfinger para alternar en el histórico evento.

El concierto fue programado para el 1 de agosto de 1971, dos semanas antes del derrumbe del sistema de Bretton Woods que basaba el valor del dólar en el patrón oro, eje del sistema financiero de la posguerra. Bangla Desh estaba en las primeras planas de los medios de la época y de alguna manera parecía subrayar las injusticias del mundo bipolar, un mundo desigual, desequilibrado y amenazado por el poderío nuclear de las potencias imperantes: E.U. y la URSS. Agosto del 71 era para el sistema una resquebrajadura mayor que anunciaba las crisis cíclicas que hoy en día continuamos padeciendo.

El concierto recaudó menos de 300 mil dólares, una cantidad menor si se la compara con la dinámica mercantil de los conciertos hoy en día donde la gira de cualquier grupo de Rock de renombre produce millones de dólares. Pero las cosa entonces eran distintas y leyendas como Bob Dylan y Eric Clapton apenas se cuajaban. No obstante, la producción de la película del Concierto para Bangla Desh fue un éxito y la publicidad alrededor del evento llamó la atención de otros donantes y filántropos que se sumaron al apoyo del naciente país en crisis. A la fecha, los productos videodiscográficos del concierto siguen produciendo regalías y la suma de éstas supera con mucho la recaudación original.



Saludos a todos.

Hola Sam.

Yo también tengo mi granito de arena para Haití, aunque solo de pensar el horror que deben estar pasando los que allí "quedan"!...

un Saludo.

Salvamus escribió:Hola Sam.

Yo también tengo mi granito de arena para Haití, aunque solo de pensar el horror que deben estar pasando los que allí "quedan"!...

un Saludo.

Desde luego Salva, pero me alienta ver la contundente respuesta internacional de ayuda que se ha producido, y la sensibilidad particular de cada uno de nosotros contribuyendo en la medida de lo posible. Los Haitianos no están solos.

Saludos.

Bonita reflexión, Sam. Dicen que en las guerras no hay ni ganadores ni vencidos, que todos pierden. En las catástrofes, por desgracia, los perdedores siempre son los mismos: los miserables, los viven en la más absoluta pobreza, los que no tienen nada que llevar a la boca. El que hizo el mundo lo hizo así de injusto. No podemos hacer nada por evitar que esto suceda, pero sí que podemos hacer mucho para que esta gente se sienta menos desgraciada. Conciertos como el Bangladesh y medidas solidarias semejantes, hacen que nos sintamos un poco mejores.

Hola Ignacio, totalmente de acuerdo en lo que comentas de las guerras y las tragedias.

Acabo de enterarme que ayer murio Jerome David Salinger, el autor del conocido libro de El guardián entre el centeno, y como lo he mencionado en el post inicial, he querido aprovechar este hilo para dedicarle un recuerdo. Dejo alguna de las frases de su libro:


"Lo que realmente me encanta de un libro es, al acabarlo, tener la sensación de desear que quien lo escribió fuera un gran amigo tuyo y pudieras llamarlo por teléfono cuando te apeteciera. Eso no ocurre muy a menudo, sin embargo."

"El chico de la Marina y yo nos dijimos el uno al otro que estábamos encantados de habernos conocido. Lo que siempre me mata. Siempre le digo "Encantado de conocerte" a gente a la que no estoy encantado en absoluto de haber conocido. Sin embargo, si quieres seguir viviendo, tienes que decir este tipo de cosas"

"No importa que la sensación sea triste o hasta desagradable, pero cuando me voy de un sitio me gusta darme cuenta de que me marcho. Si no luego me da más pena todavía."

"Era uno de esos chicos que creen que son unos maricas si no te rompen unos 40 dedos cuando te dan la mano. Dios, odio eso."

"Pensé que lo que haría sería fingir que era sordomudo. De esta forma, no tendría que volver a tener ninguna de ésas estúpidas e inútiles conversaciones con nadie."

"Ése es el problema. No puedes encontrar un sitio que sea cómodo y pacífico, porque no existe. Puede que creas que sí, pero en cuanto estés allí, y no estés mirando, alguien se colará y escribirá "Que te jodan" delante de tus narices."


Saludos.